Hace unos días disfrutaba de un agradable «tardeo-terraceo» con un dentista y gran parte de nuestra conversación giró, como no podía ser de otra manera, en torno a la profesión y el sector. ¿Y las especialidades para cuándo? Ese podría ser uno de los principales titulares del encuentro.
Recordaba a mi compañero de charla mi aterrizaje un tanto forzoso en Gaceta Dental, y cómo desde ese septiembre de 2010 empecé a oír hablar de las «especialidades oficiales odontológicas», la «denuncia» de su inexistencia en España y la demanda a gritos del sector por crearlas a la mayor brevedad posible. De esto han pasado casi catorce años y, aunque ha habido momentos en que parecía que podían ver la luz, aún nuestra Odontología, nuestros profesionales y nuestros pacientes siguen sin ellas.
Me consta que han sido muchos los intentos y muchos los esfuerzos de las instituciones y organizaciones del sector por conseguirlas, como hemos ido puntualmente informando en GD. En julio de 2022, el Consejo de Ministros, tras una década «aparcado», aprobaba el RD de Especialidades en Ciencias de la Salud, un texto que desde el principio generó desconfianza por estar más enfocado a los médicos dejando al margen otras profesiones sanitarias.
Las organizaciones del sector, lógicamente, no tiran la toalla en su lucha por conseguir esta reivindicación. En este número, verás que el Consejo de Dentistas, la Universidad española y las sociedades científicas AEDE, SEPA, SECIB, SEOP, SEDO y SEPES han enviado a las administraciones autonómicas un documento que analiza cómo llevar a cabo técnica y económicamente el proyecto de creación de las especialidades odontológicas.
La petición plantea un formato de escuela tipo MIR y analiza las normas de acceso, el número de profesionales, los recursos asistenciales disponibles y el presupuesto para su puesta en marcha. Por el momento, ya han recibido varios apoyos autonómicos y el siguiente paso será tocar la puerta del Ministerio de Educación. Esperemos que este nuevo intento sea el definitivo y que, por fin, los dentistas españoles equiparen sus derechos a los de sus colegas europeos, un derecho cuyo alcance afecta a todos. Los pacientes, también.