Erasmus, el primer paso
Desde que surgiera en 1987, el programa Erasmus se ha encargado de abrir fronteras y mentes en la comunidad universitaria europea. Sobre su conveniencia y utilidad también se habló en el desayuno de trabajo de Gaceta Dental. «Es algo muy recomendable. En Odontología la experiencia de quienes lo hacen es muy positiva. Son estancias de nivel. Además de conocer otra ciudad, país e idioma, salir de casa y conocer otras realidades. Algo muy enriquecedor tanto personal como profesionalmente», destacó el Dr. Sánchez Monescillo.
«De lo que más me arrepiento de mi formación universitaria es de no haberme ido de Erasmus», reveló apenado Pablo Gao, aportando una sugerencia: «En lugar de en quinto curso, irte en tercero o en cuarto, sería mucho más apetecible». Una propuesta que fue contestada por la Dra. Arias quien aclaró que «en el quinto año de la UCM se hace una clínica integrada, uno de los grandes avances que ha hecho la Facultad de Odontología. Y desde el centro nos aseguramos de que solo puedan irse en quinto a países donde les vayan a dejar hacer clínica de la forma más integrada posible».
Gao se encargó también de ensalzar el papel de la universidad como orientadora de los estudiantes. «La facultad se preocupa mucho por el bienestar del alumno y existe un gran esfuerzo para que éste vaya de Erasmus y que esté contento en su estancia. La realidad es que la práctica totalidad de compañeros que han disfrutado de una beca de estas características está muy contento con la experiencia. Por otro lado, es curioso ver cómo en Odontología de la UCM hemos recibido a más de diez compañeros de pregrado en estos dos semestres procedentes de Europa e incluso México. Como receptor de estudiantes Erasmus, creo que aportan una visión muy dinámica, incluso a los propios estudiantes de la UCM, favoreciendo el intercambio cultural y de conocimientos. Sin duda, Erasmus es un programa de movilidad genial, que está mejorando año tras año», destacó.
Optimismo futuro
En lo que se refiere a plantearse una estancia formativa o laboral en el extranjero para poder aumentar las expectativas laborales, todos los asistentes al desayuno de trabajo coincidieron en afirmar que, sin duda, es una experiencia positiva de la que no se arrepienten. Para la Dra. De Lachiondo «uno de los puntos más positivos de trabajar fuera de España es que estamos más reconocidos, aunque seamos recién graduados de 23 años. Al haber tantos dentistas en España, tenemos que destacar sobre el resto de alguna manera y una forma de diferenciarse es tener un currículum diferente habiendo trabajado y estudiado fuera. Aportamos madurez y, sobre todo, técnicas diferentes a la clínica. A la gente le cuesta irse fuera de España, por tener que salir de su área de confort y por el idioma. El tema económico también es importante, pero creo que cualquiera puede ahorrar en esos años que recomendamos trabajar, o pedir un crédito para poder realizar esta ‘inversión’ para su futuro, que todos creemos que tiene un cien por cien de éxito».
Para la Dra. Moreno, «el hecho de que exista toda esta plétora no es negativo, todo lo contrario. Hace que tengas que diferenciarte. Es un estímulo para que queramos ser mejores. No hay que cerrarse puertas ni oportunidades. Sí es verdad que es caro estudiar fuera, pero existe la opción de trabajar, hay soluciones». Del mismo modo, el Dr. Sánchez Monescillo aseguró que «es una inversión importante de dinero, pero si consigues lograrlo, en EE UU ese dinero lo puedes recuperar en dos o tres años».
En opinión de Pablo Gao, «debemos ser optimistas. Somos conscientes de que la profesión ya no es lo que era, los tiempos cambian, y actualmente, nos acompaña un clima social de trabajo precario y alta tasa de paro en prácticamente todos los sectores. Es en estos momentos cuando más debemos perseguir la excelencia, buscar una formación posgraduada de calidad y amar la profesión. La mayoría de compañeros que han terminado el Grado están trabajando y están satisfechos con su desempeño y formación recibida. Los estudiantes de Odontología españoles en general están muy bien formados».
Precio, idioma, adaptación al estilo de vida del país de destino, condiciones laborales, etc. son factores que entran en juego cuando uno se desplaza fuera a estudiar o trabajar. Y por malo que sea el presente laboral en España, la tierra tira y la visión optimista futura ayuda. Por eso, a pesar del entorno competitivo en el que viven los profesionales españoles y de unas condiciones laborales mejorables, lo cierto es que nuestros invitados, sea por una u otra razón, y sin cerrar las puertas a nada, están desarrollando o desean desarrollar su carrera profesional en nuestro país. Eso sí, con una experiencia personal y profesional de lo más enriquecedora que se reflejará, sin duda, en una práctica clínica de alta calidad.
Con el objetivo muy claro
Antes de trasladarse fuera, «lo primero que hay que hacer es definir el objetivo: si realmente el fin de esa persona es quedarse en otro país o si, por el contrario, es un proyecto temporal para luego volver a España. Conforme a esto, elegir el país al que te conviene más ir. Si te vas a quedar a vivir para siempre fuera hay lógicamente unos destinos más atractivos que otros», aconseja el Dr. Sánchez Monescillo.
Para Pablo Gao, «desde la perspectiva del estudiante, lo llamativo de irte fuera no es que lo hagas por una mejor educación, sino por el simple hecho de que has tenido el valor de realizarlo. Yo siempre animo a los alumnos a que diversifiquen su tiempo en la Universidad. Al final lo que tú demuestras a la persona que te va a contratar no es que hayas tenido una mejor formación, sino que eres alguien con ganas de comerte el mundo y de buscar nuevas experiencias. Eso en muchos puestos de trabajo se valora. Transmites que eres una persona con inquietudes. Hay que animar a los estudiantes a salir de su zona de confort».
El DIP, la solución a muchas dudas
Estudiar o ejercer en el extranjero puede ser una tarea complicada. Con el fin de facilitar la vida a los estudiantes y profesionales más «aventureros» el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM) puso en marcha durante la legislatura del Dr. Ramón Soto-Yarritu el Departamento Internacional Profesional. En su seno, nació la Guía DIP, una herramienta para ayudar a los dentistas a resolver dudas de carácter legal, laboral o fiscal y conocer aspectos relacionados con los sueldos o la documentación de un total de 15 países europeos, así como Australia y EE UU.
La Guía también incluye un diccionario con un vocabulario básico relacionado con la Odontología en cinco idiomas: alemán, francés, holandés, inglés e italiano. Asimismo, proporciona información general sobre la situación de la Odontología en cada uno de los países como, por ejemplo, la forma de gestionar y tramitar la documentación necesaria para poder trabajar en otros países, o enlaces a
webs y datos de contacto que pudieran ser de utilidad para los dentistas.
(Toda la información también está disponible en la página web del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región. www.coem.org.es/dpto-internacional).
¿Estamos ante el estallido de la burbuja?
Al analizar las diferencias en la práctica profesional de unos países y otros, la Dra. De Lachiondo aseguró que «una de las principales reside en los pacientes. En España existe mucho ‘turista dental’ que va a varias clínicas en busca de ‘la oferta’. No valora el tratamiento dental, y mucho menos al profesional. Otro problema es el tema de los seguros, que cada año abaratan sus precios de tal manera, que ni si quiera podemos cubrir el material y los gastos de laboratorio, algo que muchos pacientes no entienden». No obstante, auguró De Lachiondo: «El tema de las franquicias poco a poco se irá consumiendo. Los pacientes ya se están dando cuenta. Hay muchos ‘rebotados’. Cada vez más el paciente valora que les atienda el mismo odontólogo, ya que es en el que confían, con el que se sienten seguros».
En opinión del Dr. Sánchez Monescillo, «la Odontología se ha fracturado en dos. A partir de ahora va a haber dos tipos de pacientes: los que buscan precio y van a caer en las cadenas mercantilistas, y otro tipo de pacientes que valoran un profesional de calidad que les cuida. Creo que la situación va a mejorar muchísimo porque la burbuja de todas estas circunstancias que se han venido produciendo durante ya muchos años está a punto de reventar. Los pacientes cada vez son más conscientes de todo esto. Y es ahí donde tenemos que estar muy preparados para saber responder y atender a esos pacientes que han sido descuidados y maltratados».
Los invitados, uno a uno
- Dra. Estefanía Moreno. Odontóloga, impulsora del Departamento Internacional Profesional (DIP) del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM).
- Dr. Andrés Sánchez Monescillo. Odontólogo (Universidad Rey Juan Carlos). Posgrado en Los Ángeles (EE UU). Profesor visitante por la University of Southern California.
- Dra. Carlota Suárez. Odontóloga (Universidad Cardenal Herrera de Valencia). Posgrado en Seattle (EE UU).
- Dra. Isabela de Lachiondo.Odontóloga (Universidad Alfonso X El Sabio). Posgrado en Nueva York (EE UU). Estancias laborales en Francia e Irlanda.
- Dra. Ana Arias Paniagua. Vicedecana de Calidad y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
- Pablo Gao. Vicepresidente de la Federación Nacional de Estudiantes de Odontología (ANEO). Alumno de Odontología en la Universidad Complutense de Madrid.