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Dr. Francisco de la Torre de la Fuente

Instrumentación anatómica en conductos curvos con instrumentos de sexta generación

Introducción

Desde la introducción del Níquel-Titanio (NiTi) en el campo de la Endodoncia allá por 1988 (1) muchos han sido los cambios que se han ido incorporando para obtener instrumentos mucho más flexibles, y que respeten el binomio eficacia-seguridad.

Haapasalo y Shen (2) realizaron una revisión sobre el pasado y presente de las limas de NiTi, dividiendo los instrumentos que habían sido fabricados en cinco generaciones. Desde la introducción en 1992 del primer instrumento de NiTi accionado de manera rotatoria (primera generación) hasta lo que los autores denominan quinta generación, allá por 2013, se han ido introduciendo muchos avances: cambios en la sección, modificaciones en el ángulo de corte, variaciones en la conicidad dentro del mismo instrumento, mejoras en la metalurgia del NiTi, introducción del movimiento alternante o reciprocante y alteraciones en el centro de rotación del instrumento. Todas estas evoluciones han hecho que poco a poco el odontólogo general y/o endodoncista disponga de instrumentos para conformar el sistema de conductos mucho más competente.

De todas formas, desde 2013 hasta finales de 2020, las casas comerciales (cada vez más) introducen nuevos y variados instrumentos, con el afán de hacerse con el mercado. Existen, hoy en día, más de 50 marcas de instrumentos distintas, y muchas veces el clínico no es capaz de seleccionar aquel o aquellos que puedan resultar más interesantes. Grandes campañas de marketing nos intentan convencer para que elijamos uno u otro instrumento. Debemos seleccionar un sistema de instrumentación, que permita conseguir los objetivos que debe cumplir un tratamiento de conductos: conformación, desinfección y obturación tridimensional que evite la aparición de periodontitis apical, o en caso que exista, permita su reparación (3).

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¿Cómo actuar frente a una lesión de gran tamaño?

Resumen

El objetivo del tratamiento de conductos consiste en una correcta preparación quimiomecánica, la cual, junto a un sellado tridimensional del sistema de conductos, permita lograr el éxito del tratamiento. No debemos olvidar el diagnóstico, que permitirá afrontar con ciertas garantías la Endodoncia.

Una imagen apical que abarque varios dientes siempre supone un reto para el clínico. Un buen diagnóstico, un buen planteamiento y comunicación con el paciente permitirá, junto a la realización de un correcto tratamiento, el éxito.

A continuación presentamos un caso clínico de un paciente de mediana edad, que acude a la consulta tras haber sufrido episodios de inflamación en la región antero-mandibular. Tras realizar el diagnóstico y pruebas complementarias, decidimos afrontar el tratamiento de conductos de los dientes que presentaban necrosis pulpar. Una buena preparación mecánica con el nuevo sistema de instrumentación Protaper Next® (Maillefer, Ballaigues-Suiza), correcta desinfección química, y adecuado sellado tridimensional, permitieron conseguir el éxito en el tratamiento. A los doce meses el paciente se presenta asintomático, con ausencias de signos y síntomas y clara disminución de la lesión en la radiografía de control.

 

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