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Meritxell Soler: «Si no te mantienes en activo y estás formándote permanentemente, quedas definitivamente apartada de la profesión»

Meritxell Soler es una joven y singular odontóloga. Su singularidad reside en su doble faceta profesional, pues a su condición de dentista le une la de atleta. La deportista se ha consolidado entre las mejores fondistas de nuestro país y, tras haber conseguido la segunda mejor plusmarca nacional en medio maratón, Meritxell compitió este verano en la maratón de los Juegos Olímpicos de París, donde consiguió un meritorio 25º puesto. La atleta catalana atendió a nuestro compañero Jordi Vilagut, responsable de Contenidos de Diffusion Sport, medio de comunicación de Peldaño Media Group, en las instalaciones que la filial ibérica de Puma tiene en Cornellà de Llobregat (Barcelona).

En el ámbito deportivo, ¿dónde reside su «dolor de muelas» a nivel deportivo?
– Mi punto flaco son los isquiotibiales. Quienes nos dedicamos al fondo, acusamos pérdida de flexibilidad, lo cual se acentúa en mi caso al hidratarme poco.

¿Cuál diría que es su mayor virtud?
– Soy muy fuerte mentalmente, porque, físicamente, no soy ningún prodigio de la naturaleza.

Meritxell Soler ha participado en la maratón de los Juegos Olímpicos de París, donde consiguió un meritorio 25º puesto. Imagen: cedida por Diffusion Sport.

¿Cómo influye la competitividad en su desempeño, tanto en el deporte como en su vida personal?
– No me duele admitirlo, pero, compitiendo, me como a todo el mundo. Tengo un gran espíritu competitivo. Creo que, en parte, es debido a que tengo una hermana gemela, Núria, con quien de niñas existía mucha rivalidad. Nuestros padres me inculcaron la cultura del esfuerzo y se revelaban muy exigentes: si en un examen conseguía un 9, siempre me invitaban a mejorar para alcanzar el 10.

De pequeña, ¿qué quería ser de mayor?
– Muchas cosas. Primero, astronauta. Después, me atraía la criminología y sopesé ser juez. Después ya me decanté por Medicina y, finalmente, he acabado siendo odontóloga, que viene a ser un compendio de todo lo que me gusta, incluidas las artes, pues también adoro pintar.

Durante las consultas dentales, ¿los pacientes le preguntan por su faceta atlética?
– Sí, la mayoría conoce mi faceta deportiva. Sobre todo porque Manresa, donde ejerzo como dentista, es una ciudad modesta y eso propicia que goce de cierta popularidad, al margen de que ya llevo siete años en la consulta. Eso hace que, con los pacientes, mantengamos una conversación ajena al problema odontológico, lo cual resulta un alivio para ellos, ya que frecuentemente acuden con cierta inquietud.

¿Qué es lo que más valora en su profesión y, al mismo tiempo, qué aspectos le gustan menos?
– Lo que más me gusta es conseguir transformar un rostro asustado como el que suele acudir a la clínica en una cara sonriente al salir, algo que consigo en nueve de cada diez casos, lo cual es una satisfacción. Lo que menos, los factores que quedan fuera de nuestro alcance. En el entorno de la Medicina, hay aspectos imprevisibles, que escapan a nuestro control por muy bien que hagas tu labor. Y eso es algo que no acabo de encajar bien.

«Hablar de atletismo con los pacientes hace que mantengamos una conversación ajena al problema odontológico, lo cual resulta un alivio para ellos»

¿Cree que la Odontología tiene también un aspecto psicológico en lo que respecta a la relación con los pacientes?
– La profesión de dentista es muy psicológica. Tengo la impresión de que llegamos a ejercer más de psicólogos que de dentistas.

¿Se plantea disponer de su propia consulta algún día?
– No entra en absoluto en mis planes. Abrir una consulta entraña demasiada responsabilidad y yo soy una persona muy sufridora. Para disponer de tu propia consulta hay que ser de otra pasta, como mi jefe, Enric Pintado, quien, al ser triatleta, entiende mis necesidades. Gracias a él, compatibilizar mi carrera deportiva con el trabajo es mucho más fácil. Incluso vino a verme a París a la maratón olímpica.

En la maratón de los Juegos Olímpicos de París, consiguió un destacado 25º puesto. ¿Cómo vivió esa experiencia?
– Salí a disfrutar, a competir pero disfrutando, sobre todo después que mi entrenador, antes de la prueba, me mostró en ranking y vi que estaba en el número 57. Eso me favoreció, pues afronté la maratón sin presión y conseguí un puesto a priori inimaginable.

«La mayoría de niños salen de la consulta con una sonrisa, lo cual es reconfortante»

Antes de dedicarse a la Odontología, ¿reclamó sus servicios como paciente?
– Poco. Apenas sufrí un par de caries, y es verdad que requerí ortodoncia. De hecho, yo, que me dedicó a prótesis y a prótesis sobre implante, atiendo mucho a pacientes infantiles. Incluso he realizado cursos de Odontopediatría. La mayoría de niños no sufren en la consulta y salen con una sonrisa de ella, lo cual es reconfortante.

¿Cómo percibe los avances tecnológicos en la Odontología en su día a día?
– Es un entorno que está experimentando un extraordinario desarrollo, especialmente a nivel digital. En la consulta disponemos ya de un escáner dental de Trios, así como de impresora 3D. En el 90% de nuestro trabajo interviene la tecnología digital. Incluso hacemos arcadas completas digitales, lo cual supone un importante ahorro en pruebas y tiempo. La digitalización ha provocado una profunda evolución y transformación de esta disciplina en estos últimos años. Ésa es una de las razones por las que no he querido abandonar el trabajo para dedicarme exclusivamente al atletismo, pues si no te mantienes en activo y estás formándote permanentemente, quedas definitivamente apartada de la profesión. Y la carrera que, para mí, tiene más recorrido es la odontológica, pese a que quiera aprovechar esta etapa para disfrutar de la carrera deportiva.

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