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¿Cómo pueden ayudar los tratamientos psicológicos a reducir el dolor del trastorno de la articulación temporomandibular?

Un reciente estudio, publicado en el «Journal of Oral Rehabilitation», ha demostrado que la identificación y el tratamiento de factores psicológicos subyacentes, como la ansiedad, la depresión y el estrés, pueden ser una herramienta eficaz en la reducción del dolor del trastorno de la articulación temporomandibular (ATM).

El estudio tiene como principal objetivo evaluar los efectos de los tratamientos psicológicos en pacientes con un fuerte trastorno de la articulación temporomandibular, tanto a corto como a largo plazo. Además, se busca comparar estos tratamientos con los métodos estándar y explorar si una combinación de ambos podría proporcionar mejores resultados en la reducción del dolor.

Para realizar esta investigación, se efectuó una búsqueda exhaustiva en diversas bases de datos, incluyendo MEDLINE, CINAHL, EMBASE, la Cochrane Central Registry of Controlled Trials (CENTRAL) y Web of Science. Se incluyeron ensayos clínicos aleatorizados (RCTs) que reportaban intervenciones psicológicas para el trastorno de la ATM. En total, se analizaron 18 RCTs para la síntesis narrativa y seis para el metaanálisis. Se utilizó la herramienta de Cochrane para evaluar el riesgo de sesgo y el sistema GRADE para determinar la certeza de la evidencia.

Resultados del estudio

La síntesis narrativa del estudio indica que los tratamientos psicológicos son equivalentes al tratamiento estándar en la gestión del dolor del trastorno de la articulación temporomandibular. El metaanálisis, sin embargo, muestra que una combinación de tratamiento psicológico con tratamiento estándar y tratamiento manual resulta significativamente más eficaz en la reducción del dolor en comparación con el asesoramiento y los tratamientos estándar. Los tratamientos psicológicos que se analizaron en este estudio son:

  • Asesoramiento. Esta técnica demostró ser eficaz en la reducción del dolor en la ATM, con una disminución del 10% al 64%. Este tratamiento incluye la educación sobre la condición, directrices personalizadas y refuerzo de hábitos saludables, como ejercicios físicos y posturales. En particular, el uso de recordatorios digitales (e-CBT) mostró una reducción del dolor del 30%, mientras que los recordatorios físicos (s-CBT) redujeron el dolor en un 19%.
  • Tratamiento Cognitivo Conductual (TCC). A través de la evaluación de cinco estudios, se mostró una reducción del dolor entre el 10% y el 43%. Las intervenciones típicas incluyen reestructuración cognitiva, psicoeducación y técnicas de relajación. Estudios destacables como el de Turner et al. reportan una reducción del 41% al 43% en el dolor a los 6 y 12 meses de seguimiento, subrayando la eficacia sostenida de la TCC.
  • Biorretroalimentación EMG. Junto con técnicas de relajación, la biorretroalimentación EMG logró una disminución del dolor del 42%. Este tratamiento utiliza la retroalimentación fisiológica para ayudar a los pacientes a controlar la tensión muscular.
  • Tratamientos de relajación. Estas técnicas mostraron resultados mixtos, con una reducción del dolor del 4% al 31%. El enfoque más efectivo consistió en sesiones semanales de relajación estandarizada, alcanzando una disminución del dolor del 31%.
  • Hipnosis. Con una reducción del dolor del 30% al 35%, las intervenciones incluyeron inducción hipnótica, sugestiones adaptadas individualmente y prácticas en casa con discos compactos, mostrando ser una opción prometedora para el manejo del dolor.
  • Los tratamientos centrados en la educación del paciente mostraron una reducción del dolor del 20% al 34%. Estos enfoques incluyen sesiones estructuradas sin técnicas específicas de TCC, destacando la importancia de la información y el apoyo continuado.

Por último, la combinación de tratamientos arrojaron los mejores resultados, con una reducción del dolor del 21% al 85%. Destacan las combinaciones de TCC y biorretroalimentación, que lograron reducir el dolor entre el 50% y el 62%, y la combinación de aparato oclusal y asesoramiento, que consiguió una disminución del dolor del 46%.

Conclusiones

El estudio concluye que los tratamientos psicológicos son efectivos en la reducción de la intensidad del dolor en individuos con un trastorno de la articulación temporomandibular doloroso, y que su efectividad es comparable a la de los tratamientos estándar. Además, una combinación de tratamientos psicológicos y estándar parece ofrecer mejores resultados.

En este sentido y como indican en el estudio, la identificación y el tratamiento de factores psicológicos subyacentes, como la ansiedad, la depresión y el estrés, pueden ser cruciales para el manejo eficaz de esta patología. Además, los resultados del estudio destacan la necesidad de una mayor colaboración interdisciplinaria entre odontólogos, psicólogos y otros profesionales de la salud para ofrecer un enfoque de tratamiento más completo y efectivo para el trastorno de la ATM.

Fuente: Journal of Oral Rehabilitation: Psychological treatments for temporomandibular disorder pain—A systematic review. Nikolaos Christidis, Essam Ahmed Al-Moraissi, Mohammed Sultán Al-Ak’hali, Natalie Minarji, Bethel Zerfu, Anastasios Grigoriadis, Robert Schibbye, María Christidis

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