Según el estudio realizado por el Grupo de Investigación de Alto Rendimiento IDIBO de la Facultad de Ciencias de la Salud de la URJC, casi 9 de cada 10 odontólogos consideran que la pandemia cambiará la manera de prestar atención odontológica en el futuro.
Entre las conclusiones de estudio “Impacto del COVID-19 en el trabajo de los odontólogos españoles: Una respuesta temprana a la pandemia” destaca la gran preocupación de los odontólogos por la expansión del virus durante la primera fase de la pandemia. El 83,16% manifestó estar preocupado por contagiarse en su puesto de trabajo, mientras que el 72,97% reconoció su inquietud por la posibilidad de contagiar a sus pacientes. Además, el 61,37% de los encuestados atribuyeron este miedo a contagiarse del SARS-CoV-2 a la falta de medidas y equipos de protección adecuados.
En cuanto a las reacciones de los profesionales ante el avance de la pandemia, el estudio revela que el 59,11% de los odontólogos incorporaron nuevas medidas de protección en su práctica diaria, mientras que el 60,17% empezó a atender únicamente casos urgentes y el 39,18% dejó de trabajar.
Un 86,37% de los profesionales consideró que las Autoridades Sanitarias no tomaron las decisiones acertadas durante el inicio de la pandemia, mientras que el 63,8% de los encuestados consideraron ni el Consejo General de Odontólogos ni los Colegios Regionales adoptaron las medidas correctas en el momento adecuado para prevenir la propagación del virus en las consultas dentales.
Por otra parte, las principales fuentes de información sobre la COVID-19 para los odontólogos fueron los Colegios Regionales y el Consejo General de Dentistas, utilizados por un 62,89% de los encuestados, por encima de los medios de comunicación y también de las autoridades sanitarias, que fueron referencia informativa para el 42,04%.
El estudio, elaborado por los profesores Bruno Baracco, Laura Ceballos y Victoria Fuentes, recoge los resultados de 873 encuestas realizadas a odontólogos españoles entre el 18 y el 20 de marzo de 2020, fechas en las que aún no existía la orden de cierre de las clínicas odontológicas por parte de las Autoridades Sanitarias y la información sobre la enfermedad y su gestión en el ámbito odontológico era muy escasa.