300

Así, a bote pronto, en corto, hablar de 300 es hacerlo simplemente de una cifra que remite a la mayoría de nosotros al título de una película que hace poco más de diez años fue todo un éxito de taquilla. Uno de esos filmes en los que por encima de los actores están los especialistas en ordenadores, contratados para hacer unos paisajes y escenarios lo más apocalípticos o pastoriles posible en función de la trama e inventarse montañas u océanos donde solo hay un fondo azul o verde (eso que los técnicos conocen como croma) sobre el que superponer todas esas chuminadas más propias de los videojuegos que del cine.

En esta que dirigió Zack Snyder sobre la epopeya protagonizada por el rey Leónidas y los trescientos espartanos que en el año 480 a. C. mantuvieron a raya a los 100.000 soldados del todopoderoso ejército del rey persa Jerjes I en el estrecho de las Termópilas, no solo los escenarios son artificiales, también los actores son poco naturales, tan excesivamente musculados que parecen salidos de unos imaginarios gimnasios y centros de alto rendimiento de la mítica polis guerrera de la Antigua Grecia.

Puestos a elegir, me quedo con El león de Esparta, la versión que se rodó a mediados del siglo XX con actores más de carne y hueso –y menos músculo– y que dejó huella en mi adolescencia. Memorable la chulería de Leónidas cuando Jerjes le dice que sus soldados lanzarán tantas flechas que oscurecerán el sol: «Entonces lucharemos a la sombra».

Hubo otra epopeya histórica y bélica marcada por el número 300, aunque menos conocida y recordada, pese a ser más reciente y más nuestra. Allá por el siglo XVII una especie de coalición de ejércitos occidentales cercaron la ciudadela fortificada de Buda donde resistían los jenízaros turcos del Imperio Otomano. Tras numerosos intentos, se encargó un definitivo asalto a 300 militares españoles, que lograron derribar barricadas y ser los primeros en entrar en la fortaleza. En la muralla de la ciudadela de la capital húngara hay una placa que todavía hoy recuerda este acontecimiento: «In memoriam. Por aquí entraron los 300 héroes españoles que tomaron parte en la reconquista de Buda». Así, en español, y, debajo, también en húngaro.

Menos epopéyicos y trascendentales son otros trescientos que sin embargo bien merecen un recordatorio. Y en esas está Gaceta Dental que llega a su número tricentésimo en este de marzo que ahora tienes en tus manos. Toda una hazaña en los tiempos que corren –y sobre todo los que han corrido–, manteniendo la hegemonía en el sector revisteril odontológico y haciendo válidos sus títulos de decana, pionera y precursora.

Acontecimiento que viene unido a la puesta en marcha de una nueva edición de Expodental, la decimoquinta, que ya ha dejado atrás el número 300 desde su anterior cita en lo que se refiere a empresas representadas. Este año acogerá a 330 expositores directos para seguir siendo un referente europeo en el sector industrial dental, en la que se espera la visita de 30.000 profesionales (300 multiplicado por 100).

¡Feliz 300!.

Autores

Director Emérito de Gaceta Dental

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