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De la «A» a la «Z». El vocabulario de la Odontología más actual

Ampliamos los términos que se han ido añadiendo al vocabulario y a la práctica diaria de clínicos y técnicos, junto con la Sociedad Española de Odontología Digital y Nuevas Tecnologías (SOCE). Descubre los últimos de este mes.

Shutterstock/Drical.

Flujo de trabajo analógico. Se trata del proceso de realizar una tarea con medios y materiales físicos generalmente llevada a cabo a mano. Es la antítesis de la Odontología Digital, a pesar de que ambos flujos se pueden combinar en determinadas ocasiones, como al realizar una impresión analógica al paciente (con alginato, silicona o cualquier otro material de impresión) para posteriormente vaciarla y digitalizarla con un escáner para realizar el diseño por ordenador de la restauración.

Vóxel. Pixel volumétrico o elemento de volumen: unidad de volumen de un objeto 3D. Representa la unidad mínima procesable en una matriz tridimensional y es, por tanto, el equivalente del pixel en un objeto 2D. Estos pueden ser isotrópicos (con forma cúbica), como los que se producen en un CBCT, y en la mayoría de objetos tridimensionales creados digitalmente o bien ortotrópicos (con forma rectangular) como los que forman los TAC tradicionales

Fresado húmedo. Se denomina así al proceso de desgaste de un material mediante fresas de diamante o carburo de tungsteno protegido por un spray de líquido frío para evitar el del material a fresar. Este tipo de procesado es necesario para todos los metales y cerámicas de vidrio para evitar los daños que se desarrollarían en el material si este fuese sometido a una alta temperatura.


Verde

En el sentido de que mediante un flujo de trabajo completamente digital evitaríamos el gasto de material fungible en cada impresión que realizamos al paciente, así como los correspondientes vaciados y el uso de análogos en las restauraciones sobre implantes. Aunque no solo se trata de ahorro de material en la rama de prótesis, sino de dejar de lado el uso masivo de papel con iniciativas como el entregar informes, consentimientos, presupuestos o facturas de manera digital por email o facilitar las radiografías a nuestros pacientes por la misma vía. Todo ese material no se gastaría y, por ello, reduciríamos la huella ecológica de nuestra profesión.

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