En la ceremonia de entrega de los Oscar no solo se reparten las conocidas estatuillas. Todos los candidatos propuestos para ganar en las principales categorías (mejor actor y actriz protagonista y de reparto, y mejor director) reciben previamente una bolsa con regalos de lo más variado, que este año han ido desde sendos viajes a Tanzania y Hawái –de doce y siete días, respectivamente– pasando por parches antitranspirantes para las axilas, comida para perros, golosinas, camisetas, joyas o hasta fiambreras. En total, 56 artículos de lo más diverso, entre los que no pueden faltar los relacionados con el cuidado corporal, como tratamientos antienvejecimiento y suplementos para pérdida de peso, productos de belleza (mascarillas, bases de maquillaje, sérum), estancias en un spa de lujo o sesiones con un conocido entrenador personal, ni tampoco algo relacionado con eso que las estrellas del cine cuidan más que el alma: los dientes. Porque en la bolsa que este año se han llevado a sus lujosas mansiones Meryl Streep, Denzel Washington, Frances McDormand, Daniel Day-Lewis, Willem Dafoe y hasta el orondo Guillermo del Toro, figura también material dental: un tratamiento de cirugía de rejuvenecimiento gingival en la clínica Chao Pinhole –lo que se conoce como la técnica quirúrgica estenopeica, o más llanamente del alfiler, para combatir la recesión de las encías–, pasta de dientes My Magic Mud –que combina en su fórmula carbón activado, aceite de coco, arcilla de bentonita y aceites esenciales orgánicos– y un kit de cuidado oral de la firma Quip –cepillo con un cabezal y un tubo de pasta de dientes–. Ya se sabe que en eso de sonreír no hay quien les gane a los famosos de Hollywood.