¿Imaginas poder detectar el mal aliento a través de un dispositivo? Un grupo de investigadores del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur ha desarrollado un pequeño sensor que detecta si tu aliento no es del todo fresco, lo que acabaría con algunas situaciones embarazosas.
El mal aliento o halitosis puede deberse a diferentes razones, como el consumo de determinados alimentos, una mala higiene bucodental o padecer ciertas enfermedades. Y este problema ha inspirado una serie de complejos experimentos diseñados para detectar el sulfuro de hidrógeno, el gas causante del mal olor, sin utilizar el sentido del olfato humano.
Resultados de la investigación
El equipo de investigadores, dirigido por el doctor Il-Doo Kim, sometió una solución de sal metálica, cloruro de sodio, nanopartículas de metal de platino y tungsteno, a una técnica de fabricación llamada electrospinning, produciendo fibras diminutas.
Estudios anteriores ya habían demostrado que cuando los óxidos metálicos reaccionan con gases que contienen azufre, presentan cambios eléctricos que pueden medirse. Así que este grupo de investigadores calentó sus nanofibras, haciendo que el tungsteno se oxidara. Las nanofibras tuvieron una mayor reacción al sulfuro de hidrógeno cuando su solución contenía cantidades iguales de platino y tungsteno.
También probaron un par de gases que contienen azufre, como el sulfuro de dimetilo y el metilmercaptano, pero sus fibras fueron más susceptibles al sulfuro de hidrógeno.
El prototipo del dispositivo para detectar el mal aliento combina electrodos de oro recubiertos de nanofibras con sensores que detectan el gas, la humedad, la temperatura y la presión. Identifica correctamente el mal aliento del aire exhalado el 86% de las veces, sin ningún equipo especial de recogida o filtrado.
Los investigadores afirman que podría fabricarse un pequeño dispositivo para realizar un autodiagnóstico rápido y sencillo del mal aliento. Aunque, hasta entonces, la mejor manera de prevenir el mal aliento es evitar la ingesta de determinados alimentos, el consumo de tabaco, cepillarse los dientes diariamente y utilizar el hilo dental.
Fuente: WebMD