Con la investigación y la docencia como dos pilares fundamentales dentro de su trayectoria profesional, la Dra. Elena Figuero tiene un objetivo claro: generar conocimientos que ayuden a los demás y formar a las futuras generaciones de dentistas en una Odontología basada en la evidencia científica y orientada a la prevención.
– Dra. Figuero, recientemente, el «Ranking of the World Scientists» de Stanford la ha situado como una de las investigadoras más influyentes en el último año por el impacto científico de sus trabajos. ¿Cómo se llega a figurar en esta prestigiosa lista?
– Lo primero querría destacar que estoy especialmente emocionada y orgullosa de figurar en esta lista. Creo que para llegar hasta aquí es necesaria la conjunción de varios elementos. Por un lado, tener una formación adecuada, tanto en Odontología de forma general como un área específica de ella (en mi caso, en Periodoncia) y, además, en Metodología de Investigación y Estadística. Esto te permite ser capaz de desarrollar todos los pasos necesarios para llevar a término investigaciones de calidad, siguiendo la rigurosidad que exigen este tipo de trabajos. También, formar parte de un equipo de investigación que te permita crecer profesionalmente. En este sentido, el grupo ETEP (Etiología y Terapéutica de las Enfermedades Periodontales y Periimplantarias) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), dirigido por el Prof. Mariano Sanz y el Prof. David Herrera, me ha apoyado desde mis comienzos y ahora tengo la suerte de poder coordinarlo.
Y, por último, colaborar con otros equipos de investigación tanto nacionales como internacionales con el fin de crear estrategias comunes para dar soluciones a problemas transversales, generando así redes de investigación. Pero, para poder desarrollar todo lo anterior, es fundamental tener un soporte personal relevante. Hacer investigación implica una gran dedicación y, por tanto, menos tiempo para estar con tu familia y tus amigos. Yo solo tengo palabras de agradecimiento a todas aquellas personas que han creído y confiado en mí, y que me han permito hacer realidad mis sueños.
– Dentro de ese Grupo de investigación ETEP, ¿cuáles de los numerosos proyectos de investigación en los que ha participado cree que ha tenido mayor repercusión dentro de la comunidad odontológica y puede impactar o ha impactado más directamente en la mejora de la salud de los pacientes?
– Nuestro grupo de investigación tiene cinco grandes líneas de investigación: eficacia de las intervenciones con implantes dentales y protocolos de regeneración ósea; eficacia de las intervenciones diagnósticas y terapéuticas en el manejo de las enfermedades periodontales y periimplantarias; repercusiones sistémicas de las enfermedades periodontales; etiología y patogenia de las enfermedades periodontales y periimplantarias; y biomateriales y protocolos de ingeniería titular en regeneración ósea y periodontal.
Todas ellas son relevantes, pero creo que una de las más destacadas por su impacto en la salud de los pacientes es la tercera, que se centra en el impacto que tienen las enfermedades periodontales, concretamente la periodontitis, en ciertas enfermedades sistémicas, tales como las enfermedades cardiovasculares o la diabetes.
Concretamente, yo me he focalizado en desarrollar una nueva línea de investigación centrada en el efecto de la periodontitis en las enfermedades neuropsiquiátricas. Hemos establecido una línea de colaboración con un grupo de investigación de la Facultad de Medicina de la UCM dirigido por el Prof. Juan Carlos Leza en la que estamos analizando la relación entre la periodontitis y dos de estas enfermedades neuropsiquiátricas, la depresión y la esquizofrenia. Gracias a nuestras investigaciones hemos visto cómo
la combinación de depresión y periodontitis es capaz de inducir neuroinflamación (inflamación a nivel cerebral). Esto nos ha servido para ahondar en el conocimiento sobre el mecanismo etiopatogénico de la depresión y desarrollar, por tanto, estrategias terapéuticas interdisciplinares.
Por otro lado, creo que también es importante y con mucha proyección en el futuro el estudio de las enfermedades periimplantarias. Sabemos que son enfermedades altamente prevalentes, dado que, aproximadamente, dos de cada tres pacientes a los que se les coloque un implante van a desarrollar algún tipo de enfermedad periimplantaria en un futuro no muy lejano. De hecho, en investigaciones recientes de nuestro grupo hemos detectado que, seis meses tras la colocación de las restauraciones sobre los implantes, aproximadamente el 50% de los pacientes ya tienen sangrado en algún punto de sus implantes (mucositis periimplantaria). El desarrollo de estrategias preventivas eficaces para prevenir el desarrollo de enfermedades periimplantarias va a ser crucial para el futuro de la profesión.
«La implementación de los sistemas de inteligencia artificial constituye el futuro de la investigación en la Odontología en general»
– De cara al futuro más cercano, ¿hacia dónde cree que se dirigirán las principales líneas de investigación en el campo de la Periodoncia en particular y la Odontología en general?
– La implementación de los sistemas de inteligencia artificial constituye el futuro de la investigación en la Odontología en general. Son herramientas que ya tenemos entre nosotros, pero que aún no sabemos utilizar de la forma adecuada para sacar rendimiento a todo su potencial. Las mejoras en la investigación van a venir de la mano de la incorporación de todos estos sistemas, no solo en cuanto a herramientas de diagnóstico, sino también de prevención y de tratamiento. Un ejemplo de esto en el mundo de la Periodoncia es el desarrollo de nuevos materiales inteligentes para el desarrollo de implantes dentales que se adaptan al ambiente, como los que estamos desarrollando en la UCM gracias a un proyecto europeo coordinado por el Prof. Mariano Sanz.
– ¿Se apoya suficientemente la investigación en el campo odontológico?
– Creo que podría decir que siempre es necesario más apoyo a la investigación en general y, en la Odontología, en particular. Sin embargo, en nuestro campo, tenemos dos vías claves de financiación de la investigación que deben ser consideradas. Por un lado, al igual que en el resto de las ramas de la investigación, se encuentran los proyectos competitivos (internacionales, europeos o nacionales), que son los más atractivos, puesto que son los que proporcionan más retribución económica, a la vez que mayor valor «académico». Para que un grupo de investigación del campo odontológico pueda competir en una de estas convocatorias, necesita aliarse con grupos de investigación de otros ámbitos. Sin estos otros grupos, a día de hoy, sería impensable que la Odontología pudiera estar presente en este tipo de convocatorias. Sin embargo, una ventaja que existe en nuestro campo es la de contar con proyectos de investigación financiados a través de contratos con empresas del sector odontológico que nos permiten hacer investigación de una manera bastante más ágil, puesto que no incluyen una fase de concurso competitivo previo y permiten generar investigación sobre técnicas o materiales en los que las empresas estén interesadas. Para cualquiera de estas dos vías, creo que sería deseable tener más apoyo administrativo. Creo que este es una de las grandes carencias de las universidades públicas españolas.
– ¿Qué le aporta la faceta investigadora a nivel profesional?
Todo. A mí me encanta la investigación. De hecho, yo supe que quería hacer investigación antes de saber que quería hacer Odontología. Ahora bien, la Odontología, y en especial la Periodoncia, me abrió las puertas al mundo investigador aplicado a un área concreta. Es más, cuando acabé mi formación al nivel de especialista en Periodoncia en la UCM, hice una formación específica en metodología de investigación y estadística en Ciencias de la Salud de cuatro años de duración en la Universidad de Barcelona. Gracias a ambos tipos de conocimientos no solo puedo entender la investigación con otra perspectiva, sino que también me ha permitido crear un título propio específico sobre metodología de investigación en Odontología, que es un título propio de la UCM, en colaboración con Sepa (Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración).
«Tenemos que tener en cuenta nuestra habilidad clínica y las necesidades del paciente, pero siempre tomando decisiones respaldadas por la evidencia científica»
– ¿Y la docencia? Recordemos que es usted profesora titular de Periodoncia, además de Vicedecana de Calidad y Relaciones Internacionales en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid.
– La docencia es otro pilar de mi vida. Yo vengo de familia de docentes, con lo cual he vivido la docencia desde que era pequeña. Sin embargo, he descubierto a posteriori que realmente disfruto mucho enseñando, porque siento que estoy ayudando a otras personas y que estoy transmitiendo el conocimiento. Con la investigación generas conocimiento y con la docencia lo difundes, por lo que creo que es la combinación perfecta. Y a esta combinación le añadimos la gestión, que no siempre es tan satisfactoria como las otras dos, pero que a mí me ha aportado también mucho al ayudarme a entender todo el funcionamiento de la vida universitaria. Tengo que destacar aquí que ser vicedecana no implica impartir docencia, es decir, para ser vicedecana tienes que ser docente, pero te reduce horas de docencia dado que implica horas de gestión universitaria. Un profesor docente a tiempo completo tiene tres grandes funciones: docencia, investigación y gestión. Desde aquí quiero agradecer al Prof. Gonzalo Hernández Vallejo que contó conmigo primero como Secretaria Académica del Departamento de Especialidades Clínicas Odontológicas cuando él era Director y que, posteriormente, cuando se convirtió en Decano de la Facultad, volvió a contar conmigo, ahora como Vicedecana de Calidad y Relaciones Internacionales que, de todos los vicedecanatos, sin duda es el que más me gusta.
– Es usted dictante habitual de cursos y conferencias tanto a nivel nacional como internacional. ¿Qué le aporta compartir sus conocimientos con otros profesionales del sector?
– Compartir los conocimientos que tú has generado con tu investigación es, sin duda, maravilloso, ya que puedes centrarte en las novedades que se han publicado. No olvidemos que, a día de hoy, tenemos que hacer una Odontología basada en la evidencia; es decir, tenemos que tener en cuenta nuestra habilidad clínica y las necesidades del paciente, pero siempre tomando decisiones respaldadas por la evidencia científica. Por tanto, poder ser transmisora de este conocimiento científico, me permite no solo ayudar al profesional en la mejora de su práctica clínica diaria, sino también a los pacientes, que serán los que reciban el tratamiento más eficaz.
– De hecho, está inmersa en la organización de EuroPerio 11, el congreso de la Federación Europea de Periodoncia, que tendrá lugar en Viena del 14 al 17 de mayo de 2025. ¿Qué espera de esta gran cita científica?
– EuroPerio se organizó por primera vez en 1994 por parte de la Federación Europea de Periodoncia (EFP), que representa a 43 sociedades científicas periodontales nacionales, incluida Sepa. Se celebra cada tres años y en este 2025 alcanza su undécima edición. Yo espero que sea un punto de encuentro de profesionales en el que se conozcan los últimos avances a nivel de la ciencia en el campo de la Periodoncia y los Implantes dentales. Además de sesiones magistrales, habrá comunicaciones de investigación, cirugías en directo o talleres, para que también se pueda potenciar la habilidad clínica de los asistentes. Pero no solamente eso, sino que también será un punto de encuentro entre diferentes grupos de investigación, profesionales y empresas, para realizar networking y establecer contactos que, espero, acaben en el diseño de nuevas y futuras investigaciones.
Tengo el privilegio de dirigir este congreso junto con los Profesores Anton Sculean y Lior Shapira y quiero destacar, además, que solo en dos ocasiones previas ha habido una mujer involucrada en su organización. Por ello, también creo que es importante poner encima de la mesa el papel de la mujer no solamente en la Periodoncia, sino también en la organización de eventos científicos de esta magnitud.
– ¿Cree que los futuros dentistas muestran un interés suficiente por la investigación? ¿Qué acciones se podrían llevar a cabo desde las universidades o programas de formación para incentivar su curiosidad y participación en proyectos de investigación?
– Hay un grupo de gente que muestra interés, pero no es algo generalizado, y creo que esto también se debe a que hay un problema de base con la investigación en Odontología, y se centra en que tenemos muy poca formación durante la formación pregraduada. En la actualidad, solo hay una asignatura específica de investigación en nuestro Grado en Odontología y está en el primer curso por lo que, el estudiante, cuando llega a quinto, ya no se acuerda de sus contenidos.
Sin embargo, quiero destacar una actividad específica muy interesante en esta línea de acción desde la UCM. Se trata de la organización de un congreso de investigación específico para estudiantes de los diferentes grados en Ciencias de la Salud, con el objetivo de despertar su interés por la investigación ofreciéndoles la opción de presentar sus primeras comunicaciones de investigación en un ambiente cercano.
El resto de las iniciativas que conozco son todas ellas a nivel de formación posgraduada, bien a nivel de titulaciones universitarias oficiales (Máster en Ciencias Odontológicas o Doctorado en Ciencias Odontológicas), el título propio de la UCM en colaboración con Sepa de Metodología de Investigación en Odontología, o las formaciones específicas organizadas por las sociedades científicas, como puede ser, en el caso de Sepa, la existencia de una comunidad específica de metodología de investigación, las aulas de investigación o los congresos e investigación en Periodoncia y osteintegración organizados en años alternos.
– ¿Cree que hay algún aspecto del sistema de formación o investigación en Odontología en España que podría mejorarse para enfrentar mejor los desafíos actuales y futuros?
– Añadiría la necesidad de incorporar formación específica en las nuevas herramientas digitales y sistemas de inteligencia artificial. Creo que tenemos que adaptarnos a las necesidades de tratamiento de nuestros pacientes, a las novedades tecnológicas y científicas que existan, y que todo eso pueda implementarse en los currículums. De hecho, desde el equipo decanal de esta Facultad se ha desarrollado el proyecto Innova-Gestión, liderado por el Prof. Francisco Martínez Rus, que ha tenido como objetivo reflexionar sobre todo esto para tratar de identificar el Grado en Odontología que queremos para 2035.
– También es usted patrona de la Fundación Sepa de Periodoncia e Implantes. ¿En qué consiste y cómo valora su contribución a esta importante organización odontológica?
– En Sepa desempeño dos roles principales. Por un lado, tengo una función institucional como patrona de la Fundación Sepa, que es el órgano de gobierno responsable de aprobar el plan de actuación de la sociedad científica. Aunque la ejecución recae en el Comité Ejecutivo, desde el Patronato participamos en la toma de decisiones que tienen como objetivo desarrollar la Periodoncia y promover tanto la salud bucal como la salud general.
Para mí, formar parte de este equipo y colaborar en estas decisiones estratégicas es un honor, ya que me permite contribuir a la mejora de Sepa. Por otro lado, también tengo un papel más directo y práctico dentro de las acciones de Sepa. Por ejemplo, dirijo la comunidad de metodología de investigación, que se creó en 2022 (centrada en ofrecer formación y apoyo a los investigadores y a las distintas comunidades de Sepa) y coordino el título propio en metodología de investigación. Ambas facetas, tanto la institucional como la formativa, son importantes y se complementan, ya que me permiten contribuir desde una visión estratégica y también desde la formación en investigación, que es un área que me apasiona.
– En las aulas, ¿ve diferencias entre las nuevas generaciones de dentistas y las de hace algunos años? ¿Qué diferencias principales encuentra y cree que es algo positivo o negativo este cambio de perfil?
– Desde 2011 he sido docente y he observado cambios en el interés y madurez de los estudiantes, especialmente en los primeros cursos del Grado en Odontología. En la UCM, donde imparto clases, el acceso requiere una nota de corte alta, lo que atrae a estudiantes muy preparados. Sin embargo, muchos llegan confiados, acostumbrados a destacar en sus centros de origen, y tardan en adaptarse a un entorno donde todos tienen un nivel elevado.
En primero y segundo curso suelen estar más enfocados en aprobar exámenes que en aprender, pero al llegar a cuarto y quinto, la madurez ya se nota; son conscientes de que pronto ejercerán su profesión y buscan una formación sólida.
Otro cambio significativo es el impacto de las nuevas tecnologías en el aprendizaje. Los estudiantes actuales, nativos digitales, toman apuntes en dispositivos electrónicos, comparten archivos en tiempo real y confían en que toda la información está disponible en la nube. Aunque estas herramientas son útiles, a veces pueden hacer que pierdan el interés o se desconecten del proceso de aprendizaje en persona. Para responder a esta realidad, hemos adoptado nuevas metodologías educativas que van más allá de las clases magistrales tradicionales. Ahora se prioriza que los alumnos sean capaces de generar y transmitir conocimiento, lo que les permite aprender de forma más activa y duradera, siguiendo modelos como la taxonomía de Bloom. Este enfoque fomenta habilidades prácticas y garantiza que el aprendizaje sea relevante y efectivo para las generaciones actuales.
– En su rol como Vicedecana de Calidad y Relaciones Internacionales de la Facultad de Odontología de la UCM, ¿cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta la universidad española para mantener la excelencia académica en la formación de los futuros dentistas?
– El principal desafío, desde mi perspectiva, es la lenta adaptación de la universidad a los cambios. Desde que una transformación ocurre en la sociedad hasta que se implementa en el ámbito universitario, suelen pasar años. En una institución tan grande y estructurada como la UCM, con más de 100.000 miembros, esta rigidez dificulta la incorporación ágil de novedades, ya sea en el currículum o en la normativa. A pesar de ello, creo que cada docente puede aportar su granito de arena, integrando en sus clases los avances clínicos y sociales que aún no estén formalizados en el plan de estudios.
Desde mi posición como Vicedecana de Calidad y Relaciones Internacionales, intento trasladar esta proactividad a todos los docentes, fomentando una enseñanza que refleje los cambios actuales. Nuestro objetivo es garantizar que la formación que ofrecemos esté a la altura de las necesidades de los estudiantes y de los avances en la sociedad. Este esfuerzo constante es una de las razones por las que nuestro centro ocupa el primer puesto en el ranking Quacquerelli Symonds (QS), en España.
Aunque todavía queda trabajo por hacer, este logro es el resultado de la suma de la gestión, la investigación, la docencia y el compromiso con la calidad educativa.
El potencial de la IA
Al ser preguntada por el futuro de la profesión, la Dra. Elena Figuero lo tiene claro: «Me considero optimista porque creo que es fundamental ver el lado positivo de los cambios y usarlos como un estímulo para mejorar. Aunque el pasado puede parecer más sencillo, debemos enfocarnos en las oportunidades que ofrecen las novedades actuales. Una de las herramientas clave para el futuro son los sistemas de inteligencia artificial, que han llegado para quedarse y revolucionarán áreas como el diagnóstico clínico, la planificación de tratamientos y la implementación de intervenciones. Desde las universidades tenemos que enseñar a utilizar estas herramientas y fomentar una Odontología basada en la evidencia, asegurándonos de que tanto estudiantes como profesionales en activo mantengan una actualización constante en su práctica diaria. Además, la prevención seguirá siendo esencial y la inteligencia artificial nos permitirá adelantarnos en el diagnóstico y tratamiento, ofreciendo a los pacientes una atención más efectiva y personalizada. Este progreso no solo debe centrarse en España, sino también extenderse a países en vías de desarrollo, donde las necesidades son aún más inminentes. Por tanto, la colaboración entre la sociedad, los pacientes, los profesionales, las universidades y la investigación será clave para garantizar que estas mejoras lleguen a todos los rincones del mundo».