Tradicionalmente, la prevención en odontología ha seguido un esquema clásico: el profesional informa, el paciente escucha y, en teoría, aplica los cambios recomendados. Pero la realidad es otra. Este enfoque directivo, conocido como «reflejo de corrección» (fixing reflex), a menudo genera resistencia y falta de adherencia por parte del paciente a las recomendaciones.
Aquí es donde entra en juego la entrevista motivacional (motivational interviewing, MI), un método que cambia las reglas del juego. En lugar de imponer cambios, la MI ayuda a los pacientes a encontrar su propia motivación para mejorar su salud bucodental. Un artículo reciente en la British Dental Journal (Aiman et al., 2025) analiza su aplicación en odontología y resalta su eficacia, incluso en intervenciones cortas.
¿Qué es la entrevista motivacional?
La entrevista motivacional es un enfoque de comunicación centrado en el paciente, diseñado para fortalecer su motivación y compromiso con el cambio de hábitos. Se basa en la escucha activa, la empatía y la exploración de ambivalencias, en lugar de imponer normas o corregir conductas directamente.
Este método utiliza cuatro principios clave:
- Expresar empatía → Mostrar comprensión y aceptación de las preocupaciones del paciente.
- Desarrollar la discrepancia → Ayudarle a identificar la diferencia entre su situación actual y sus objetivos de salud.
- Evitar la confrontación → En lugar de discutir o corregir, se fomenta la reflexión y el autoconvencimiento.
- Acompañar la resistencia → Si el paciente duda o rechaza el cambio, en vez de presionar, se le guía para que explore sus propias razones para mejorar.
¿Dónde funciona mejor la entrevista motivacional en odontología?
El estudio identifica varias áreas donde la MI ha demostrado ser especialmente útil:
- Menos caries, mejor higiene oral → Se ha visto que la MI mejora la rutina de higiene bucodental y reduce la incidencia de caries, sobre todo en niños de entornos vulnerables.
- Más prevención de enfermedades periodontales → Fomenta el uso del hilo dental y una mayor adherencia a los tratamientos periodontales.
- Dejar el tabaco y reducir el alcohol → La MI ha dado buenos resultados en la cesación tabáquica y la disminución del consumo de alcohol, dos factores de riesgo clave para el cáncer oral.
- Menos ansiedad en la consulta → Aunque se necesita más investigación, algunos estudios sugieren que la MI ayuda a los pacientes a manejar mejor el miedo al dentista.
- Menos anestesia general en niños → Un estudio señala que la aplicación de MI por parte de enfermeros dentales redujo la incidencia de nuevas caries, disminuyendo así la necesidad de tratamientos bajo anestesia general.
¿Por qué la MI es más efectiva que el enfoque tradicional?
La clave de la MI es que evita la confrontación y el juicio. En lugar de bombardear al paciente con información, el profesional usa preguntas abiertas y técnicas como la «charla de cambio» (change talk) para ayudarle a descubrir sus propios motivos para modificar sus hábitos. Esto genera una comunicación más efectiva y una mayor confianza en la relación clínica.
Cómo incorporar la MI en la consulta
El estudio subraya la importancia de formar a los profesionales de la odontología en entrevista motivacional, tanto en la etapa universitaria como en la educación continua. Sin embargo, la presencia de la MI en los programas de formación sigue siendo escasa.
A nivel internacional, algunos países ya han integrado la MI en la enseñanza dental con buenos resultados. Por ejemplo:
- En Estados Unidos, los estudiantes de higiene dental que recibieron 14 horas de formación en MI demostraron mejoras significativas en sus habilidades de comunicación con los pacientes.
- En Illinois, los estudiantes de odontología que recibieron solo tres horas de formación en MI lograron aplicar la técnica en casos clínicos con éxito.
- En Países Bajos, los estudiantes de odontología entrenados en MI para el abandono del tabaco lograron que un número significativamente mayor de pacientes dejara de fumar, en comparación con quienes no recibieron esta formación.
En el Reino Unido, la General Dental Council (GDC) ha establecido nuevas directrices para la formación en odontología a partir de 2025, enfatizando la necesidad de mejorar las habilidades de comunicación y fomentar un enfoque centrado en el paciente. En este contexto, la MI encaja perfectamente como herramienta clave para promover la adherencia a los tratamientos y la mejora de la salud oral.
Pero la formación no debe limitarse a la etapa universitaria. Para que la MI se implemente con éxito en la práctica clínica, es esencial formar a los odontólogos en ejercicio y a todo el equipo dental. Una barrera actual es la falta de mentores clínicos con experiencia en MI, lo que subraya la necesidad de programas de formación continua.
Lo positivo es que la MI no requiere un aprendizaje largo ni complejo: se ha demostrado que incluso cursos breves de dos días pueden generar mejoras en la comunicación clínica, aunque el desarrollo de la competencia en MI se beneficia de una formación más prolongada y práctica continuada.