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…Y le sacaron los colores

Hubo buen rollo en la ceremonia de graduación de los odontólogos de San Pablo CEU –celebrada por los estudiantes de todas las especialidades incluidas en la Facultad de Medicina de esta universidad privada: Medicina, Genética, Enfermería, Fisioterapia, Odontología y Psicología–, que se consumó en forma de una ofrenda material para quien los alumnos habían escogido como padrino de la promoción, el doctor Manuel Fernández Domínguez. El hombre asistió al acto celebrado en el campus de Montepríncipe desconocedor de la sorpresa que le tenían reservada los graduados de Odontología y no pudo evitar que le asomase una amplia sonrisa cuando se le hizo entrega de una camiseta del Atlético de Madrid con la inscripción del número 18 y «el padrino» al dorso.

Seguidor colchonero desde siempre, el doctor Fernández Domínguez posó orgulloso con la elástica que venía a confirmarlo como simpatizante del equipo rojiblanco y protector de la promoción de 2018. Dicen, o así lo aseguraba una campaña publicitaria,

que los aficionados del atleti, presos de la presión que viven en cada partido, son los que más aprietan los dientes. En esta ocasión, sin embargo, el padrino dejó el rechinado para mostrar alegría y sonreír. Y eso que sacaron a relucir sus colores.

Éramos pocos y…

La plétora, uno de los grandes problemas que aquejan a la profesión odontológica, no parece tener cabida en la sociedad china. Al parecer no hay suficientes dentistas para atender la mala salud bucal que afecta a cerca de 400 millones de habitantes del gigante asiático, así es que han puesto en marcha un plan para fabricar robots que hagan el trabajo de forma autónoma, sin necesidad de la intervención humana. Las primeras pruebas realizadas en una paciente han permitido la colocación de dos implantes y sus coronas, que habían sido fabricadas en una impresora 3D. El robot, bautizado Yomi, siguió las instrucciones que previamente habían sido programadas por personal médico, así es que el dentista artificial solo tuvo que seguir las pautas de una cirugía guiada ya planificada antes. Lo verdaderamente innovador en esta intervención artificial –ya se han realizado intervenciones quirúrgicas de otro tipo a distancia mediante la utilización de mecanismos teledirigidos– ha radicado en que una vez iniciada la cirugía no intervino en ningún momento la mano del hombre. Los investigadores de la Universidad de Beihang (Universidad de Aeronáutica y Astronáutica) de Pekín y de la Escuela Médica Militar de Xi’an (en la provincia china de Shaanxi) habían previsto incluso los movimientos que pudiera hacer el paciente durante la intervención para que no fuera necesaria su participación. Está visto que la tecnología que creíamos futurista ya está aquí y afecta a todos los ámbitos de la sociedad. En estos pagos no es necesaria la introducción de robots odontólogos, todavía sale más barato el kilo de dentista humano que ponerse a investigar en esa robótica o importar artilugios como Yomi.

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