Un correcto cepillado de dientes después de comer no solo mantiene una buena salud bucodental, sino que incluso, en algunos casos, puede salvarnos la vida. Al menos habría evitado el susto que pasó un hombre británico que, tras comer unas, a priori, inofensivas palomitas, estuvo a punto de morir. Después de ingerir este snack, notó con molestia que uno de los trozos se le había quedado entre las muelas. Lejos de pensar en cepillarse los dientes o buscar la ayuda de un dentista y ante la desesperación provocada por la molestia de los restos de comida, el susodicho intentó aliviarla, primero con un palillo, luego con un alambre, e incluso, con un clavo.
Esta agresiva solución provocó una infección por la que tuvo que ser operado a corazón abierto. El daño producido al sacar la dichosa palomita abrió un coladero de bacterias que llegaron por el hueco de la muela hasta el torrente sanguíneo. Este suceso subraya la importancia de mantener una correcta higiene bucodental nos recuerda que, ante cualquier imprevisto en nuestra boca, lo más inteligente es acudir al dentista.