España es uno de los países europeos que más ha reducido los fondos públicos destinados a I+D en los últimos años, llegando a una reducción de un tercio del presupuesto entre los años 2009 y 2015, según un informe presentado por la Obra Social La Caixa.
El sector privado español debería invertir casi el doble en actividades de Investigación y Desarrollo (I+D), ya que para alcanzar la media europea, las empresas españolas deberían invertir en torno a 11.500 millones de euros al año, frente a los 6.000 millones destinados a financiar este tipo de actividades en 2015. Así se desprende del estudio «La investigación en España: las actitudes de empresas, gobiernos y ciudadanos», incluido en el tercer dossier del Observatorio Social de La Caixa Investigación e Innovación: ¿qué nos jugamos?, presentado recientemente por el director general de la Fundación La Caixa, Jaume Giró.
Actualmente, el País Vasco, Navarra, la Comunidad de Madrid y Cataluña son las comunidades autónomas que más fondos destinan a I+D. El objetivo de la Unión Europea, como sucede en Japón, Alemania o Estados Unidos, es que el peso de las empresas españolas en la financiación de la I+D sea del 66%, aunque en la actualidad éstas solo logran financiar el 46%. Economías emergentes, como China, Brasil, India o Rusia, atraen cada vez más las inversiones internacionales de I+D.
El informe establece que la propia estructura productiva de España, así como el predominio de la pequeña y mediana empresa, son los principales factores que impiden una mayor inversión privada en innovación y desarrollo. Los autores del documento señalan de forma negativa la menor contribución de las grandes compañías españolas en comparación con otros países y la falta de cualificación de los directivos. La crisis económica fue también señalada como una de las causantes de esta disminución en la inversión, ya que la diferencia con la Unión Europea es mucho mayor en 2015 que en 2008: antes de la crisis la diferencia se situaba en el 0,44% del PIB y ahora ha ascendido al 0,73%.