¿Cómo ha evolucionado la comunicación entre la clínica y el laboratorio dental? ¿Cómo ha impactado la digitalización en esta relación? ¿A qué desafíos se enfrentan los clínicos y técnicos de cara al futuro? A estas y más cuestiones tratan de responder los directores médicos de tres destacadas clínicas y los responsables de sus respectivos laboratorios de confianza.
La relación entre la clínica dental y el laboratorio protésico es un pilar fundamental en la práctica odontológica. Esta colaboración no solo garantiza resultados óptimos para los pacientes, sino que también fomenta el aprendizaje mutuo entre los diferentes profesionales y la mejora constante de los procesos. Clínicos y técnicos coinciden en que la comunicación efectiva y la confianza son esenciales para superar los desafíos presentes y futuros y para aprovechar al máximo las oportunidades que surgen.
La Dra. Araceli Morales, directora médica de la Clínica Dental Mediest, destaca la importancia de contar con un equipo protésico altamente cualificado, con recursos tanto digitales como analógicos, para afrontar los retos diarios. Para ella, «la comunicación directa y personal con el técnico es indispensable, especialmente en tratamientos complejos que requieren un enfoque particular».
Su laboratorio de confianza, Aragoneses Centro Protésico Dental, liderado por Rocío Aragoneses, comparte esta visión. Y es que, Rocío Aragoneses detalla que «es fundamental que haya buena relación, comunicación y entendimiento. Mi abuelo siempre decía que este trabajo es como un matrimonio: si no te llevas bien, es mejor no seguir juntos. Aunque he tenido mucha suerte con clientes y clínicas, en alguna ocasión no ha sido así, y lo mejor es terminar la relación cuanto antes. Es esencial trabajar bien, porque todo se hace por el bien del paciente».
Por su parte, el Dr. Luis Cuadrado, director de la Clínica Dental i2 Implantología, define al laboratorio como «un pilar fundamental» y subraya que la pasión compartida por el resultado óptimo es lo que permite seguir aprendiendo y ofreciendo los mejores tratamientos. «La relación con el laboratorio se basa en el respeto y admiración mutuos. No se trata solamente de solucionar los casos de una manera excelente, sino
de crear un vínculo de aprendizaje y crecimiento entre ambos que redunde en la calidad del tratamiento final y en la mutua satisfacción», añade el Dr. Luis Cuadrado.
«La comunicación directa y personal con el técnico es indispensable, especialmente en tratamientos complejos que requieren un enfoque particular», Dra. Araceli Morales
Este vínculo se hace más que evidente con su laboratorio habitual, Dental Digital Future, encabezado por Roberto Vives, quien enfatiza en la necesidad de trabajar en sinergia: «Aunque estemos en lugares diferentes, somos un equipo. La clínica debe entender lo que el laboratorio necesita, y el laboratorio debe trabajar en función de las directrices de la clínica». De manera similar, la Dra. María J. Pérez Rodríguez, directora médica de la Clínica Dental Odontic, valora aspectos esenciales como la profesionalidad, la eficacia, la eficiencia y, sobre todo, la cercanía y la comunicación directa con el laboratorio. Estas cualidades aseguran una colaboración fluida y productiva.
En este sentido, desde el Laboratorio Ávila Mañas, en quien confía sus trabajos la Dra. María J. Pérez Rodríguez, destacan como factores clave para el éxito de la relación la comunicación efectiva y la confianza mutua: «Es esencial que las clínicas compartan con nosotros una visión clara de sus necesidades y expectativas para poder ofrecer soluciones personalizadas y de alta calidad. También apreciamos la profesionalidad y el compromiso con los pacientes, ya que esto garantiza que los trabajos realizados sean valorados y utilizados en su máximo potencial. La puntualidad en los tiempos de entrega y una relación basada en el respeto y la colaboración son fundamentales para construir alianzas a largo plazo».
Pero, ¿cómo es, a día de hoy, la relación entre la clínica y el laboratorio dental? Según la Dra. Araceli Morales, esta relación es buena porque «está basada en el respeto mutuo y en el reconocimiento del trabajo del otro. Siempre digo que los retos hay que asumirlos pensando en lo que es mejor para el paciente y sentirnos orgullosos de lo que logremos, pero trabajando en equipo con tanta humildad como esfuerzo podamos hacer». Asimismo, añade: «En el futuro, esta colaboración entre clínicos y técnicos será aún más estrecha, intercambiando conocimientos de manera fluida y trabajando en sintonía para seguir elevando la Odontología en nuestro país».
«La relación con el laboratorio se basa en el respeto y admiración. No se trata solo de solucionar los casos de una manera excelente, sino de crear un vínculo de aprendizaje y crecimiento entre ambos», Dr. Luis Cuadrado
El Dr. Luis Cuadrado describe esta relación como magnífica y explica que está «basada en los mismos protocolos. Cada profesional tiene sus preferencias a la hora de un diseño o del uso de un material, pero todo, podríamos decir, está absolutamente automatizado». Una opinión compartida por Roberto Vives, quien afirma que la relación con la clínica es «de diez». Explica que intentan «facilitar al máximo los posibles inconvenientes de los trabajos y la clínica hace lo mismo con nosotros. Un punto a recalcar es que tengo acceso directo a cada doctor que trabaja en la clínica, y eso es magnífico para valorar, planificar y decidir los tratamientos».
Por su lado, la Dra. María J. Pérez destaca que su relación con el laboratorio es perfecta gracias a la consistencia en los protocolos y el enfoque colaborativo: «En nuestro caso hay una persona encargada siempre de la relación con el laboratorio para validar trabajos o solicitar feedback por nuestra parte. Y, por otro lado, tenemos un registro de trabajos enviados y recepcionados que manejamos todo el equipo».
En este sentido, desde el Laboratorio Ávila Mañas, apuntan que buscan «ser un socio estratégico para las clínicas, proporcionando no solo soluciones técnicas, sino también apoyo en la planificación de casos complejos a través de un servicio personalizado y con colaboración y confianza mutua».
Y, aunque la relación con la clínica y el equipo del laboratorio suele ser muy buena, no todo es un camino de rosas porque siempre puede haber excepciones, destaca Rocío Aragoneses. «A veces, hay personas que no saben manejar bien la relación con su equipo. También sigue existiendo una cierta tirantez, que puede deberse más a la dinámica cliente-proveedor que a la diferencia entre títulos universitarios y no universitarios».
«Los escáneres intraorales con su plataforma directa de comunicación han supuesto un cambio radical. Aunque para todos haya sido salir de nuestra zona de confort, la precisión ha merecido la pena»
Dra. María J. Pérez
Entre lo digital y lo humano
En este contexto, el avance tecnológico y la adaptación a nuevas herramientas han sido clave para reforzar esta relación, aunque los factores humanos como la confianza, el respeto y la comunicación siguen siendo indispensables. El Dr. Luis Cuadrado menciona que, en su clínica, casi el 100% de los tratamientos tienen una base digital gracias al uso de escáneres intraorales. Esto ha simplificado enormemente la comunicación entre clínico y técnico: «La comunicación es extraordinariamente fácil, no solo por el hecho «digital» sino por el conocimiento mutuo y la confianza». Sin embargo, subraya que hay casos excepcionales que requieren una comunicación más detallada para garantizar el éxito.
En el caso del laboratorio, Roberto Vives enfatiza cómo las herramientas tecnológicas han facilitado la transmisión de información clave: «Cada vez es más fácil, hay un montón de herramientas y aplicaciones de comunicación: fotografías, escaneados faciales, tomas de color guiadas, etc. Los doctores se esfuerzan más en darnos la mayor cantidad de información porque saben que aumenta el éxito del trabajo».
La Dra. María J. Pérez destaca cómo su transición hacia la Odontología digital en 2018 marcó un antes y un después: «Los escáneres intraorales con su plataforma directa de comunicación han supuesto un cambio radical. Aunque para todos haya sido salir de nuestra zona de confort, la precisión ha merecido la pena». Además, subraya la importancia de trabajar con laboratorios que están un paso adelante en tecnología, solventando problemas y facilitando la curva de aprendizaje, como es el caso del Laboratorio Ávila Mañas, para quien la digitalización ha fortalecido la confianza entre ambas partes, «ya que se trabaja de forma más transparente y eficiente».
«Tanto por las nuevas tecnologías de impresión como por los materiales innovadores que están por llegar, la impresión 3D transformará nuestra manera de trabajar»
Roberto Vives
Por otro lado, la Dra. Araceli Morales recalca que, aunque la digitalización es una herramienta poderosa, no debe sustituir la supervisión o intervención humana. «Digitalizar no es igual a infalibilidad. Nos movemos en un mundo que está evolucionando muy rápidamente y debemos aprender sus códigos, pero sin perder la esencia del contacto humano». Aspecto en el que también incide el Dr. Luis Cuadrado. «Las tecnologías pueden mejorar los procesos a todos los niveles, pero el factor humano sigue siendo fundamental. Aunque muchos procesos sean plenamente automatizables, la mano del profesional logra un tratamiento de mejor calidad. La tecnología es un complemento, no el factor principal».
La digitalización ha cambiado las reglas del juego aumentando la información que se maneja entre clínica y laboratorio. Pero, ¿es esto siempre positivo? «Es cierto que ahora disponemos de más información y canales de comunicación, pero esto también genera un problema: la información se multiplica. Por ejemplo, una prescripción puede llegar a través de una plataforma específica y adecuada o a través de otras plataformas no autorizadas por la Ley Orgánica de Protección de Datos, como correo electrónico, WhatsApp o WeTransfer, lo que complica la gestión. La digitalización aporta grandes beneficios, pero requiere un protocolo interno eficiente y el cumplimiento estricto de la normativa vigente, que muchas veces no se respeta», advierte Rocío Aragoneses.
Presente y futuro tecnológico
Sobre las tecnologías que pueden ser más revolucionarias para esta relación de cara al futuro, la Dra. María J. Pérez comenta la importancia de integrar archivos digitales como STL, OBJ, X3D y DICOM, asegurando que sean fáciles de compartir entre clínicos y técnicos. Además, subraya la necesidad de incorporar escáneres faciales para una mejor planificación de los casos: «Un buen escáner facial integrado con archivos DICOM y STL del propio paciente supone un paso adelante, aunque aún queda por mejorar el flujo de trabajo».
Por su parte, la Dra. Araceli Morales menciona que «la automatización y el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial y la robotización están transformando nuestra profesión. En unos cinco años, o quizá antes, veremos un panorama completamente diferente al que hemos conocido hasta ahora. Pienso, por ejemplo, en la colocación de implantes mediante robots, que podría sustituir los sistemas de navegación actuales. Aquí quiero agradecer el trabajo de Biotech y Medicalfit, que están impulsando innovaciones tecnológicas para el sector».
Roberto Vives señala que la impresión 3D es la tecnología con mayor potencial revolucionario en los próximos años: «Tanto por las nuevas tecnologías de impresión como por los materiales innovadores que están por llegar, la impresión 3D transformará nuestra manera de trabajar».
Opiniones que comparten Rocío Aragoneses y el Laboratorio Ávila Mañas. Desde este último subrayan que «la IA aplicada a la Odontología, las impresoras 3D avanzadas para materiales biocompatibles y los sistemas de diagnóstico remoto prometen revolucionar el sector. Además, los desarrollos en escáneres intraorales y software de diseño seguirán evolucionando, permitiendo personalizar aún más los tratamientos. En conjunto, estas tecnologías mejorarán la precisión, la eficiencia y la experiencia tanto del paciente como de los profesionales».
«Invertir en formación no solo mejora la calidad y los procesos internos, sino que también refuerza la confianza del equipo y facilita la comunicación con las clínicas» Rocío Aragoneses
Obstáculos por superar
Pero, a pesar de los avances logrados, la relación entre clínicas y laboratorios aún puede enfrentarse a ciertos desafíos. El Dr. Luis Cuadrado explica que la «presión de los tiempos» puede generar fricciones ocasionales, aunque subraya la importancia de la actitud y la empatía para superarlas: «Tener siempre la mejor actitud, comprensión y ponerse siempre en el lugar del otro y, sobre todo, en el lugar del paciente, ayuda a superar los malos momentos». También propone que los técnicos de laboratorio puedan trabajar directamente en las clínicas, como ocurre en otros países, permitiéndoles disfrutar de la reacción del paciente y comprender mejor las limitaciones a las que se enfrentan los dentistas.
La Dra. Araceli Morales opina que más que obstáculos, se trata de dificultades diarias que pueden superarse con comunicación constante y formación continua: «No es solo que nadie es perfecto, es que nadie sabe todo siempre». Para Rocío Aragoneses, «creo que el problema no son los obstáculos por superar, sino que venimos de una generación en la que no todos hemos desarrollado habilidades sociales o comunicativas. Esto es más una asignatura pendiente de cada persona que del propio sector. Sin embargo, sigue habiendo cierta percepción clasista en la que algunas personas, por sus títulos o rango, son tratadas con más respeto o cuidado, a veces por razones políticas o jerárquicas, más que por sus méritos reales».
Por su parte, la Dra. María J. Pérez y Roberto Vives coinciden en que actualmente no enfrentan obstáculos significativos gracias a la colaboración estrecha y la adaptación mutua lograda a lo largo de los años. Como destaca Roberto Vives: «A día de hoy ninguno, tanto el laboratorio como la clínica nos hemos adaptado el uno al otro, y la mayoría de las veces ya sabemos cómo piensa la clínica y la clínica sabe cómo vamos a hacer los trabajos».
Sin embargo, desde el Laboratorio Ávila Mañas valoran que uno de los mayores retos tiene que ver con la integración de todas las herramientas digitales en todas las clínicas. «Aunque muchas ya trabajan con tecnología avanzada, otras dependen todavía de métodos tradicionales, lo que puede generar retrasos o falta de precisión en la comunicación». En este sentido, seguir fortaleciendo la formación técnica tanto en clínicas como en laboratorios se vuelve fundamental para que ambas partes puedan aprovecharse al máximo de las posibilidades que ofrece la digitalización.
Casos desafiantes y aprendizajes
Los casos complejos son una prueba de fuego para la relación entre clínica y laboratorio, momentos en los que sale a relucir y se mide tanto la capacidad técnica como la colaboración entre ambos equipos. El Dr. Luis Cuadrado comparte que, en su clínica, los desafíos son constantes. Sin embargo, confían plenamente en el laboratorio: «Sabemos que el laboratorio está ahí siempre para dar lo mejor de sí mismo. Y si tenemos que modificar algo en base a sus sugerencias, lo hacemos. Por ejemplo, en carga inmediata de los casos más complejos o en los casos más sencillos, siempre esperamos a las sugerencias del laboratorio antes de dar por finalizada la fase quirúrgica después del escaneado intraoral».
La Dra. Araceli Morales menciona que ha enfrentado numerosos casos desafiantes, especialmente con pacientes referidos o aquellos que no asistieron a sus citas de revisión: «En estos últimos meses hemos tenido casos de rehabilitaciones especialmente complicadas, y gracias al trabajo conjunto con nuestros técnicos hemos logrado devolverles la función necesaria y la estética deseada». Además, expresa su gratitud hacia los técnicos: «Quiero hacer aquí un elogio encendido a esos técnicos, tanto a los de tantos años como a quienes recientemente nos han ayudado con soluciones digitales muy avanzadas. Se han volcado profesional y personalmente, como es el caso de Rocío Aragoneses».
La Dra. María J. Pérez recuerda que las rehabilitaciones a doble arcada o combinaciones de trabajos sobre dientes e implantes han sido especialmente desafiantes. Destaca la primera rehabilitación híbrida de composite sobre implantes como un hito: «El éxito de trabajar con laboratorios de prótesis referentes es el éxito para nuestros pacientes y equipos. El equipo siempre dice que las rehabilitaciones provisionales ya tienen estética de definitivas».
Desde el laboratorio, Roberto Vives describe un caso particularmente complicado: «Fue un caso de un bimaxilar que combinaba prótesis sobre implantes, corona de diente natural y carillas. El primer obstáculo fue la elección del material, ya que fue un caso monolítico, y decidimos elegir dos materiales: disilicato y circonio. Con mucho trabajo, todos quedamos muy contentos, sobre todo el paciente».
En el Laboratorio Ávila Mañas recuerdan un caso de rehabilitación completa que requería una combinación de métodos tradicionales y digitales debido a las limitaciones del paciente. «Para superarlo, apostamos por una planificación multidisciplinar, involucrando tanto a nuestro equipo técnico como al personal clínico. Utilizamos escaneos intraorales para optimizar los tiempos y garantizar precisión, pero también recurrimos a técnicas manuales en los detalles finales para lograr el acabado perfecto».
«Los encargos más desafiantes suelen ser aquellos en los que me piden un favor, ya que esto implica modificar el protocolo y las fases de trabajo establecidas, lo que dificulta gestionar casos a medida. ¿Cómo lo resolvemos? Gracias a un equipo con amplia experiencia y formación, que sabe prever cómo se desarrollarán los casos. Esa combinación de conocimiento y bases sólidas nos permite superar estos desafíos con éxito», cuenta Rocío Aragoneses.
La importancia de la formación continua
En un sector tan dinámico como el de la Odontología, la formación continua se ha convertido en un factor clave tanto para las clínicas como para los laboratorios protésicos. El Dr. Luis Cuadrado resalta que «si no te actualizas, estás totalmente fuera de juego». Según explica, su clínica ha disfrutado de una posición privilegiada al colaborar en el desarrollo de nuevas soluciones incluso antes de su disponibilidad en el mercado. Además, destaca que su laboratorio asociado se encuentra siempre a la vanguardia, lo que facilita el trabajo conjunto.
Precisamente, Roberto Vives enfatiza en la transformación del sector hacia un enfoque digital: «Constantemente están saliendo materiales, cerámicas y tecnologías como la impresión 3D, lo que exige una formación continua para estar a la vanguardia». Este cambio ha modificado profundamente los procesos, dejando el trabajo manual limitado principalmente a las etapas finales.
Por su parte, la Dra. María J. Pérez Rodríguez señala que la formación en el flujo digital ha permitido que «lo difícil se vuelva fácil». Su equipo trabaja bajo protocolos unificados que aseguran la detección y resolución eficiente de incidencias. Asimismo, destaca la perfecta comunicación con los laboratorios, a los que considera «miembros más del equipo, aunque lo sean externamente».
En la misma línea, desde el Laboratorio Ávila Mañas subrayan que «la formación continua es una prioridad» para garantizar la calidad del servicio. Destaca que mantenerse al día en las últimas tecnologías no solo optimiza los procesos internos, sino que también crea una relación de confianza con las clínicas, quienes valoran trabajar con un laboratorio preparado para los desafíos futuros.
Para la Dra. Araceli Morales, el estudio y la formación no son solo una constante, sino casi una obsesión. «Estoy convencida de que eso redunda en beneficio de los pacientes y favorece la relación con el laboratorio», comenta, destacando, asimismo, cómo esta práctica eleva la calidad del trabajo en equipo. Aspecto en el que coincide Rocío Aragoneses, para quien la formación y el bienestar del equipo han sido siempre prioridades en su laboratorio. «Invertir en formación no solo mejora la calidad y los procesos internos, sino que también refuerza la confianza del equipo y facilita la comunicación con las clínicas».