A su pasión por la Odontología y la docencia (ejerce como odontólogo generalista especializado en Endodoncia en la clínica Dres. Ráez y como profesor en la clínica universitaria de la Universidad Alfonso X), el Dr. Alejandro Ráez Gutiérrez suma una tercera vocación: la literatura. Tras navegar por géneros como el relato corto o el microcuento, el Dr. Ráez se embarca en las novelas de ciencia ficción; una idea que se remonta a su infancia y que ahora ha hecho realidad con el lanzamiento de «2049» y «2050».
— No es habitual ver a un odontólogo adentrarse en un mundo como el de la ciencia ficción, ¿cómo surgió la idea de escribir estas novelas?
Por lo general, los odontólogos dedicamos muchísimas horas al día a nuestros pacientes. Puede que esa sea una de las causas de que no existan demasiados profesionales que compaginen el ejercicio de la Odontología con otro trabajo completamente ajeno a este.
Estas novelas empezaron a fraguarse hace 6 años, mientras vivía y estudiaba un máster de Endodoncia en Barcelona. Sin embargo, la idea original se remonta a mi infancia. Siempre me ha fascinado todo lo relacionado con la posibilidad de que exista vida inteligente más allá de nuestro planeta. Con «2049/2050» rindo mi particular homenaje a esta cuestión e invito a todos los lectores a adentrarse en tan hermoso enigma.
— ¿Qué es lo que más le atrae de un género como la ciencia ficción?
Me cuesta elegir algo en particular de un género que me gusta tanto. Aun así, diría que la libertad que ofrece la ciencia ficción a la imaginación para crear historias en nuevos mundos y nuevas realidades, es lo que más me fascina. En cuanto a temáticas: las distopías futuristas, las tramas que mezclan realidad virtual e inteligencia artificial y los superhéroes serían mis favoritos.
—También ha escrito relatos cortos y microcuentos, ¿cómo ha sido el salto a este estilo narrativo, más extenso y complejo?
Ha sido un salto progresivo (ya que nunca he dejado de escribir estos textos breves), que me ha hecho esforzarme muchísimo y del que he aprendido una gran cantidad de cosas. Lo bueno que tiene la novela, frente a otros estilos literarios más reducidos, es la posibilidad de explayarte lo que quieras en diferentes aspectos (personajes, escenarios, acciones…) y de perfilar cada trama y subtrama con detalle.
— La saga está ambientada en España, con San Lorenzo de El Escorial y la Sierra de Guadarrama como punto de partida, ¿por qué eligió esta ubicación?, ¿se pueden crear novelas de ciencia ficción en escenarios tan ‘alejados’ de las ubicaciones a las que estamos acostumbrados, como las grandes ciudades norteamericanas?
Para mí San Lorenzo de El Escorial es un sitio muy especial. Mis padres y gran parte de mi familia son de este lugar y guardo grandes recuerdos de mi infancia jugando allí, especialmente de las navidades, cuando se reunía toda la familia en casa de mi abuela. Más allá de eso, la belleza que posee esta tierra, y especialmente su majestuoso monasterio, termina de conformar este municipio como un paraje idóneo en el que ambientar cualquier novela.
No solo se pueden crear buenas obras de ciencia ficción fuera de los enclaves norteamericanos habituales, es que debemos hacerlo. Hollywood ha hecho muy bien su trabajo todos estos años haciéndonos creer que las buenas historias solo podían suceder allí, por eso es tan importante reivindicar nuestra propia tierra como escenario principal en el que tengan cabida todas las aventuras que podamos imaginar. Tenemos la grandísima suerte de vivir en un país con una riqueza y variedad de entornos única… desde las islas Canarias o las Baleares hasta la más remota aldea gallega, cualquier rincón de España es igual de válido como escenario de una novela que el mismísimo New York.
Lo bueno que tiene la novela, frente a otros estilos literarios más reducidos, es la posibilidad de explayarte lo que quieras en diferentes aspectos y de perfilar cada trama y subtrama con detalle
— ¿Qué puede contar a los lectores de esta historia y sus personajes?, ¿por qué decidió dividir la historia en dos partes? ¿Alguna mención al ‘mundo del diente’ en su obra?
«2049/2050» narra las aventuras y vivencias de la familia Costa en su lucha por liberar el mundo del yugo de los eternos, seres gigantes que en el año 2039 (10 años antes del comienzo de la novela) llegaron a la Tierra desde el espacio, la arrasaron y obligaron a los humanos supervivientes a malvivir en un régimen precario de semilibertad.
En estas novelas el lector encontrará una historia vibrante y entretenida, con personajes con personalidad propia y que evolucionan durante la narración. Todo esto permite al lector sumergirse en la historia, empatizar con los personajes y sentirse parte de la aventura.
Desde un principio, la historia en mi mente ya estaba dividida en las dos partes que hoy la conforman. Es cierto que, en el propio proceso de escritura, algunas tramas cambiaron y tuve que replantear varias partes de la novela, pero el esquema general (una historia dividida en dos partes) se mantuvo.
Aunque para comprender «2050» es necesario haber leído previamente «2049», cada novela narra una serie de aventuras diferentes, con personajes y entornos que, o bien son nuevos, o han evolucionado. Todo ello justifica la conformación de esta obra como una bilogía.
Respecto al ‘mundo del diente’, sí, como no podía ser de otra forma hay un pequeño guiño a la Odontología en «2050». Habrá que leerse las novelas para encontrarlo…
cualquier rincón de España es igual de válido como escenario de una novela que el mismísimo New York
— La portada del segundo libro, «2050», recuerda a Sauron, el antagonista de «El Señor de los Anillos», ¿hay algo de Tolkien en estas novelas?
Las obras de Tolkien han marcado tanto nuestra imaginación y nuestra forma de concebir la fantasía que decir que este magnífico autor no ha influido sería mentir. Aun así, las aventuras de Tolkien no han sido las que más peso han tenido en mis historias… con una excepción, el casco de la portada de «2050».
Efectivamente, la idea inicial parte de este ser tenebroso. Cuando diseñé, junto a mi portadista, el casco de los temibles eternos quería que resultara lo más aterrador posible y… ¿qué individuo puede dar más miedo que el mismísimo Sauron?
— ¿Qué opina su familia de esta faceta literaria?, ¿algún miembro comparte la misma pasión por la literatura?
En mi familia hay ávidos lectores, pero en cuanto a la escritura, he sido pionero. No siempre es fácil para los demás comprender que, tras todo el esfuerzo y sacrificio que conlleva formarse y trabajar al máximo de tus posibilidades como odontólogo, quieras emprender otra aventura tan incierta como es la de escritor. Yo siempre he sido muy franco con mis seres queridos: quiero ser odontólogo y quiero ser escritor.
— ¿Cómo compagina las dos profesiones? ¿cuánto tiempo dedica al día a escribir?
Es una tarea realmente compleja. Una profesión como es la Odontología requiere mucha dedicación, y lo mismo podría decir de la de escritor. Ambas requieren nuestra atención cada día.
Intento dividir mi tiempo de trabajo de la forma más equitativa posible entre la Odontología y la escritura. Entre semana escribo cada día de dos a cuatro horas, leo lo máximo posible y araño tiempo del fin de semana para continuar escribiendo. Puede parecer mucho, pero me gusta tanto que el tiempo se me pasa volando y siempre me quedo con ganas de más.
Yo siempre he sido muy franco con mis seres queridos: quiero ser odontólogo y quiero ser escritor
— ¿Saben sus pacientes que están en manos de un escritor de novelas de ciencia ficción?
¡Por supuesto! Estoy muy orgulloso de mi trabajo como escritor y lo primero que hice al publicar mis novelas es ponerlas en la recepción de la clínica dental familiar, a la vista de todos nuestros pacientes. En bastantes ocasiones me preguntan por mis novelas y tenemos pequeñas y agradables charlas literarias.
— ¿Algún día ‘colgará’ el instrumental dental y se dedicará al mundo de las letras?
Es una pregunta a lo que no puedo dar una respuesta clara. Hoy en día tengo la grandísima suerte de poder desempeñar dos trabajos que me ilusionan. Ojalá en el futuro pueda seguir atendiendo a mis pacientes en el gabinete y escribiendo historias en el escritorio.
