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Las revisiones ortodónticas en la infancia pueden marcar una diferencia en la salud oral futura

A lo largo de los últimos años, se ha producido un aumento de la conciencia de la salud bucodental. Sin embargo, los hábitos de higiene bucodental infantil presentan un gran margen de mejora. Tener una sonrisa saludable no es meramente una cuestión estética, sino de salud.

En este contexto, cobra especial relevancia el mes de mayo, declarado Mes de la Ortodoncia, una oportunidad para recordar que los hábitos preventivos y el seguimiento profesional desde la infancia pueden marcar una diferencia decisiva en la salud oral futura. Y es que, iniciar revisiones ortodónticas en la infancia permite detectar alteraciones a tiempo y facilitar tratamientos más eficaces y menos invasivos.

Durante los primeros años de vida, es habitual que los individuos transiten diferentes etapas en las que se producen importantes cambios, físicos y cognitivos. Por este motivo, desde el momento en que aparece el primer diente de leche hasta el desarrollo completo de la dentición adulta, la odontología infantil desempeña un papel esencial.

Los especialistas recomiendan que los niños y niñas visiten al odontopediatra por primera vez a los 3 años de edad, salvo que existan motivos previos, como un traumatismo o, por ejemplo, si un bebé ha nacido dentado y no se le pudiera amamantar. En este sentido, el doctor Javier Girón de Velasco, director general de Moonz, la marca dental especializada en ortodoncia infantil y odontopediatría perteneciente a Donte Group, ha explicado que “una revisión temprana no solo nos permite valorar el desarrollo dental y óseo, sino también identificar señales de alerta asociadas al comportamiento o hábitos que podrían derivar en problemas como el bruxismo o el riesgo de traumatismos. Por este motivo, cuanto antes iniciemos ese acompañamiento, podremos anticiparnos mejor a estas situaciones”.

Ansiedad dental en pacientes pediátricos

La ansiedad dental es un problema común que puede afectar tanto a los más pequeños como a sus padres, y tener consecuencias significativas para la salud bucodental, especialmente cuando existen condiciones previas como el bruxismo, que puede verse agravado por situaciones de estrés.

Según datos recientes, entre el 10 y el 12% de los niños en España sufren bruxismo. “El bruxismo infantil puede provocar desgaste dental y molestias. Además, el estrés puede disminuir la adherencia a las rutinas de higiene oral, lo que incrementa el riesgo de caries. Es importante orientar a las familias sobre cómo gestionar estos problemas, con apoyo profesional si fuera necesario, y reforzar los cuidados dentales en casa”, explica el doctor Javier Girón de Velasco.

A lo anterior, se suman los traumatismos dentales, que se producen en el colegio o durante el juego por accidente. Los niños y las niñas suelen practicar actividades deportivas, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir impactos dentales. De hecho, se ha evidenciado que, entre el 13 y el 39% de los traumatismos dentales están relacionados con el deporte. “La mayoría de las fracturas dentales se dan en los incisivos superiores de niños entre 6 y 12 años con los dientes en posición adelantada. Por eso, es fundamental corregir maloclusiones y utilizar protectores bucales durante la actividad física”, indica el doctor Girón de Velasco.

Un estilo de vida activo, una dieta equilibrada y rutinas de cuidado consistentes son la base de una buena salud oral. Aunque la frecuencia de cepillado mejora con la edad, los menores de cinco años tienden a cepillarse los dientes solo una vez al día. “La clave se encuentra en crear rutinas agradables y constantes. El cepillado debe hacerse, al menos, dos veces al día, preferiblemente tras el desayuno y antes de dormir. Como incentivo para los niños, podemos asociar el tiempo de cepillado a su canción favorita”, comenta el director general de las clínicas Moonz.

Por otro lado, para conseguir una limpieza completa, es fundamental incluir el uso de hilo dental. Preparar un kit dental personalizado con todos los básicos, puede fomentar el interés de los pequeños. Dicho kit debe incluir un cepillo de dientes adecuado a su edad, un dentífrico con la cantidad de flúor recomendada e hilo dental. Otros elementos útiles pueden ser un pequeño temporizador, un colutorio y un calendario de cepillado. “Es importante cambiar el cepillo de dientes cada tres meses. Este cambio podría coincidir con los cambios de estación o de trimestre escolar, para vincularlo a un momento concreto y no olvidarnos de realizar el cambio”, concluye el doctor Javier Girón de Velasco.

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