Curva de aprendizaje continua
La necesidad de completar una curva de aprendizaje imprescindible para la optimización del uso de la tecnología es crucial. Así, la formación en Odontología digital pasa a ser primordial para los profesionales del sector. Así lo constata Lasso, para quien «la formación es obligatoria y necesaria. Los softwares cambian día a día al igual que los protocolos de flujo. No existe ningún libro o manual actualizado, y para cuando están editados quedan obsoletos. Sin duda, la formación ayuda a que ese tránsito al digital sea más llevadero. Hoy en día existen infinidad de cursos, casi lo difícil es no errar en la elección. La oferta es enorme, hay que elegir ponentes y escuelas honradas y capaces. La Odontología y la Prótesis digital, en ocasiones, está demasiado comercializada, con gente que dogmatiza sobre uno u otro sistema de hardware y software. Al final no dejan de ser herramientas que facilitan nuestro trabajo. Cada máquina y programa tiene sus ventajas e inconvenientes, sus indicaciones y algo que aportar en nuestro día a día. La clave es elegir bien. La comunidad online, en base a foros, nos permite obtener mucha información y ayuda, pero una formación reglada y seriada siempre nos dará las bases para que nuestra evolución se consolide».
Ahondando en el esfuerzo que ha supuesto para los laboratorios participar en el proceso de digitalización dental, Lasso lo denomina como inmenso. «Tratar de cambiar la manera en que nos han formado en las escuelas y facultades de Odontología es complejo. De ahí que lo importante sea trabajar con clínicos y técnicos dispuestos a abrir su mente hacia otros procesos de trabajo. La formación reglada en ambas ramas en este país sigue siendo analógica, la industria nos facilita unas herramientas de trabajo impresionantes, pero el cambio de paradigmas debe empezar en uno mismo».
A modo de conclusión, y desde su perspectiva de la parte del laboratorio, Lasso afirma que «son increíbles los nuevos horizontes y perspectivas que la tecnología aporta. No aprovecharlos y no saber adaptarse es estar ciego, y en una profesión tan competitiva como la nuestra equivale a un suicidio profesional. Cierto es que la inversión es grande, pero con el tiempo todo son beneficios. Se necesitan ganas de aprender y evolucionar, lo que requiere estar dispuesto a cambios. Solo así podremos mejorar. Hay que apoyarse en empresas que garanticen que esa inversión sea segura y que te ofrezcan un servicio posventa coherente», concluye.
Una «nueva dimensión»
Refiriéndose a las principales ventajas que aporta la digitalización dental en los procesos que se llevan a cabo en el laboratorio, Aitor Lasso afirma de forma contundente que «la comunicación clínico-técnico es llevada a otra dimensión. Funcionar en un entorno digital nos permite protocolizar todas las situaciones implementando los tiempos. La calidad de los trabajos mejora de una manera objetiva, pues las impresiones que nos facilitan los clínicos son más precisas. El hecho de no tener que elaborar manualmente el modelo maestro de trabajo hace que los tiempos disminuyan y que no vayamos acumulando pequeños errores. Además, el software facilita mucho el procesado de las impresiones, lo que nos permite centrarnos más en el proceso de producción y terminado. Las fresadoras y las impresoras nos permiten trabajar con una precisión mucho mayor, dan unos ajustes impresionantes al minimizar los errores analógicos», concluye.
Adaptarse a los nuevos protocolos
En opinión de Aitor Lasso, el único hándicap en el proceso de digitalización de la Odontología a día de hoy «es estar dispuesto a cambiar los protocolos. Se necesitan clínicos dispuestos a adaptarse a las nuevas tecnologías. El trabajo, en esencia, es el mismo, solo hay que adaptarse a nuevos sistemas de trabajo. Desde el ámbito técnico, la inversión que se realiza en digitalizar parte de este trabajo tan tradicionalmente artesanal solo aporta ventajas: fluidez, ajuste, rapidez y estandarización de la calidad. Dejamos menos cosas al azar, lo que nos permite un control casi total del producto final. Es apasionante la época profesional que nos ha tocado vivir, con una curva de aprendizaje continua, en la que además tenemos que ir más de la mano que nunca de los clínicos. En parte por ello decidí en su día abrir mi propio laboratorio, entendí que los clínicos necesitaban trabajar de esta manera, con estos protocolos y muchos de los laboratorios tradicionales no les ofrecían soluciones. Ese es nuestro objetivo, facilitarles la entrada a la Odontología Digital y aportarles soluciones acompañándoles en su camino», concluye.
De la mano de lo analógico
Tal y como opinan otros profesionales que emprendieron el camino de la Odontología Digital, tanto en clínicas dentales como en laboratorios, también para Aitor Lasso, los procedimientos analógicos o tradicionales y los digitales «no son dos mundos separados, no nos engañemos. La prótesis analógica es el complemento lógico y necesario de la prótesis digital. La mecanización de los procedimientos, el diseño asistido y la fabricación aditiva o sustractiva exigen un finalizado y caracterización manual. El mundo digital nos ahorra mucho tiempo y nos permite trabajar con una precisión increíble, pero los conceptos tradicionales son necesarios y la parte de sensibilidad artística del técnico es imprescindible para el último paso de la fabricación, lo que en definitiva diferenciará nuestro trabajo de correcto a excelente. En resumen, a través de la tecnología hemos quitado de nuestra profesión la parte mecanicista y tediosa. De esta manera, tenemos más tiempo para el diseño y la finalización».