Según el Instituto Nacional de Estadística en 2021, en España hay 1.064.000 personas con discapacidad auditiva, a los cuales hay que prestar especial atención durante la pandemia de COVID-19, ya que la comunicación con ellos se ve afectada negativamente por la necesidad de un uso estricto de EPP, que bloquea la visibilidad de los movimientos de los labios y la mayoría de las expresiones faciales extraorales y afecta adversamente la inteligibilidad del habla.
Por este motivo, en el Journal of American Dental Association se publican unas recomendaciones que abogan por la implementación de una variedad de enfoques de comunicación para facilitar la provisión de la mejor atención dental posible para los pacientes con discapacidad auditiva.
Detectar si el paciente tiene pérdida auditiva
La primera recomendación es preguntar directamente a todos los pacientes si tienen alguna discapacidad, ya que algunos pacientes no reconocen su pérdida auditiva como información esencial que deban compartir.
También se puede examinar el área periauricular para detectar la presencia de audífonos durante el examen extraoral de rutina. Otra manera de detectarlos (pues a veces son pequeños y transparentes) son las radiografías panorámicas, que cuando estén indicadas, revelarán los implantes cocleares, así como otros dispositivos de asistencia auditiva radiopacos.
Maneras de comunicarse
Antes de nada, una vez confirmada la pérdida auditiva, se debe preguntar al paciente si hay un oído por el que la audición sea mejor, para que las instrucciones intraoperatorias se dirijan hacia ese oído.
En caso de duda, la mímica y la comunicación escrita pueden ser útiles: en un cuaderno, una pizarra o una tablet, por poner unos ejemplos.
Otra cuestión a tener en cuenta es que hablar más alto no siempre lo adecuado. Lo más recomendable es hablar más despacio, con claridad, sobre todo en el caso de los sonidos que quedan distorsionados o bloqueados con la mascarilla.
Crear un ambiente de confianza
Cuando los pacientes con problemas de audición notan frustración por parte del personal dental, no quieren ser una molestia y les cuesta pedir que se repita lo que se les ha dicho, aunque no lo hayan entendido. Por eso es importante brindarles un ambiente positivo, empático y de escucha.
Una manera de hacerlo es programar citas más largas, para dedicarles más tiempo. Y si es necesario para la comunicación, que esté presente un intérprete o acompañante.
Hacer seguimiento
Cuando sea posible, se recomienda comunicarse con el paciente por teléfono tras la visita a la consulta del dentista, para preguntarle si entendió todo lo relativo al tratamiento propuesto y las instrucciones que se le hayan facilitado.
Lo preferible al hacer la llamada de seguimiento, es no llevar mascarillas ni protecciones, para que la voz no se distorsione. Y mejor al teléfono fijo, para asegurarse que no haya distorsiones o falta de cobertura, etc.
De hecho, los autores del artículo señalan que la evidencia ha demostrado que las personas con implantes cocleares experimentan mayores dificultades con los teléfonos móviles, debido a que normalmente en un entorno móvil hay más ruido y se producen perturbaciones a causa de los teléfonos inalámbricos. El procesador del habla del implante detecta estas perturbaciones como molestos zumbidos, ecos o distorsiones de la voz que interfieren con la comunicación.
En resumen, los profesionales de la salud dental deben esforzarse por brindar un entorno positivo, empático y de escucha, con citas más largas y el uso de un intérprete/acompañante para facilitar la comunicación.