Es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queen’s en Belfast (Irlanda del Norte) sobre la asociación entre la salud bucal y una serie de cánceres gastrointestinales.
La investigación publicada en la revista científica United European Gastroenterology Journal ha analizado a 469.628 personas de Reino Unido para establecer posibles relaciones entre su salud oral y los tumores de hígado, colon, recto y páncreas. Se estudiaron los casos en los que los pacientes tenían dolor en las encías, úlceras en la boca y dientes sueltos.
Finalmente, no se establecieron asociaciones significativas entre estos problemas bucales y la mayoría de los cánceres. Sin embargo, en el caso del cáncer de hígado, en su forma más común, sí se encontró un vínculo sustancial con el riesgo de padecer la enfermedad.
Según la Dra. Haydée WT Jordão, autora principal de la investigación, «la mala salud oral se ha asociado con el riesgo de varias enfermedades crónicas, como el accidente cerebrovascular o la diabetes», pero no existía evidencia en torno a determinados tumores gastrointestinales.
De los 469.628 participantes, 4.069 desarrollaron cáncer gastrointestinal durante el seguimiento (promedio) de seis años. En el 13% de estos casos, los pacientes reportaron mala salud oral. Los participantes con mala salud bucal tenían más probabilidades de ser más jóvenes, mujeres, que vivían en áreas socioeconómicas desfavorecidas y consumían menos de dos porciones de frutas y verduras por día.
Desarrollo de la enfermedad
Los mecanismos biológicos por los cuales la mala salud bucal puede estar más asociada con el cáncer de hígado, en lugar de otros cánceres digestivos, son actualmente inciertos. Una explicación es el papel potencial del microbioma oral e intestinal en el desarrollo de la enfermedad. «El hígado contribuye a la eliminación de las bacterias del cuerpo humano», afirma la Dra. Jordão. «Cuando el hígado se ve afectado por enfermedades como la hepatitis, la cirrosis o el cáncer, su función disminuye y las bacterias sobreviven más tiempo y, por lo tanto, pueden causar más daño».
Otra teoría para explicar el mayor riesgo de cáncer debido a la mala salud oral sugiere que los participantes con una gran cantidad de dientes perdidos pueden alterar su dieta, consumiendo alimentos más blandos y potencialmente menos nutritivos, que a su vez influyen en el riesgo de cáncer de hígado.