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Urgencias médicas en la clínica dental: pasos clave para una respuesta eficaz

En cualquier práctica dental, la seguridad del paciente debe ser una prioridad. Sin embargo, a pesar de las medidas preventivas, pueden surgir situaciones críticas que requieran una actuación inmediata. Desde reacciones alérgicas hasta síncopes o incluso paros cardíacos, las urgencias médicas en la clínica dental son una realidad para la que todo el equipo debe estar preparado. En este sentido, ¿cómo puede prepararse el equipo para este tipo de situaciones? ¿Con qué equipamiento hay que contar? ¿Qué formación debe tener el grupo de trabajo de la clínica para afrontar con garantías casos de este tipo?

Entre las emergencias médicas más comunes en una clínica dental se encuentran el síncope o desmayo, la hipotensión postural, las reacciones a la epinefrina, la hipoglucemia, las reacciones alérgicas y los problemas cardiovasculares.

Así lo señala el Consejo General de Dentistas de España en su Guía de urgencias médicas en la clínica dental, elaborada en colaboración con la Federación Dental Española (FDE), donde se subraya la importancia de disponer de protocolos claros y efectivos para actuar rápidamente y reducir los riesgos asociados.

La guía enfatiza que todos los dentistas y su equipo deben estar preparados para manejar estas situaciones con el conocimiento y las herramientas adecuadas. Esto implica, además de la capacitación en técnicas de soporte vital básico (SVB), disponer de un kit de emergencia actualizado y localizado en un lugar accesible dentro de la clínica. También se recomienda realizar simulacros periódicos que permitan a todo el equipo dental practicar los diferentes roles asignados en una situación de emergencia, garantizando una reacción rápida y efectiva, incluso en ausencia de algún miembro clave.

Según la guía, un historial médico completo, revisado y actualizado en cada visita, es crucial para identificar riesgos potenciales. Además, contar con un desfibrilador externo automático (DEA) y dispositivos como un pulsioxímetro y un medidor de glucosa en sangre puede marcar la diferencia en situaciones críticas.

En este sentido, la preparación del equipo de la clínica dental es fundamental para afrontar emergencias médicas con eficacia. «Aunque son poco frecuentes, situaciones críticas, como las paradas cardiorrespiratorias, pueden presentarse en este entorno, y la respuesta adecuada puede marcar la diferencia», explica el Dr. Stevens Salva, médico anestesiólogo y colaborador de la «Guía de Urgencias Médicas en la Clínica Dental» editada por el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (COEC).

El Dr. Stevens Salva, médico anestesiólogo y colaborador en la elaboración de la «Guía de Urgencias Médicas en la Clínica Dental» junto al Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (COEC).
Imagen: cedida por el Dr. Salva.

Para garantizar una respuesta óptima en este tipo de situaciones, el Dr. Salva ve necesaria «la divulgación de la necesidad y el deber ético de estar preparado, el uso de guías específicas para el sector dental y la organización de cursos de simulación de alta fidelidad. Estos últimos son fundamentales, ya que permiten recrear situaciones reales del entorno odontológico, incluyendo no solo maniobras de reanimación cardiopulmonar, sino también el manejo de fármacos y dispositivos esenciales adaptados a este contexto».

Además de una formación adecuada, el Dr. Salva enfatiza que «las clínicas dentales deben contar con recursos básicos para garantizar la seguridad del paciente en situaciones críticas». Entre ellos, menciona «los dispositivos esenciales como desfibriladores, tensiómetros, pulsioxímetros y glucómetros, ya que permiten una atención inicial que puede marcar una diferencia vital». Asimismo, destaca «la importancia de disponer de maletines de primeros auxilios y medicamentos básicos para emergencias. La implementación de estas herramientas debe ir acompañada de manuales de incidentes específicos para clínicas dentales, diseñados para ser concisos, prácticos y fáciles de consultar».

«Contar con protocolos en caso de emergencia es clave para mejorar la coordinación y reducir tiempos
de respuesta»
Dr. Stevens Salva

Otro aspecto esencial señalado por el anestesiólogo es «la necesidad de establecer sistemas de comunicación efectivos dentro de la clínica. Contar con protocolos claros para alertar, de manera rápida y precisa, al equipo en caso de emergencia, es clave para mejorar la coordinación y reducir tiempos de respuesta». El compromiso con una formación continua que incluya simulacros periódicos y actualizaciones sobre el manejo de emergencias es, según el Dr. Salva, «el paso más efectivo para maximizar la eficacia ante crisis médicas. Un equipo bien preparado no solo actúa con mayor rapidez, sino que aporta un valor social incalculable al incorporar la gestión de emergencias a su práctica habitual».

Protocolo básico de actuación ante una urgencia médica

Identificar los signos de alarma es fundamental para activar un protocolo de emergencia. Emilio Benito García, supervisor y jefe de la Unidad de Apoyo Jurídico en SAMUR-Protección Civil, destaca que, entre los síntomas iniciales que requieren una intervención rápida por parte del equipo, se encuentran «el mareo, la sensación nauseosa, el dolor precordial, la desorientación brusca, la disartria, la desviación de la comisura labial y las parestesias o pérdida de fuerza en extremidades».

En este sentido, contar con un protocolo básico de actuación es esencial para manejar, de manera eficaz, las emergencias hasta la llegada de los equipos médicos. Según el supervisor de SAMUR-Protección Civil, ante una urgencia que requiere atención rápida, «lo primero que se debe hacer es llamar al 112 y comunicar el estado del paciente. Para ello, hay que aportar información clave como la edad del paciente, su estado de consciencia utilizando el test AVDN (que evalúa si el paciente está alerta, responde a órdenes verbales, reacciona solo al dolor o no responde en absoluto), y observar la respiración, prestando atención a los movimientos torácicos y la eficacia respiratoria, incluyendo el color de la piel y las mucosas. Además, es importante verificar la presencia o ausencia de pulso radial, describir los pródromos o inicio del cuadro clínico, especialmente si coincide con la administración de anestesia o medicación, y detallar cualquier enfermedad o alergia conocida».

El segundo paso será comprobar si el paciente respira y tiene pulso. El supervisor de SAMUR-Protección Civil explica que «en caso afirmativo, hay que colocarlo en posición de seguridad, de manera lateral, en la camilla o en el suelo. Si no respira y no tiene pulso, hay que comenzar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta la llegada de los equipos de urgencia o recuperación del pulso. Entre estas maniobras se encuentran el masaje cardíaco, la colocación del desfibrilador siguiendo las instrucciones del propio dispositivo y el personal sanitario de manera transtelefónica y la ventilación con mascarilla con oxígeno».

Para el último paso, Emilio Benito indica que, «en caso de que exista oclusión de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE), será necesario disponer de herramientas específicas para esta maniobra, como un laringoscopio y pinzas de Magill». Asimismo, como señala el especialista, «para minimizar el riesgo de que se presenten emergencias, es fundamental el entrenamiento y formación del personal para detectarlas, así como realizar un estudio y anamnesis exhaustiva del paciente antes de medicar y someterle al estrés de la técnica». En cuanto a formación del personal, «todo el equipo debe estar capacitado en Reanimación Cardiopulmonar (RCP) Básica como mínimo, y en RCP Avanzada si se trata de un centro quirúrgico». Además, insiste en la necesidad de «actualizaciones cada cinco años, como máximo, para garantizar una actuación eficaz en cualquier emergencia».

Equipamiento clave en clínicas dentales

El equipamiento esencial en una clínica dental debe garantizar la capacidad de respuesta ante emergencias médicas, cumpliendo tanto con la normativa vigente como con las necesidades prácticas del entorno odontológico. Según la Guía de Urgencias Médicas en la Clínica Dental, elaborada por el Consejo General de Dentistas y la FDE, es fundamental contar con un maletín de urgencias que incluya materiales y fármacos indispensables para atender situaciones críticas de manera efectiva.

Entre los elementos materiales recomendados destacan el desfibrilador externo automático, glucómetro, jeringas desechables, oxígeno, esfigmomanómetro, fonendoscopio y saturímetro. Estos equipos permiten monitorizar los signos vitales y estabilizar al paciente en situaciones de emergencia, asegurando un manejo adecuado mientras llegan los servicios de emergencia. En cuanto a los fármacos, la guía subraya la importancia de tener disponibles: adrenalina 1:1.000, broncodilatadores inhaladores, hidrocortisona inyectable, glucagón, aspirina masticable, diazepam en supositorio y nitroglicerina en spray sublingual.

«Son necesarias las actualizaciones cada cinco años, como máximo, para garantizar una actuación eficaz en cualquier emergencia»
Emilio Benito García

Cada uno de estos medicamentos tiene indicaciones específicas que abarcan desde crisis asmáticas y reacciones anafilácticas hasta infartos de miocardio y crisis epilépticas. «La regulación en España establece que las clínicas dentales están catalogadas como Centros Sanitarios C.2.5.1, conforme al Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, que fija las bases generales sobre la autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios. Del mismo modo, las distintas comunidades autónomas han regulado aspectos concretos en cada una de ellas», recuerda el supervisor de SAMUR-Protección Civil, quien recomienda respecto al material, «seguir la clasificación realizada por la normativa y que las herramientas con las que se dote cada clínica sea acorde al nivel de técnica que vayan a utilizar». Según la normativa de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, «las clínicas deben contar con dispositivos para soporte vital básico». Además, subraya «la importancia de disponer de un desfibrilador automático o semiautomático, un equipo clave, aunque no siempre exigido en la normativa general.

La tecnología como aliada en la gestión de urgencias médicas

Desde la perspectiva del Dr. Stevens Salva, la tecnología actual desempeña un papel fundamental en la mejora de la respuesta ante urgencias médicas en la clínica dental. El especialista destaca que «los dispositivos de monitoreo han evolucionado significativamente, permitiendo medir de manera continua y precisa parámetros como la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno con equipos sencillos, accesibles y de bajo mantenimiento, como los pulsioxímetros de dedo». Estas herramientas permiten identificar cambios críticos en tiempo real, facilitando intervenciones oportunas que podrían marcar la diferencia.

Emilio Benito García, supervisor de SAMUR-Protección Civil y jefe de la Unidad de Apoyo Jurídico. Imagen: cedida por Emilio Benito García.

Además, el Dr. Salva subraya la importancia de las aplicaciones móviles que guían en situaciones de emergencia, asegurando que no se omita ningún procedimiento crucial. «Estas aplicaciones utilizan la metodología CRM (Crisis Resource Management) con ayudas cognitivas que te guían, paso a paso, para hacer frente a estas situaciones», explica.

La telemedicina también surge como una herramienta complementaria, especialmente útil en áreas con acceso limitado a servicios médicos. «Actualmente no conocemos de ninguna iniciativa dirigida al sector dental, sin embargo, una llamada al 112 puede proporcionar soporte inmediato y especializado en caso de urgencia», añade el Dr. Salva. Finalmente, destaca los simuladores de entrenamiento de alta fidelidad que permiten al equipo dental practicar respuestas a emergencias en entornos controlados y realistas.

«Estamos desarrollando un programa enfocado exclusivamente en el sector dental, que replicará situaciones críticas en un contexto específico para optimizar la preparación del personal clínico». Asimismo, menciona los dispositivos de resucitación, cada vez más actualizados. «Los dispositivos actuales de RCP son pequeños, fáciles de usar y altamente seguros. Siguiendo las señales visuales y auditivas, una persona con un sencillo entrenamiento puede usarlo de manera óptima. Algunos, incluso, incluyen dispositivos para medir en tiempo real si estamos haciendo la maniobra correctamente».

«Al incorporar estas tecnologías en la práctica dental, se puede mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias médicas, lo que, a su vez, contribuye a la seguridad y bienestar de los pacientes. La clave es asegurarse de que todo el equipo esté capacitado en el uso de estas herramientas y que se integren de manera efectiva en los protocolos existentes», concluye.

Roles en la gestión de urgencias médicas en la clínica dental

Una respuesta eficaz ante una emergencia médica en una clínica dental depende de la preparación previa y de la coordinación entre los distintos miembros del equipo. De esta manera, el Dr. Stevens Salva señala que cada miembro del equipo debe tener un rol claro y definido para actuar con rapidez y precisión:

  • Odontólogo. Lidera la crisis, evaluando la situación, tomando decisiones críticas e indicando procedimientos como la RCP o la administración de medicamentos. Además, coordina con los servicios médicos de urgencia (112) en caso necesario.
  • Higienista dental. Apoya en la evaluación inicial, prepara el área para la atención de emergencia, realiza compresiones durante la RCP y asiste en la ventilación. También ayuda a coordinar las tareas con otros miembros del equipo.
  • Auxiliar dental. Proporciona apoyo directo al odontólogo y al higienista, garantizando la disponibilidad inmediata de equipos y suministros esenciales, como el desfibrilador y el maletín de primeros auxilios. También colabora en la monitorización de signos vitales y en la administración de oxígeno o medicamentos.
  • Recepcionista o personal administrativo. Activa el protocolo de emergencia, contacta con los servicios de emergencia, gestiona la comunicación con los familiares del paciente y asegura que la información proporcionada a los servicios médicos sea precisa para optimizar su respuesta.
  • Personal de apoyo (si está disponible). Apoya al equipo en tareas secundarias, como reubicar a otros pacientes y obtener suministros adicionales.

Como subraya el Dr. Salva, en este tipo de situaciones «debe quedar muy claro que todos estos protocolos deben ponerse en práctica con antelación y que deben repasarse cíclicamente. Tener una emergencia médica sin preparación es totalmente inadecuado y redundará en una mala calidad de atención, incidiendo en un peor desenlace, desde secuelas que pueden variar en gravedad, pero que dejarán consecuencias, o, incluso, el fallecimiento del paciente».

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