En busca de algo más que un sueldo.
Hace una década, en los tiempos más duros de la crisis económica en España, muchos jóvenes encontraron en el extranjero la única opción para desarrollar su carrera profesional. Países como Reino Unido se convirtieron en el destino favorito de aquellos que buscaban aprender un idioma, obtener un buen sueldo, adquirir experiencia profesional, llevar a cabo una experiencia vital y, a la vez, estar próximos a nuestro país. Después de todos estos años marcados por una crisis económica y otra más sanitaria, la fuga de cerebros continúa de forma constante, pero ¿sigue siendo una buena opción salir a ejercer la Odontología fuera de nuestras fronteras? ¿Qué países son los más adecuados? ¿Cómo viven los dentistas españoles en el extranjero?
Un dentista en Bélgica
En la llamada «fuga de cerebros» encontramos al Dr. Camil Hawawini, un español de origen sirio que, en 2010, con 22 años tras terminar su último curso de carrera de Odontología en Madrid, decidió salir al extranjero ante la imposibilidad de encontrar en España un trabajo sin tener experiencia previa.
«Mi primera idea era irme a Inglaterra, que era a donde solíamos ir los españoles por el idioma y por la cantidad de empresas que entonces se dedicaban a reclutar a los jóvenes. Pero tenía un amigo en Lieja (Bélgica) que me propuso ir a trabajar a su clínica. Así que me decidí a salir al extranjero con la intención de aprender francés y empezar a trabajar de una vez para coger experiencia y poder regresar más tarde a España cuando la situación mejorase», explica Camil.
Sin embargo, el regreso no se ha producido. «Cuando tienes una vida muy cómoda, un buen trabajo, meses de vacaciones, y buena calidad de vida, además de encontrar el amor y tener un hijo, el volver a España a empezar de cero no parece buena opción. Aquí en Bélgica nos falta mucho sol, pero haciendo balance y viendo que incluso la Seguridad Social funciona mejor que en España, ¿por qué no quedarse?», razona Camil.
No obstante, los comienzos de Camil no fueron tan sencillos. En su primera clínica se encargaba de todo y se pasaba 12 horas diarias trabajando. Además, tenía dificultades para comunicarse con los pacientes, puesto que aún no dominaba el idioma.
Afortunadamente a los tres meses de llegar, comenzó a hacer prácticas en el Hospital de Lieja donde finalmente le contrataron y pudo dejar su primer trabajo.
A día de hoy, Camil dirige su propia clínica, adquirida en 2017 a un dentista jubilado. Además de atender a pacientes en su consulta tres días a la semana, dedica los otros dos a trabajar en un hospital. Su negocio sigue creciendo y Camil asegura estar tan bien adaptado, que volver a España para trabajar no entra en sus planes.
CUANDO TIENES UNA VIDA MUY CÓMODA, UN BUEN TRABAJO, MESES DE VACACIONES, ADEMÁS DE ENCONTRAR EL AMOR Y TENER UN HIJO, EL VOLVER A ESPAÑA A EMPEZAR DE CERO NO PARECE UNA BUENA OPCIÓN. CAMIL HAWAWINI
Trabajar en Francia: nunca falta trabajo
Otro caso de éxito es el de la Dra. Marta Macías Blanco, una odontóloga afincada en Limoges (Francia) desde 2015. Tras terminar un Máster en España mientras trabajaba como generalista en cuatro clínicas diferentes a la vez, Marta se puso en contacto con una empresa francesa reclutadora para probar mejor suerte en el país vecino. Mientras esperaba entrevistas, comenzó a estudiar el idioma hasta que la ficharon en una mutua en Limoges.
«Mis condiciones son mejores que las que tendría en España. No es solo cuestión de dinero, sino también los horarios, la organización de la empresa, etc. Soy asalariada, aunque voy a comisión por facturación. A fin de mes solo me preocupo de mi nómina. Trabajo de martes a viernes y nunca más de 35 horas semanales. Y si el día de mañana quiero ser mamá, la conciliación es mucho mejor. Hay tal cantidad de trabajo, al estar totalmente reembolsado para los pacientes, que me obliga a tener que rechazar pacientes porque tengo lista de espera de dos meses. Nunca falta el trabajo. Aquí cada uno trabaja a su ritmo y nadie te echa en cara si has facturado más o menos». Así de contundente explica Marta las enormes ventajas que disfruta en comparación con su etapa de odontóloga en España.
«Desde el primer momento me he encontrado muy bien, -comenta Marta- con buen ambiente y con compañeros de trabajo que me ayudaron con el idioma, con los pacientes. Además, llegamos muchos españoles a la vez que hicimos piña. En ningún momento me he planteado volver a España. De hecho, me traje a mi recién marido, que por entonces éramos novios en España. Si hoy tuviera que volver a España, me sentiría muy desubicada, ya no es mi sitio».
Inglaterra: cuestión de horarios
El caso del Dr. Javier Barba es otro ejemplo de las oportunidades que aguardan en el extranjero. Nunca buscó trabajo en España, directamente le reclutaron de la Seguridad Social inglesa cuando estaba a punto de terminar la carrera en 2004. «Me vino muy bien porque mi mujer, que entonces era mi novia, al ser canadiense no podía trabajar en España, pero sí en Reino Unido, así que irnos a Liverpool nos supuso una buena oportunidad. Todo fue muy fácil porque dominaba el idioma y nos fuimos para allá media clase de la Universidad».
En Inglaterra, Javier encontró la oportunidad de empezar a trabajar obteniendo un buen sueldo desde el principio. «El problema», explica Javier Barba, «es que en la Seguridad Social ves siempre los mismos casos, era muy aburrido. Así que me volví a España a estudiar un Máster para especializarme en tratamientos más complejos. Era el año 2009, justo cuando comenzó la crisis. Empecé a trabajar de ortodoncista mientras estudiaba y, al estar ya casado, mi mujer también pudo encontrar trabajo.
El problema era entonces los horarios. Terminaba de trabajar el viernes a las 10 de la noche y salía en coche hacia los Pirineos para practicar el esquí, mi mayor afición, y el lunes bien temprano, otra vez vuelta a empezar. Era imposible compaginar la vida laboral con la personal. Me hubiera gustado abrir una clínica de Ortodoncia en España en alguna zona de montaña, pero no hay suficiente población para poder hacerlo.
Así que, en 2012, tras terminar el Máster cogí mi título y me fui a los Alpes sin saber francés y di con una pareja de odontólogos franceses mayores en la localidad de Annecy. Ellos me ayudaron con todo y al final les compré la clínica cuando se jubilaron.
En realidad, lo que más ha mejorado mi vida son los horarios. Cuando llegué a Francia trabajaba cuatro días a la semana, lo cual me permitía hacer muchas cosas. Como muy muy tarde en Francia se trabaja hasta las 19 horas, así que, aunque no llego a recoger a los niños al cole, sí que puedo pasar tiempo con ellos. Ahora tengo más tiempo y hago tratamientos más complejos que me llenan profesionalmente. Tengo mi propia clínica con dos socios más y disfruto del esquí, que es lo que me trajo a Francia. ¿Volver a España? Sí, cuando me jubile, pero no para trabajar».
LO QUE MÁS HA MEJORADO MI VIDA SON LOS HORARIOS. AHORA TENGO MÁS TIEMPO PARA MÍ, PARA MI FAMILIA, PARA SUBIR A LAS MONTAÑAS Y, A LA VEZ, HAGO TRATAMIENTOS MÁS COMPLEJOS QUE ME LLENAN PROFESIONALMENTE. DR. JAVIER BARBA
Ayuda desde España a dentistas en el extranjero
Los doctores Miguel Ángel Martín y Estefanía Moreno son coordinadores del Departamento Internacional Profesional, DIP, que el COEM puso en marcha en 2011 en plena crisis económica y ante la necesidad de ayudar y orientar a odontólogos que desean ejercer su profesión en el extranjero.
Uno de los grandes hitos de este departamento fue la creación de una guía, que actualmente se está revisando de nuevo, y en donde se están incorporando países nuevos (de Europa del Este, Latinoamérica, etc.). Se está actualizando la nueva fiscalidad para que los colegiados que se quieren marchar sepan más o menos lo que van a ganar, los impuestos a los que tendrán que hacer frente, o lo que van a atributar, entre otros asuntos.
(Toda la información del DIP está disponible en la página web del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región. https://www.coem.org.es/dpto-internacional).
HAY TAL CANTIDAD DE TRABAJO QUE TENGO QUE RECHAZAR PACIENTES PORQUE LA LISTA DE ESPERA SUPERA LOS DOS MESES. NUNCA FALTA EL TRABAJO, PERO CADA UNO TRABAJA A SU RITMO, Y NADIE TE ECHA EN CARA SI HAS FACTURADO MÁS O MENOS. DRA. MARTA MACÍAS
El perfil ha cambiado
Después de 10 años coordinando el DIP, el Dr. Miguel Ángel Martín explica que «la demanda sigue siendo alta, sigue yéndose mucha gente. El perfil del odontólogo que sale de España ha cambiado un poco. Ya no solo se van jóvenes recién licenciados sin experiencia. A día de hoy vemos incluso a profesionales con experiencia y con familia que se van buscando estabilidad. Ahora tienen que ir con una base del idioma, ya no es como antes que los jóvenes se iban para aprender idiomas».
«La gran mayoría se marcha con la idea de adquirir toda la experiencia posible, ahorrar todo lo que puedan y regresar para montar su propia clínica o estudiar un Máster para establecerse en España.
Pero, por lo que hemos comprobado, la mayoría no suele volver, solo una pequeña cantidad ha regresado, –explica la Dra. Estefanía Moreno–. Incluso hay personas que van cambiando de países, se van moviendo buscando mejoras y siguiendo a otros compañeros. Por los acuerdos de la Commonwealth, aquellos que han trabajado en Inglaterra también pueden trabajar en otros países como Australia, con condiciones muy ventajosas».
AHORA EL DESTINO MÁS ATRACTIVO ES FRANCIA. LAS CONDICIONES LABORALES SON MUY BUENAS; SE TRABAJA CUATRO DÍAS A LA SEMANA, LOS INGRESOS SON ALTOS Y LOS HORARIOS REDUCIDOS. ES IMPENSABLE QUE UN DENTISTA ESTÉ TRABAJANDO HASTA LAS 9 DE LA NOCHE, COMO EN ESPAÑA. DR. MIGUEL ÁNGEL MARTÍN
Los destinos más atractivos para los dentistas
«La estrella siempre ha sido Reino Unido, pero con el Brexit esto ha cambiado porque la gente no quiere complicarse, ya no es tan atractivo, aunque las condiciones sean buenas, comenta el coordinador del DIP, Miguel Ángel Martín. Ahora el destino más atractivo es Francia, porque las condiciones laborales son muy buenas, se trabaja cuatro días a la semana, los ingresos son altos, aunque no tengas experiencia, los horarios son reducidos y es impensable que un dentista esté trabajando hasta las 9 de la noche, como en España. Además, la proximidad y la demanda que tienen de odontólogos hace que este sea ahora mismo el destino favorito».
«También son buenos destinos aquellos países de habla alemana: Alemania, Austria, Suiza… son países con salarios altos, los horarios son incluso mejores que en Francia, tienen numerus clausus muy estrictos y una población de odontólogos muy envejecida, con lo cual se prevé una mayor jubilación y, por tanto, una mayor necesidad de dentistas a medio plazo. La mayor dificultad es el idioma porque están exigiendo mucho nivel. Yo recomiendo a los jóvenes odontólogos que aún están estudiando, que aprendan alemán porque va a ser un idioma muy relevante en la Unión Europea ahora que Reino Unido ha salido», concluye el Dr. Miguel Ángel Martín.
5 razones por las que trabajar como dentista en Europa es una buena opción
1- Muchas vacantes y una gran escasez de dentistas
En países del centro de Europa se prevé la jubilación de muchos odontólogos en los próximos años. Los numerus clausus son muy estrictos en las universidades y, en algunos de estos países no existen las universidades privadas. Simplemente no hay suficientes nuevos egresados para ocupar esas vacantes.
2- Los dentistas, también los más jóvenes, son respetados
Los pacientes europeos valoran al odontólogo más de lo que se hace en España. La atención dental es importante para ellos y confían en que puedas darles el mejor tratamiento. La edad no es un inconveniente si puedes dar una buena atención. También los odontólogos con más experiencia quieren tener odontólogos jóvenes recién salidos de la universidad a quienes ayudan desde el primer momento. Nada que ver con las oportunidades que en España tienen los recién graduados sin experiencia.
3-No hay guerra de precios
A pesar de que, en países como Bélgica, los tratamientos estéticos no se reembolsan por la seguridad social, sí que se realizan muchos implantes y tratamientos, ya que existen unas mutuas o aseguradoras, que son complementarias a la seguridad social, y cubren parte de estos tratamientos, por lo que el precio no es lo que influye en la decisión de los pacientes.
Además, la publicidad de las clínicas en países como Francia está prohibida. Esto significa que las clínicas no pueden promover su negocio con tratamientos gratuitos u otras ofertas especiales. Cada dentista se diferencia del resto por su calidad profesional, no por el precio.
4- Buenas condiciones de trabajo y mejor conciliación
Ser dentista es uno de los trabajos mejor pagados en muchos países del mundo. Esto significa un buen salario inicial, incluso para los dentistas jóvenes, junto con la perspectiva de crecer considerablemente. A pesar de tanto trabajo, no se pone en riesgo el equilibro con la vida privada, ya que en países como Francia solo se trabaja 4 días a la semana.
5- Una experiencia muy gratificante
Ir a trabajar al extranjero es una experiencia inigualable, aunque no sea para quedarte porque, además de aprender otro idioma, conoces otra cultura, amplias tus contactos, impulsas tu carrera profesional y aprendes a ver la Odontología desde otra perspectiva.
Obviamente no todo son ventajas porque hay que saber adaptarse y se echan de menos muchas cosas y a muchas personas, pero el balance de la mayoría de los profesionales que ha emigrado es muy positivo.