Al terminar la carrera de Odontología siempre surge la misma duda: ¿y ahora qué hago? ¿Me matriculo en un postgrado? ¿Cuándo es el mejor momento para hacerlo? ¿Qué programa elijo? ¿Qué debo tener en cuenta para no equivocarme con el centro y el curso? Toma buena nota de nuestras recomendaciones.
Con el objetivo de poder ofrecer a los pacientes la mejor atención posible y seguir ejerciendo su profesión con las máximas garantías de calidad y competitividad, el profesional dental está inmerso, de forma continua, en un elevado nivel de exigencia en lo que a formación se refiere. Además, las técnicas, las herramientas, los materiales y, en especial, la tecnología en el sector odontológico, están sujetos a constantes innovaciones fruto de los esfuerzos inversores y de investigación de empresas, universidades y otras organizaciones. Por ello, en un sector donde el mercado laboral es cada vez más exigente y competitivo, la formación de los recién graduados se vuelve fundamental.
«Es imprescindible que los estudiantes realicen un máster para su inserción en el mundo laboral. Hoy por hoy, es necesario hacer algún tipo de especialización. Si no se hace, el recién graduado no tiene posibilidad de progresar», señala la Dra. María Jesús Suárez, directora del Máster de Prótesis Bucofacial y Oclusión de la Universidad Complutense de Madrid.
Así, atendiendo a los diferentes perfiles demandantes de formación odontológica, podemos dividir ésta en dos grandes bloques: la formación de postgrado, que responde a la necesidad de especialización que exige el sector dental; y la formación continuada, sobre todo, orientada al aprendizaje, reciclaje, actualización y cualificación permanente. Este capítulo lo vamos a dedicar específicamente al postgrado.
Hoy por hoy, es necesario hacer algún tipo de especialización
Tipos de cursos para la formación de postgrado
Dentro de la formación universitaria de postgrado, que va dirigida, principalmente, a perfeccionar lo aprendido durante los estudios de Grado y a adquirir nuevos cono- cimientos, es posible encontrar diferentes tipologías de cursos: el Máster Oficial Universitario, el Doctorado y los Títulos Propios (Máster Propio o Magíster, Experto y Especialista).
Máster Oficial
Es aquel que cuenta con la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), adscrita, a su vez, al Ministerio de Educación. Se trata de un tipo de máster homologado a nivel europeo, por lo que los países del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) también lo reconocen.
Dentro del Máster Oficial Universitario encontramos el de Ciencias Odontológicas, cuya duración es de 60 créditos (ECTS), que se puede cursar a tiempo completo o parcial. Dentro de esta titulación existen tres categorías: Máster Oficial Universitario, cuando esta titulación es impartida por una única institución; el Máster Oficial Interuniversitario, cursado en varias facultades dentro del territorio nacional; y el Máster Erasmus Mundus, que se otorga a aquellos que han estudiado en, al menos, tres universidades de tres países europeos distintos.
Para poder acceder a cualquiera de las tres opciones de un Máster Oficial de Odontología es imprescindible tener concluidos los estudios de Grado en el momento de realizar la matrícula para la inscripción.
El profesional dental está inmerso, de forma continua, en un elevado nivel de exigencia
Doctorado
Es la opción perfecta para aquellos alumnos que pretendan orientar su carrera profesional tanto a la docencia como a la investigación. Para acceder a su estudio es necesario superar los 300 créditos, si bien, en la mayoría de las carreras, los alumnos tan solo obtienen 240, por lo que, para acceder al Doctorado, es necesario que estudien un Máster Oficial que les dote de los 60 créditos restantes.
La duración de los estudios de Doctorado es de un máximo de tres años a tiempo completo, a contar desde la admisión hasta la presentación de la tesis. No obstante, y previa autorización de la comisión académica responsable del programa, se puede solicitar realizar estos estudios a tiempo parcial, en un tiempo máximo de cinco años.
Una vez aprobada la tesis doctoral, tras un examen y una lectura pública de la misma, la universidad otorga el título de Doctor, que faculta al profesional para ejercer la docencia y la investigación.
Títulos Propios
Donde la oferta se diversifica es en los Títulos Propios, cuyo diseño y desarrollo es confeccionado libremente por cada universidad, aunque suelen someterse a procesos de evaluación y garantía de calidad internos en cada centro. Estos pueden ser Másteres Propios o Magísteres, títulos de Especialista Universitario y títulos de Experto Universitario.
Los Másteres Propios o Magíster suelen constar de un mínimo de 500 horas teórico-prácticas, de dos años de duración por lo general, y van dirigidos a la adquisición de competencias profesionales por los alumnos. Por su parte, los Títulos Propios de Especialista Universitario requieren haber cursado un mínimo de 300 horas teórico-prácticas (lo que viene a equivaler a un año), cuyo propósito es ampliar conocimientos en una determinada materia.
La oferta es muy diversificada en el caso de los Títulos Propios
En el caso de los programas de Experto Universitario, es necesario un mínimo de 250 horas teórico-prácticas y una duración de un año. Para acceder a estos títulos es necesario poseer, en términos generales, un título de Grado o de Licenciatura, aunque las universidades pueden establecer aquellos requisitos que estimen oportunos.
¿Compaginar estudios y trabajo?
Poder compaginar el estudio de un Máster con el trabajo clínico no es siempre posible, a pesar de la buena valoración que tiene esta opción por parte de los estudiantes. El Dr. Antonio Conde lo tuvo muy claro desde el inicio: «nada más terminar la carrera conseguí acceder a la beca de posgrado de capacitación clínica (PCC) que te permite trabajar y estudiar un Máster. Todo ello (PCC y Máster) se desarrolla en la Clínica Universitaria de Odontología (CUO). Así, a la vez que estudiaba en el Máster los jueves y viernes, podía trabajar de lunes a miércoles. Esto fue bastante bueno. Al no tener experiencia tenía un poco de miedo de enfrentarme a un posgrado y no saber si lo iba a exprimir a tope. Pero, al estar toda la semana en el mismo entorno, en la misma clínica tanto los másteres como los de PCC, conseguí trabajar haciendo Odontología general y, a la vez, aprovechaba al máximo el Máster. Esto me permitió dar mis primeros pasos en la Odontología estando respaldado por un medio universitario».
Pero, además del respaldo por parte de los profesores en los primeros pasos, y de un mayor aprovechamiento del Máster, el hecho de poder compaginar los estudios con el trabajo también conlleva una ayuda económica que, para quien más o quien menos, supone un alivio. Precisamente, sobre el reto económico que supone realizar un Máster, el Dr. Daniel Torres reflexiona y advierte su preocupación sobre «qué y cómo debemos actuar los distintos actores involucrados en la formación posgraduada en Odontología, sobre todo los de titularidad pública, para reformar de forma drástica el acceso a esta formación de posgrado de tal manera que el mérito y la capacidad de los candidatos sustituya a la capacidad económica de los mismos o de sus estructuras familiares. Esto es, eliminar ese sesgo económico y asegurar la equidad en el acceso a los estudios de posgrado en Odontología».
¿Cuándo hacer el postgrado?
Pero, ¿cuándo es el mejor momento para hacer un curso de postgrado? La Dra. María Jesús Suárez advierte sobre la diferencia de perfiles de estudiantes de máster, dependiendo de los distintos objetivos. «No es lo mismo el perfil del estudiante de un máster académico de investigación, que son titulaciones oficiales de las universidades y suelen ser estudios que dan acceso al doctorado y a la carrera docente. En este caso, los egresados lo suelen realizar inmediatamente al terminar los estudios de grado para luego continuar con el doctorado».
Por otro lado, continúa la Dra. Suárez, «están los másteres profesionalizantes, que pueden ser oficiales o pueden ser títulos propios de las universidades. Aquí el perfil puede ser distinto. Puede haber estudiantes que acceden nada más terminar la carrera, mientras que otros no acaban de tener claro a lo que quieren dedicarse y prefieren trabajar antes para visualizar cuál puede ser su futuro y hacia dónde dirigirse. En estos casos, se pueden pasar 2 o 4 años trabajando antes de acceder al máster».
Por su parte, el Dr. Daniel Torres Lagares, presidente de SECIB y profesor de la Cátedra de Cirugía Bucal de la Universidad de Sevilla, detalla que realizar un máster tras finalizar la carrera «hace que el alumno aún no haya perdido el hábito de una vida centrada en el estudio». Y añade: «De esta forma, aunque van abriéndose camino las responsabilidades profesionales, centrarse en la formación es algo más fácil de conseguir en este enfoque. Sin embargo, retomar la formación una vez que uno ha dado algunos pasos en la profesión es, bajo mi punto de vista, más complejo».
Para la Dra. Suárez «los alumnos que llegan al máster recién graduados son aquellos que lo tienen muy claro y están enfocados en lo que quieren hacer. Son estudiantes que vienen sin “vicios” adquiridos, suelen ser más disciplinados y más ávidos de aprender. Quieren hacerlo todo el primer año. En cambio, en contra les veo que son más jóvenes e inmaduros, tienen menos manejo del paciente y su curva de aprendizaje puede ser un poco más lento el primer año, después se van igualando al de alumnos que ya han trabajado».
Por el contrario, argumenta la Dra. Suárez, «en el caso de aquellos alumnos que ya llevan un tiempo trabajando, preferiblemente no más de dos años, vemos que vienen con aprendizajes previos que no siempre son los más ortodoxos, lo cual es muy difícil de eliminar. Y, además, por lo general, no son tan disciplinados porque se creen que ya saben mucho de lo aprendido fuera de la universidad».
Desde la perspectiva de estudiante de varios másteres en distintos momentos, el Dr. Andrés Sánchez Monescillo, director de la Clínica Turrión Monescillo de Madrid, está convencido de que «si la persona tiene las ideas más o menos claras, debe comenzar en el mismo momento en que acaba la carrera porque parar y luego volver a comenzar a estudiar, cuesta más, conlleva más esfuerzo».
Estudia tu elección
Son muchos los criterios a los que se debe prestar atención para no tomar una decisión errónea en el proceso de elección de curso y centro. Destacan los siguientes: contenido y objetivos del curso; programa, estructura y modalidad; metodología y evaluación del trabajo; porcentaje de contenidos teóricos y prácticos; nivel de especialización; perfil del alumnado; reputación del centro educativo; experiencia del equipo docente; instalaciones y materiales empleados; acreditaciones; relaciones institucionales; networking: posibilidades de expansión de la red de contactos; requisitos de admisión; coste y financiación; e idioma en el
que se imparte.
Desde el contenido del curso, pasando por su profesorado, hasta la opinión de antiguos alumnos, nos pueden ayudar en la elección
El Dr. Lluís Giner Tarrida, decano de la Facultad de Odontología de la Universitat Internacional de Catalunya y presidente de la Conferencia de Decanos de las Facultades de Odontología de España, aconseja que para no equivocarse con el máster conviene «preguntar a los que lo han hecho antes si vale la pena hacerlo. También es interesante que sea un máster acreditado en Europa, lo cual significa que vas a tener una exigencia por parte del profesorado porque el examen no te lo hará el profesorado, sino que lo evaluarán desde Europa diferentes profesores de distintos países.
El nivel del profesorado también es importante. Tener líderes de opinión que estén al frente de los programas es muy interesante por sus éxitos clínicos y científicos. Sin embargo, también hay profesorado no tan conocido que está al lado del alumno y se entregan a su labor. Es muy importante conocer la actitud del profesor y no solo su currículum».
«Para mí –explica el Dr. Andrés Sánchez Monescillo– lo más importante es buscar la excelencia, más aún con la gran cantidad de dentistas que somos. Si realmente quieres trabajar con buenas condiciones, y hacer Odontología de excelencia tienes que buscar formación de excelencia. Y yo creo que el aval más claro para encontrarlo es el de los profesores que imparten el posgrado. También es importante que el máster tenga habilidades prácticas, que son las habilidades clínicas y manuales; y habilidades científicas, que es el conocimiento. Hay que intentar encontrar un programa o máster que tenga ambas cuestiones en equilibrio, lo cual no siempre ocurre».
En opinión del Dr. Antonio Conde, profesor del Máster de Endodoncia de la Universidad Europea de Madrid, «valoro de un máster que te permita trabajar. Hay másteres que son exclusivos de lunes a viernes que precisan de todo el tiempo para el estudio. Creo que eso es un error. Cuando uno busca un postgrado, hay que buscar aquel que se adapte y permita poner en práctica con los pacientes aquello aprendido en clase, ya sea en la misma clínica de la universidad o bien, fuera de ella».
España sigue sin reconocer de manera oficial las especialidades odontológicas
Y la especialidades, ¿para cuándo?
A día de hoy, España sigue siendo el único país de la Unión Europea que no tiene reconocidas de manera oficial las especialidades odontológicas. Se trata de una reivindicación histórica dentro de la profesión, una demanda en la que van de la mano las principales organizaciones del sector. «Es un tema complejo que llevamos años intentando resolver.
Existe consenso entre -las instituciones, como la Conferencia de Decanos, el Consejo General de Dentistas y las sociedades científicas, en la importancia y necesidad de abordar este tema, y pienso que también la mayoría de la profesión está de acuerdo», destaca el Dr. Lluís Giner, presidente de la Conferencia de Decanos de las Facultades de Odontología de España.
«Sin embargo, -continúa- es un desafío debido a que la regulación de las especialidades sanitarias generalmente está vinculada a un sistema sanitario público, en hospitales y centros con características diferentes a la prestación de servicios odontológicos en nuestro país».
No obstante, asegura el Dr. Giner, «aunque no exista una Ley de Especialidades, las universidades españolas brindan una formación de alta calidad en este aspecto a través de sus másteres, muchos de los cuales tienen una duración de tres años a tiempo completo, como exige la normativa europea, estando algunos reconocidos oficialmente por sociedades científicas europeas. Estos títulos son también reconocidos, en la mayoría de los casos, como especialidades en otros países, tanto de la Unión Europea como fuera de ella».
En cuanto al futuro proceso formativo de las especialidades, el presidente de la Conferencia de Decanos tiene claro que «la universidad debe desempeñar un papel predominante. Aunque la integración puede resultar compleja y requerirá trabajo en la implementación, creo que es posible lograr una «convivencia» entre la formación en especialidades y los másteres actuales. También consideramos que es importante establecer un orden, especialmente para garantizar la seguridad y transparencia para los pacientes, teniendo en cuenta que, en la actualidad, algunos programas, especialmente aquellos que no son universitarios, al compartir denominaciones similares, pueden generar confusión en los pacientes en cuanto a la formación del profesional».
El martes 19 de julio de 2022, a propuesta de los ministerios de Sanidad y Universidades, se aprobó el Real Decreto de Especialidades en Ciencias de la Salud, que regula la formación transversal, así como el procedimiento y los criterios para crear nuevos títulos de especialista o diplomas de área de capacitación específica.
A pesar de este importante paso, el texto se dirige exclusivamente al colectivo de médicos, dejando al margen al resto de las profesiones sanitarias. «Se nos está privando de un derecho del que gozan todos los dentistas de la Unión Europea. Del mismo modo, la aprobación de especialidades odontológicas conllevaría una mejora en la calidad asistencial que se ofrece a los pacientes», asevera el Dr. Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España.