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Los dientes de dos extremeños de hace 5.000 años revelan una vida sin enfermedades periodontales

Un equipo de investigadores de la Fundación FEDICOM, liderado por el Dr. Florencio Monje, ha logrado ponerle rostro a Marusa y Eulogio, dos extremeños que vivieron hace 5.000 años, gracias a la excepcional conservación de sus restos hallados en las Cuevas de Fuentes de León. Este avance, enmarcado en el Proyecto HOMO en colaboración con la Junta de Extremadura, ha permitido obtener información inédita sobre su salud y estilo de vida, revelando, entre otros detalles, que Eulogio padecía la enfermedad de Paget.

Durante el acto de presentación de esta investigación, el Dr. Monje agradeció la colaboración de la Junta de Extremadura y de la Fundación IBERCAJA y destacó que todo esto es posible gracias a que el cráneo generalmente “es una de las partes que mejor aguantan el paso de los años”, lo que aporta “información fundamental sobre cómo era la vida en esta época”.

También destacó que el proceso de reconstrucción de los extremeños ha sido muy complejo, para lo que fue “clave la colaboración y el trabajo del Servicio de Arqueología de la Junta de Extremadura, con Hipólito Collado y Celia Chaves, y el equipo de las Cuevas de Fuentes de León, con Celia Domínguez al frente”.

“El cráneo es una de las partes que mejor aguantan el paso de los años, lo que aporta información fundamental sobre cómo era la vida en esta época”

Además, agradeció al personal de la Fundación FEDICOM, la Clínica CICOM MONJE y a la directora de la Clínica San Miguel, que se encargaron de hacer las pruebas diagnósticas con maquinaria de última generación, posibilitando así el descubrimiento de las patologías que sufrían estos individuos.

Gracias a los análisis médicos realizados por el Dr. Monje y la Dra. Rocío Gil, y los odontológicos, con el Dr. Alberto Monje Correa y el Dr. Juan Alfonso García Torres, permitieron descubrir datos muy interesantes, como la enfermedad de Paget, que padecía Eulogio, o que los dientes se conservan sin restos de enfermedad periodontal debido al poco consumo de azúcar.

«La ausencia de enfermedad periodontal sugiere que su dieta probablemente era baja en azúcares y carbohidratos refinados, que son los principales responsables de la acumulación de placa y el desarrollo de enfermedades de las encías. Las poblaciones antiguas tendían a consumir una dieta rica en alimentos fibrosos, carne, pescado, frutas silvestres y vegetales. Esta dieta no solo habría ayudado a mantener los dientes limpios de forma natural al actual como un abrasivo suave, sino que también podría haber contribuido a una mejor salud bucal», han explicado los Dres. Juan Alfonso García Torres y Florencio Monje.

Por otra parte, añaden, aunque los métodos modernos de higiene dental, como el uso de cepillos de dientes y pasta dental, no existían, «es posible que utilizaran otras prácticas rudimentarias para mantener sus dientes limpios. Algunas culturas antiguas usaban palillos de madera, hiervas o incluso masticaban ciertas plantas con propiedades antibacterianas que podrían haber ayudado a prevenir la acumulación de placa y la enfermedad periodontal».

Asimismo, explican, «las condiciones de vida más alejadas de las grandes concentraciones urbanas y la menor exposición a patógenos que afectan la salud bucal podrían haber influido en la buena salud periodontal. En sociedades más pequeñas, la transmisión de bacterias orales patógenas como Porphyromonas gingivalis, responsable de la periodontitis, podría haber sido menos frecuente. También, en estas sociedades antiguas, los alimentos eran consumidos en su forma más natural, sin procesar. En este sentido, la ausencia de alimentos industrializados, como el pan blanco, dulces o productos que dejan residuos azucarados en los dientes, puede haber contribuido a la ausencia de enfermedades periodontales».

Las condiciones de vida más alejadas de las grandes concentraciones urbanas y la menor exposición a patógenos que afectan la salud bucal podrían haber influido en la buena salud periodontal

En cuanto a la enfermedad de Paget, «se trata de un hallazgo significativo desde el punto de vista tanto odontológico como antropológico. El estudio de la salud dental en la identificación de patologías óseas antiguas es crucial por varias razones, ya que los dientes y los huesos relacionados con la mandíbula y el cráneo pueden ofrecer pistas valiosas sobre enfermedades sistémicas que afectan al esqueleto en general», explican los Dres. Juan Alfonso García Torres y Florencio Monje.

En este sentido, subrayan, «en la enfermedad de Paget, los huesos de la mandíbula y el cráneo pueden volverse más gruesos o deformarse, afectando la alineación dental y la morfología ósea. Estos cambios pueden manifestarse en el desgaste anormal de los dientes, maloclusiones o problemas de espacio para los dientes debido al crecimiento anormal de los huesos. En casos avanzados, las deformidades óseas provocadas por la enfermedad pueden comprometer la función masticatoria, afectar la posición de los dientes y producir dolor facial o dental. Esto puede derivar en cambios en los patrones de uso de los dientes, lo que se refleja en su desgaste o en problemas periodontales secundarios».

Durante el acto se expuso la recreación tridimensional de Marusa y Eulogio, llamados así por parte de los arqueólogos y el equipo de la Fundación, para honrar a las personas que cuidaron las cuevas.

El diseño tridimensional lo hizo Víctor M. de Luis, un experto de reconocimiento internacional que trabaja desde Badajoz para diferentes multinacionales. El Dr. Monje señaló que es un orgullo tener una persona que, desde su despacho en Badajoz, trabaja para empresas de todo el mundo y que “debería ser reconocido públicamente en la ciudad”.

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