Es muy posible que en los últimos días o meses os hayan llegado emails de una oleada de lo que ahora se hacen llamar traffickers. Un nombre inventado que designa a personas que se dedican a hacer algo que existe desde hace muchos años: la publicidad en redes sociales. Algo que seguramente hayáis probado ya, promocionando una publicación en Facebook o Instagram dedicando una cifra económica generalmente baja (10-50 euros).
Comercialmente lo hacen bien. Envían un email en el que comienzan alabando a la clínica y reconociendo que por eso os han escogido, porque sois sobresalientes. Este mismo email lo mandan como mínimo a todas las clínicas que aparecen entre la primera y segunda página de Google, y al final del mismo terminan provocando esa sensación de urgencia que tan bien funciona en marketing: «Hemos seleccionado únicamente tres clínicas dentales de tu zona, aunque solo trabajaremos con una. Si realmente estás interesado, por favor no tardes mucho en contestar».
Después llega la magia con la palabra «Gratis». El trafficker se ofrece a gestionar de forma gratuita una campaña en redes sociales como prácticas de sus estudios y solo pide 100 euros de inversión para que circulen los anuncios (cuanto más dinero se invierte, más personas los visualizan). Ponen como ejemplo los resultados de una campaña que generalmente tiene que ver con servicios de centros de estética, ya que funcionan especialmente bien en redes sociales, y los usan de arma para convenceros.
Muchas clínicas, tras ver este email comercial del trafficker, piensan «podemos probar, son solo 100 euros y los resultados parecen buenos». Pero… ¿realmente merece la pena?
El ámbito online, el gran olvidado
¿Por qué quiero hablar sobre esto? Porque generalmente no se le da la importancia que merece a la presencia online de la clínica.
¿Qué ocurriría si una persona a la que no conocéis os dice que, de forma gratuita, os diseña y reparte 15.000 folletos en vuestra zona a todos los viandantes? ¿Qué es lo primero que os vendría a la mente? Seguramente qué contenido e imagen tendrán estos folletos que va a entregar, ¿no? Y muy probablemente no os fiaríais, ya que podéis dar mala impresión si una persona que no conocéis reparte publicidad a miles de personas.
Sin embargo, en el mundo online (muchas veces por desconocimiento), no hay filtro. Páginas web totalmente desactualizadas o que dan mala imagen, redes sociales con publicaciones con faltas de ortografía o con fotografías de dudosa calidad, etc.
Por lo general, el mundo online es menos tangible y conocido por la gerencia de la clínica. Esto se traduce en un probable «sí» a este trafficker, aceptando una campaña que realizará una persona sin experiencia y que puede hacer mucho daño a vuestra imagen corporativa.
Para obtener buenos resultados con la publicidad en redes sociales se necesita a un diseñador profesional, que haga un anuncio potente y vistoso que dé buena imagen, y a una persona experta en marketing dental que sepa cómo orientar la campaña y cómo llegar a vuestro cliente potencial.
Hay que tener en cuenta que un paciente de una clínica dental no es el mismo que uno de estética, ni el mismo que compra zapatillas deportivas. Para orientarnos a él con éxito es importante conocer el mundo de la salud y, en concreto, el de la Odontología.
Por favor, valorad mucho más el medio online al igual que lo hacéis con la limpieza de la clínica y la imagen que transmitís desde ella. Es vuestro escaparate a los millones de personas que navegan por Internet cada día.
Más información: www.ril.es