Hace años la elección del color en una prótesis solo se llevaba a cabo mediante guías físicas, en las cuales el dentista comparaba los tonos de color del diente del paciente con los de dichas guías. Este método era efectivo, pero no era objetivo del todo, ya que no se tenía en cuenta la luz y, además, dependiendo de quién tomase el color, la opinión podía variar.
En los últimos años, gracias a la investigación, se han desarrollado una serie de aparatos capaces de detectar el color del diente de manera mucho más precisa y teniendo en cuenta la luminosidad del momento.
Introducción
Hoy en día, la estética es uno de los factores que más valora el paciente a la hora de someterse a una rehabilitación oral. Debido a estas exigencias, elegir el tono correcto del diente para crear una apariencia más natural sigue siendo un gran desafío tanto para el técnico de laboratorio como para el odontólogo.
El color es una sensación producida por rayos luminosos que impresionan los órganos visuales, los cuales dependen de la longitud de onda. Pero, además del concepto de color, también tenemos que tener en cuenta la luz. La luz son radiaciones electromagnéticas que viajan en forma de ondas. Cada una de éstas, tiene una longitud diferente y esto hace que se produzcan los diferentes tipos de luz, entre ellas, la del espectro visible, que, como su propio nombre indica, es la única capaz de ser percibida por el ojo humano.