Independientemente del sexo o la situación social, en la antigüedad, todos los mayas lucían piedras preciosas, joyas o minerales en sus dientes. Aunque siempre se ha pensado que lo hacían por una cuestión estética, un estudio publicado en el Journal of Archaelogical Science ha descubierto que también lo hacían por salud.
Y es que, al parecer, los ingredientes del cemento de estos materiales tenían propiedades higiénicas y terapéuticas que permitían reducir la actividad cariogénica y, a su vez, la enfermedad infecciosa periodontal.
Además, el estudio revela que los encargados de hacer estas perforaciones eran auténticos profesionales, puesto que insertaban las gemas de manera muy cuidadosa para no impactar la pulpa de los nervios y los vasos sanguíneos en el centro.
¡A ver cómo le decimos ahora a la cantante Rosalía que no ha sido ella la precursora de esta moda dental!