Un sondeo realizado por Key-Stone sobre la población realizado en Italia, publicado el pasado viernes en la página web de Gaceta Dental, demuestra el auténtico cambio de opinión registrado en los últimos días con la escalada del número de contagios de Covid-19 y la adopción de las primeras medidas gubernamentales de carácter nacional. Se observa, además, un aumento drástico en el número de sujetos favorables a procedimientos de Decreto Ley y a comportamientos más rigurosos. Todo ello indica un cambio actitudinal importante y una más que probable toma de conciencia sobre la dificultad de la situación y del riesgo para la salud pública.
Pero, más allá de la actual situación de “cierre total”, que afecta también a las clínicas dentales, ¿cómo podrá influir en un futuro próximo al sector dental?
Para obtener algunas indicaciones de este tipo, el estudio ha pretendido además explorar las decisiones y el posible cambio de hábitos entre aquellos ciudadanos que tuvieran que someterse a consultas médicas especializadas, exámenes diagnósticos o visitas odontológicas en este periodo.
Concretamente, la encuesta ha cuantificado el posible obstáculo representado por el riesgo de contagio en la decisión de someterse a uno de los servicios previamente indicados a través de la siguiente pregunta:
También en este caso, las opiniones cambian en función de si han sido o no recogidas en los últimos dos días. Al observar los resultados comparados por periodo, el aumento de conciencia sobre la situación que muestra el país induce a una parte de la ciudadanía a posponer algunas prestaciones médicas.
Particularmente, son las prestaciones que prevén una relación personal con el médico las que, en mayor medida, reflejan la alarma generada en los dos últimos días, con un fuerte aumento en el aplazamiento de visitas a especialistas, especialmente en aquellas que implican el acceso a clínicas dentales.
Por tanto, centrándonos en las clínicas dentales, se observa que, durante las dos semanas transcurridas tras el primer foco de contagio, solo una parte limitada de italianos había pospuesto los tratamientos, mientras que, tras las medidas nacionales, dicho porcentaje se eleva.
Actualmente la situación ha vuelto a transformarse, pues tanto en Italia como en España y en terceros países, nos encontramos en una situación de cierre total. Por todo ello, nuestro mayor interés se dirige a la realización de algunas previsiones sobre el escenario que hallaremos cuando el contacto social y la actividad retomen la “normalidad”, aunque esta situación se produzca de manera lenta y prolongada.
Partiendo del hecho de que no disponemos de ningún dato histórico que nos permita realizar previsiones, más allá del sondeo realizado en Italia y de informes que aluden a la situación posterior a otras pandemias, es crucial recordar que los servicios dentales no son “consumibles”. Por el contrario, se trata de prestaciones que quedarán pospuestas algunos meses, pero que, antes o después, la población volverá a realizar.
Riesgos y oportunidades
Resulta claro que si esta crisis, también de carácter económico, se extendiera durante un largo periodo, podría ocasionar una nueva fractura económica y social, que podría, una vez más, conducir al país y al sector dental hacia una situación recesiva de carácter estructural.
Sin embargo, esperando que esta primera fase sea un ciclo negativo de breve duración (inferior a tres meses), es posible imaginar que podría darse un rebote muy positivo tras este inevitable frenazo en las prestaciones odontológicas.
Claramente se hace necesario que las clínicas dentales, los laboratorios y las empresas puedan contar con una cierta solidez financiera que les permita “resistir” por un cierto periodo de tiempo, esperando además que los gobiernos centrales y las autoridades europeas acudan al auxilio de la economía general.
Pero además de la duración de la fase de emergencia, es importante tener en cuenta otro factor, o lo que es lo mismo, en qué medida este virus seguirá provocando más enfermos en los próximos meses o años. Resulta bastante claro que esta fase de “distanciamiento social” es necesaria para contener y diluir la presión sobre el Sistema Sanitario, todavía a la espera de la vacuna y/o de la ya famosa “inmunidad de grupo”
Pues bien, la última reflexión sobre el sector dental se refiere exactamente a esta fase. Teniendo en consideración los datos de la encuesta previamente citada, existen posibilidades concretas de que en el imaginario colectivo los ambulatorios médicos, y particularmente las clínicas dentales, puedan percibirse como potenciales “lugares de contagio”.
Por estas razones será muy importante trabajar tanto en la comunicación institucional, en aras de generar seguridad entre la ciudadanía, como en una nueva modalidad de organización de la clínica dental.
Estamos convencidos de que el futuro de la clínica dental no podrá volver a ser el mismo, es posible, de hecho, que las clínicas deban organizarse de manera más eficaz en la gestión de las citas, evitando así aglomeraciones, y dotarse de dispositivos de protección individual para profesionales más efectivos.
Será además necesario adoptar protocolos rigurosos de higiene para la clínica dental y ofrecer así una mayor seguridad, ya no solo a los pacientes, sino también a todo el personal involucrado en la estructura.
Nos espera un periodo difícil, pero un futuro de recuperación y de oportunidades también en el mercado, en el que deberá desaparecer la infravaloración de los protocolos de higiene y reforzarse la calidad de los dispositivos. Si precisamente en el mundo de la higiene y la desinfección se había iniciado una carrera hacia el descenso de los precios, dicha tendencia, seguida por un cierto tipo de productos, se detendrá y, así lo esperemos, se otorgará el justo valor a los dispositivos de mayor calidad.