Los dientes, que desempeñan un papel crucial en la masticación, están protegidos por una capa de esmalte que les aporta resistencia y durabilidad. Sin embargo, a diferencia de otros tejidos del cuerpo, el esmalte dental no tiene capacidad de regeneración, siendo más vulnerable al desgaste y al deterioro con el paso del tiempo.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington (UW) y el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) ha utilizado tecnología avanzada para examinar los átomos individuales en el esmalte dental y descubrir cómo las propiedades físicas y químicas del esmalte evolucionan con el tiempo. La investigación se ha centrado en comprender los cambios que hacen que el esmalte sea más susceptible al daño a medida que envejecemos, aportando información clave para desarrollar tratamientos más eficaces en Odontología.
Para ello, se ha examinado la composición atómica del esmalte de dos dientes de dos varones de 22 y 56 años. En concreto, el equipo ha analizado tres muestras de cada uno de los dos dientes, comparando las diferencias en la composición de elementos en tres zonas específicas de las pequeñas estructuras repetitivas: el núcleo de la estructura, una «capa» que recubre el núcleo y el espacio entre estas capas. En las muestras del diente del varón de 56 años, se ha observado una mayor concentración de flúor en casi todas las regiones, siendo particularmente elevada en las zonas correspondientes a la capa exterior.
“Conocemos que los dientes tienden a volverse más frágiles con la edad, especialmente en la superficie exterior, donde suelen aparecer las primeras grietas”, ha explicado Jack Grimm, autor principal del estudio, quien ha añadido que “existen varios factores que contribuyen a este fenómeno, y uno de ellos está relacionado con la composición mineral. Nuestro objetivo es entender con precisión cómo varía este contenido mineral, y para lograrlo, es necesario analizarlo a escala atómica”.
“Queríamos explorar cómo se distribuye el contenido orgánico en el esmalte dental y determinar si la pequeña cantidad de proteína presente en este tejido desaparece con la edad. Sin embargo, uno de los hallazgos más evidentes ha sido la distribución del flúor dentro de la estructura cristalina”, ha explicado Dwayne Arola, coautor del estudio. “Aún no podemos dar una conclusión definitiva sobre cómo el envejecimiento afecta a los dientes de manera general, sin embargo, sí tenemos una cosa clara: es fundamental utilizar flúor o productos fluorados para prevenir la aparición de caries dentales”, ha concluido.