Introducción
La hipersensibilidad dentinaria (HD) es una respuesta exagerada a un estímulo que, habitualmente, no desencadena una respuesta en un diente sano, resultando en una molestia. La teoría hidrodinámica es la más aceptada a la hora de explicar la etiopatogenia de la HD en la actualidad. Brännström (1) sugiere que, bajo la influencia de ciertos estímulos, aumenta la velocidad de movimiento del fluido dentinario en los túbulos dentinarios y ello estimula las terminaciones nerviosas. Así, estímulos mecánicos (como el cepillado), térmicos, químicos u osmóticos pueden producir una excitación de las fibras nociceptivas intrapulpares que resultan en una respuesta dolorosa. Incluso el biofilm que se forma sobre la superficie dental puede liberar toxinas hacia los túbulos dentinarios que disminuyen el umbral de excitabilidad de las fibras nerviosas agudizando dicha respuesta. Sin embargo, en realidad, es mucho más complejo porque los odontoblastos no son sólo células excitables, sino células sensoriales.
La HD comienza con la exposición de la dentina (lesión localizada) seguida de una apertura de los túbulos dentinarios (lesión iniciada) debido a la remoción de cemento radicular y del barrillo dentinario (2, 3).