Los diastemas, y en particular el diastema medio interincisivo, es uno de los hallazgos más frecuentes en la práctica odontoestomatológica y pueden ser debidos a diversas causas:
- Maloclusión.
- Problemas estructurales: discrepancia del tamaño de los dientes en relación a las arcadas de los maxilares. Las situaciones más frecuentes son los casos de dientes conoides, donde los incisivos superiores centrales adoptan una forma más reducida en incisal, los laterales suelen presentarse una forma cónica y, a menudo, también aparece un diastema medial. Este problema se corregirá totalmente tan solo con soluciones protésicas, adecuando el exceso de espacio con las restauraciones, aunque a veces será necesario un tratamiento ortodóncico previo (Figuras 1 y 2).
- Problemas periodontales ya que en estos casos, en los movimientos funcionales, los dientes se abanican porque al existir una pérdida de hueso generalizada, sumada a un notable aumento de su corona clínica, se determina un brazo de palanca excesivo, lo que provoca en los movimientos excéntricos (de lateralidad y protrusión), una considerable movilidad produciendo una migración, generalmente en los grupos anterosuperiores. El principal problema estético del paciente periodontal son los triángulos negros o troneras, que aparecen porque no hay papilas. Para su rehabilitación, primero realizamos el tratamiento periodontal oportuno para, más tarde, cuando el periodonto y la mucosa oral se encuentran en perfecto estado de salud, terminar nuestra rehabilitación estética con la colocación de carillas de porcelana o composite. En la mayoría de los casos será necesaria una ferulización posterior al tratamiento estético (Figuras 3 y 4).
- Hábitos como la interposición lingual, si además va asociada a enfermedad periodontal, también pueden presentar diastemas.