Dr. Newton Fahl, Presidente electo de la SCAD y Director del Fahl Center
El Dr. Newton Fahl, presidente electo de la Society of Color and Appearance in Dentistry (SCAD) y director del Fahl Center, recogerá en junio, dentro del II Festival Internacional de Odontología Estética, el Premio a la Excelencia por su trayectoria docente.
El Dr. Fahl, que participará también en FESTÉTICA, es uno de los dictantes internacionales más solicitados debido a la calidad de sus cursos, centrados siempre en aportar soluciones lógicas y prácticas a los desafíos clínicos del día a día.
—El Centro FAHL, inaugurado en 1998, promueve un nuevo concepto filosófico y práctico de la enseñanza en Odontología. ¿Podría explicarnos cuáles son sus bases?
—El concepto está basado en la andragogía, que trata de la educación del adulto. No es un concepto nuevo, ya ha sido publicado hace mucho tiempo y es muy conocido en el mundo de la educación. Me influyeron los escritos de Malcom Knowles y Ray Wlodkowski. Esa literatura me ha ayudado mucho a comprender qué es lo que motiva al adulto para querer aprender. Yo solamente he aplicado los conceptos a la Odontología, cambiando mi manera de presentar contenidos y ayudando a los alumnos en la «construcción del saber», con el objetivo de que puedan beneficiarse de una experiencia más gratificante.
—Usted ha publicado numerosos e importantes trabajos sobre técnicas de unión directas e indirectas, pero quienes han asistido a sus cursos dicen que son insuperables. ¿Cuál cree que es la clave del éxito de sus cursos?
—Mis publicaciones han estado siempre centradas en la importancia de las soluciones lógicas y prácticas para los desafíos clínicos. Como persona adulta que es, el dentista tiene interés en aprender conceptos que tengan un valor práctico agregado, que le aporten soluciones a los problemas clínicos diarios. Mis conferencias y cursos son, de hecho, una extensión didáctica de mis publicaciones y por eso creo que la gente consigue aprender de manera sencilla conceptos que, a primera vista, pueden parecer difíciles.
—¿Qué pautas docentes sigue en sus cursos para que resulten tan inspiradores?
—El contenido es, sin duda, lo más importante y debe estar siempre enfocado a enseñar el «por qué» y el «cómo» se hacen las cosas. De esa manera, conseguimos captar la atención a los asistentes, pues saben que a lo largo de mis exposiciones teóricas siempre aprenderán algo que les sea práctico y útil para su clínica. Todo esto sin olvidar que una presentación bonita, con imágenes contundentes y artísticas, siempre aporta un atractivo adicional.
—Después de tres décadas de ejercicio profesional en el campo científico, clínico y docente, ¿cuál de estas facetas diría que le ha proporcionado mayores satisfacciones o de cuál se siente más orgulloso?
—Cada una tiene su belleza y debe ser considerada igual de importante. La clínica es donde la docencia se torna realidad, mientras que en el aula se fortalecen los temas clínicos a través de la enseñanza. La satisfacción de tratar a un paciente y resolver sus problemas y ansiedades es muy grande, ya que, al aplicar todo tu conocimiento técnico y humano, puedes lograr un cambio no solamente exterior sino interior. Yo he tenido una carrera clínica muy exitosa hasta el momento y creo que continuaré en este camino muchos años. Pero tengo una verdadera pasión por la docencia. El desafío es distinto al de tratar pacientes. En el mismo instante, en la misma aula, están presentes varias cabezas pensantes, cada una de ellas con sus propias experiencias de vida personal y profesional. Tengo que intentar comprender la heterogeneidad de un grupo y tratarlo, al mismo tiempo, de manera colectiva e individual. Y llegar a entender las necesidades de cada uno de mis alumnos es un reto que me encanta, especialmente cuando consigo que cada uno de ellos superen sus propios obstáculos.
—Usted es fundador y ex presidente de la Sociedad Brasileña de Odontología Estética (BSAD, por sus siglas en portugués) y actualmente preside la Society of Color and Appearance in Dentistry (SCAD). ¿Cuál es su concepción general de la Odontología Estética? ¿Puede afirmarse que es una especialidad con entidad propia dentro de la Odontología?
—La Odontología siempre se ha ocupado de la estética de una o otra manera, pero la «Estética» como especialidad ha ganado mucha fuerza a lo largo de los últimos 30 años debido a los grandes desarrollos tecnológicos y al hecho de que las personas consideremos cada vez más que sentirnos bien con nuestra apariencia forma también parte de la salud. De hecho, es una entidad que congrega varias especialidades de la Odontología que usan conceptos de estética. Hoy en día, los congresos que llevan el nombre de «Odontología Estética» ofrecen conferencias de todas las especialidades, pero siempre se centran en la resolución de desafíos estéticos.
—¿Cuál debe el papel del especialista en Odontología Estética dentro del equipo de trabajo odontológico multidisciplinar?
—Normalmente, un especialista en Odontología Estética puede ser alguien que solamente trate la esfera restauradora, con composites y cerámicas, o alguien que haga desde pequeñas cirugías periodontales hasta implantes. Pero el verdadero especialista tiene que ser, ante todo, un clínico general que conoce muy bien la base de Medicina y Estomatología, además de la estética dental y facial, con el fin de poder coordinar con seguridad un tratamiento y determinar qué procedimientos clínicos estéticos serán los más indicados sin causar iatrogenias. Debe saber muy bien cuáles son los límites de los procedimientos «cosméticos» y cuándo están indicados aquellos más invasivos. El especialista en Odontología Estética no tendrá que hacer todo el tratamiento necesariamente, pero sí saber lo suficiente como para poder diseñar el proceso.
—¿Y el técnico dental? ¿Cómo describiría su función y su importancia dentro de la Odontología Estética?
—El técnico es tan importante como el dentista en ese proceso. La comunicación entre ellos es fundamental para que el resultado estético y funcional sea óptimo. Hoy en día es imposible que el dentista decida, sin la participación del técnico, cuál es el mejor material para el caso clínico en cuestión, qué tipo de preparación requiere, cuáles son los desafíos funcionales, etc. Los mejores trabajos que he visto en mi carrera han sido aquellos en los que ha habido una sinergia perfecta entre el clínico y el técnico.
—Su experiencia como docente a nivel internacional es inmensa y le ha permitido conocer a profesionales de muchos países. ¿Ha observado grandes diferencias en la manera de concebir la Odontología Estética entre Europa, América y otras regiones?
—En el pasado había una gran distancia entre países y culturas. A medida que la tecnología ha ido rompiendo las barreras de la comunicación, se han ido unificando las culturas y los valores estéticos están pasando a ser más universales. Hubo un tiempo en que Europa y Norteamérica tenían patrones estéticos completamente diferentes, pero hoy eso ha cambiado considerablemente. Ocurre lo mismo con otras regiones del globo. Por supuesto, siempre habrá diferencias menores con aquellos países que no están al día en los avances recientes de la Odontología Estética.
—La demanda de tratamientos odontológicos estrictamente estéticos por parte de los pacientes es una realidad que va en aumento. ¿Qué consejos daría a un profesional que se quiera formar en Odontología Estética para poder dar una atención de calidad a esos pacientes?
—Uno, que esté al día con los avances y que frecuente cursos de educación continuada; dos, que obtenga entrenamiento en un centro de Odontología Estética prestigioso; y tres, que trate a sus pacientes como le gustaría ser tratado.
—En junio estará en Madrid como ponente dentro del II Festival Internacional de Odontología Estética FESTÉTICA 2017. ¿Cuál será el contenido del curso que impartirá?
—Hablaré de estética en los dientes anteriores con composites y cerámica. Discutiré las ventajas y desventajas de ambas técnicas, incluyendo plan de tratamiento, selección de materiales y procedimientos clínicos para ambas. Espero poder ayudar al asistente a discernir mejor cuándo utilizar composites y cuándo utilizar facetas cerámicas.
—En FESTÉTICA 2017 recogerá también el Premio a la Excelencia por su labor docente. ¿Qué significa este galardón para usted que ya ha recibido premios de instituciones muy prestigiosas?
—Para mí es un verdadero honor. Me hace muy feliz que haya sido considerado mi nombre para recibir este galardón. Cada premio tiene su valor, pues cada uno tiene una historia muy particular. Desde 1998, año en que conocí al Dr. Carlos Oteo Calatayud, he venido a España en innumerables ocasiones como ponente y profesor invitado de la Universidad Complutense de Madrid. Creo que mi relación con España y los colegas españoles es muy fuerte, tanto profesional como personalmente. Este premio tiene para mi un valor inestimable.
—Además de portugués e inglés, habla español y alemán. ¿Cómo ha llegado a dominar tantas lenguas? ¿Imparte sus cursos en estos cuatro idiomas?
—Mis idiomas principales son el portugués y el inglés. Por supuesto el portugués es mi lengua madre, ya que soy brasileño. El inglés es mi segundo idioma. Lo estudié desde niño de manera bilingüe y fui profesor de inglés en escuelas americanas y británicas, además de en el colegio. Como tengo ascendencia alemana, hablaba en casa y estudié un poco de alemán cuando era adolescente, pero no lo domino lo suficiente como para dictar una conferencia. Y el español lo estudié un poco en el Instituto Cervantes de Curitiba, pero la mayor parte de lo que he aprendido lo he hecho de manera autodidacta, leyendo y escuchando mucho. Los idiomas son una de mis grandes pasiones, porque hacen posible que pueda comunicarme con mucha gente diferente y aprender de ellos.
Apuntes profesionales
Su manera de transmitir el conocimiento y la experiencia, han proporcionado al Dr. Fahl distinciones tan prestigiosas como la de «Mejor Profesor» de la American Academy of Esthetic Dentistry (AAED, 2008) o el Premio a la Excelencia en Educación Dental Estética, otorgado por la American Academy of Cosmetic Dentistry (AACD, 2011).
Políglota, viajero y amante de la música y los vinos, actualmente vive en Curitiba (Brasil), donde combina la práctica privada con su labor docente en el Fahl Center. Numerosos alumnos provenientes de distintos países acuden cada año a sus instalaciones para seguir sus cursos de 1 a 4 días de duración y los talleres con demostraciones sobre pacientes.
Más personal
«A mí me encanta la buena música en general, más allá del género. Pero disfruto mucho con los cantantes old time, como James Taylor, Simon and Garfunkel, Cat Stevens o grupos como America, Crosby, Steals&Nash, entre otros. Otra de mis aficiones es el vino».