El XXIX Congreso de Derecho Sanitario, promovido por la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), reunió a destacados líderes en el campo de la salud y la regulación médica en España. Entre los participantes en la mesa inaugural destacó la presencia del Dr. Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas.
El presidente del Consejo General de Médicos, el Dr. Tomás Cobo, fue el encargado de conducir el acto de inauguración de este congreso, un foro promovido por la AEDS y presidido por Ofelia De Lorenzo.
Entre los temas que se abordaron cabe destacar el uso de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito sanitario. Gabriel López Serrano, director de Relaciones Institucionales y Regulación de Microsoft España, ofreció una conferencia inaugural enfocada en la IA en la práctica médica. Destacó que “esta tecnología puede ser una herramienta valiosa para los médicos, pero su desarrollo debe ser responsable y regulado a nivel global. Esto plantea la importancia de establecer regulaciones globales para garantizar la transparencia y seguridad en el uso de la IA en el ámbito de la salud y poder aprovechar sus ventajas de manera responsable”.
La IA, una herramienta cada vez más demandada
Y es que, en la actualidad, la IA está muy presente en las clínicas dentales. Esta tecnología se ha convertido en una herramienta muy valiosa para los profesionales, ya que les permite realizar un diagnóstico, tratamiento y seguimiento más personalizado de cada paciente. De esto modo, los resultados son mucho más precisos y eficaces.
“LA IA puede ser una herramienta valiosa para los médicos, pero su desarrollo debe ser responsable y regulado a nivel global”
En este contexto, además de mejorar la atención al paciente, la IA también puede ayudar a mejorar la gestión de la clínica. A raíz de esto, y como mencionaba Gabriel López Serrano, es fundamental que se establezcan regulaciones globales para garantizar la protección de datos y la privacidad de los pacientes.
Protección de datos en el ámbito sanitario
Otro de los temas que se trataron durante este congreso fue la protección de los datos sanitarios. El Dr. Tomás Cobo subrayó la importancia de que “los reglamentos de protección de datos sean globales y no locales”. Esto es esencial para garantizar la seguridad y el cumplimiento de la normativa en un entorno sanitario cada vez más digitalizado.
En este sentido, se planteó la nueva propuesta de reglamento del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS), la cual incluye novedades en los derechos de las personas, las obligaciones de los estados y los profesionales de la salud.
Por otro lado, se abordó el uso de los datos primarios y secundarios. Como señaló Jesús Rubí Navarrete, vocal coordinador de la Unidad de Apoyo y Relaciones Internacionales de la Asociación Española de Protección de Datos (AEPD), “este espacio europeo de datos sanitarios se basa en su uso primario en las posibilidades que ofrece el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) sobre el uso de datos médicos electrónicos personales para el diagnóstico médico, la prestación de atención o tratamiento de la salud, o la gestión de los sistemas y servicios sanitarios”.
“actualmente, en España nos regimos por el modelo Helsinki, que se basa en la primacía de la privacidad, el consentimiento y la anonimización”
En cuanto a su uso secundario destacó que “se permite para la investigación científica de atención o tratamiento de la salud, o la gestión de los sistemas y servicios sanitarios. Este uso secundario debe ofrecer las medidas adecuadas y específicas para salvaguardar los derechos y libertades de las personas físicas”.
Del mismo modo, Joaquín Cayón, vicepresidente de la Asociación Europea de Datos Sanitarios y miembro de la Asociación Española de Datos Sanitarios, señaló “las contradicciones y solapamientos del EEDS con otras normas europeas» y expresó “la necesidad de su armonización”. Asimismo, presentó las medidas que son necesarias para llevar a cabo la implementación del uso secundario en el ordenamiento jurídico de nuestro país.
Paralelamente comentó que “actualmente, en España nos regimos por el modelo Helsinki, que se basa en la primacía de la privacidad, el consentimiento y la anonimización. El cambio al GDPR supondría que la primacía pase a ser de interés público, a través de la pseudonimización, el consentimiento amplio y el uso secundario de los datos”, afirmó.
Estos cambios pueden influir en cómo se recopilan y comparten datos en la investigación así como en las obligaciones administrativas de los profesionales de la salud.
Desafíos clave en la gestión de los datos sanitarios
Por su parte, el investigador de Derecho Público de la Universidad del País Vasco, Iñigo de Miguel Beriaín, presentó la ponencia: “EEDS y RGPD: análisis de una relación compleja”. Beriaín destacó la complejidad de las competencias por conocer “qué habría de hacerse si lo dispuesto en la propuesta entrara en conflicto con la normativa elaborada en los Estados miembros con respecto al tratamiento de datos de salud”.
Además, abordó los problemas derivados de la anonimización de los datos y la construcción de datos personales a partir de datos no personales, explicando que “las historias clínicas y/o los datos que procedan de otras fuentes pueden incluir datos genéticos y es muy complejo hablar de anonimización de este tipo de datos”. Propuso la necesidad de “separar los datos genéticos de los demás datos de salud u olvidar el concepto de anonimización y aplicar el de seudoanonimización”.
Finalmente, el Dr. Ole Johan Bakke, vicepresidente del Comité Permanente de Médicos Europeos, habló sobre “EHDS from a CPME perspective” y destacó que “el EHDS no puede comprometer la ética médica, la confidencialidad y el secreto profesional”. También enfatizó “la necesidad de excluir a los consultorios médicos pequeños de la disponibilidad de datos para uso secundario debido a que las rutinas administrativas están aumentando y quitan tiempo a la atención del paciente”. Asimismo, subrayó que “los costes de digitalización no deben recaer sobre los profesionales y que la economía de los datos no debe conducir a un acceso desigual a la asistencia sanitaria”.