Las regiones con un Índice de Desarrollo Social más bajo tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades de las encías que aquellas que tienen un índice más alto.
El último informe técnico elaborado por Economist Impact de la mano de la Federación Europea de Periodoncia (EFP) con el apoyo de Haleon pone de manifiesto el crecimiento de la periodontitis y la caries entre la población mundial e incide en los determinantes socioeconómicos, culturales y comerciales que aumentan el riesgo de padecer ambas patologías.
En concreto, el informe menciona un estudio elaborado en 2019 por el Global Burden of Disease (GBD), que determinó que las regiones con un Índice de Desarrollo Social (SDI por sus siglas en inglés) más bajo tenían una prevalencia más alta de enfermedad de las encías que aquellas con un SDI alto.
Dicho informe también observó una relación similar entre el bajo nivel socioeconómico y un mayor riesgo de padecer caries. En concreto, los datos de la GBD de 2019 atribuyeron 64,6 millones de casos de caries a la desigualdad sociodemográfica, siendo los niños de 5 a 9 años con un nivel socioeconómico bajo los más vulnerables a padecer caries.
Por el contrario, se constató una prevalencia menor en los países con un SDI más alto debido «a una mayor conciencia del público sobre la caries en la primera infancia (Early Childhood Caries-ECC por sus siglas en inglés), lo que dio lugar a una modificación del comportamiento y a mayores recursos dedicados a mejorar los programas de salud pública dental y la gestión preventiva», destacan desde la EFP.
Además de este estudio del 2019, un segundo estudio, realizado en Italia y que incluyó a más de 7.000 niños de 12 años, mostró una correlación entre la prevalencia y la gravedad de la caries y los indicadores macroeconómicos y microeconómicos. En este sentido, «se observó una mayor prevalencia de caries en la infancia en las regiones de Italia con un nivel socioeconómico más bajo, una mayor desigualdad de ingresos y tasas de desempleo más altas. A nivel individual, la prevalencia de caries fue mayor entre los niños cuyos padres tenían un nivel educativo más bajo, un menor nivel de trabajo y altos hábitos de tabaquismo. Por su parte, un menor nivel educativo también se correlacionó con un mayor riesgo de periodontitis», explican desde la EFP.
Por otro lado, además de los factores socioeconómicos, los culturales también juegan un papel fundamental. Y es que, tal y como detalla la EFP, «las creencias religiosas o culturales sobre las causas o cuáles podrían ser los mejores tratamientos para tratar las afecciones orales pueden influir en el comportamiento de ciertos pacientes a la hora de cuidar su salud bucodental». Pero no solo están las creencias, sino también las prácticas que se llevan a cabo. Por ejemplo, en algunos países es frecuente ver cómo miembros de una determinada comunidad se pintan los dientes, lo que puede repercutir negativamente en su salud bucodental.
En última instancia entran en juego las empresas, responsables, a veces, de la mejora o empeoramiento de ciertas enfermedades bucodentales. «Hay empresas que fabrican productos, como la pasta de dientes con flúor, que son esenciales para reducir la carga de enfermedades orales. Sin embargo, hay otras que promocionan productos muy perjudiciales para la salud oral, como son el tabaco, el alcohol o las bebidas y alimentos ricos en azúcar. Muchas de sus actividades de comercialización se dirigen, cada vez más, a poblaciones vulnerables y con ingresos bajos que se enfrentan a una gran presión debido a la inseguridad alimentaria o a la disminución del acceso a opciones de alimentación saludable».