José Manuel Pingarrón, catedrático e investigador de la Universidad Complutense de Madrid
En las aulas y laboratorios de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid ha visto la luz el diseño del primer biosensor que puede identificar el cáncer oral analizando la presencia simultánea de dos biomarcadores en la saliva. El autor principal de la investigación, el profesor José Manuel Pingarrón, destaca que su utilidad podría ir más alla, sirviendo también para el diagnóstico de otro tipo de tumores como el de cabeza y cuello.
—¿Cómo y cuándo se empezó a gestar su investigación?
—Nuestro grupo de investigación lleva años trabajando en el desarrollo de biosensores para la determinación de diversos biomarcadores (hormonas, de obesidad, de enfermedades cardiovasculares y de distintos tipos de cáncer). En particular, en el caso del cáncer hemos estudiado marcadores para cáncer de mama, colonorectal y oral.
En la bibliografía se han encontrado biomoléculas que son aceptadas como biomarcadores fiables para esta enfermedades, de modo que los biosensores se han diseñado para detectar específicamente este tipo de biomoléculas particulares.
—Otras investigaciones y estudios también han estudiado la vinculación entre determinados biomarcadores en la saliva y el cáncer oral. ¿Qué diferencia su proyecto de otros?
—El trabajo lo que proporciona es una herramienta analítica sencilla, fácil de utilizar y de bajo coste para identificar y determinar dos biomarcadores: la proteína IL-8 y su ARN mensajero asociado. Este tipo de herramientas permite el análisis de estos marcadores en un tiempo mucho más corto –aproximadamente 5 horas– que las metodologías existentes.
—¿Qué características posee el biosensor que han desarrollado?
—Es un biosensor electroquímico que mide una corriente generada cuando se producen las reacciones de reconocimiento biológico específicas para las moléculas diana.
Además, permite hacer la determinación de ambos biomarcadores de forma simultánea en un mismo experimento con una elevada sensibilidad.
—¿Cuáles son los siguientes pasos que darán en su investigación? ¿Cuándo se empezará a contrastar los resultados en pacientes?
—El siguiente paso obvio es validar el funcionamiento del biosensor con pacientes de este tipo de cáncer oral. Para ello estamos en contacto con los servicios de oncología de varios hospitales para comenzar estos ensayos. En concreto, en el caso del cáncer oral, estamos estableciendo una colaboración con el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, con objeto de comenzar dicho contraste de resultados de manera inmediata.
—¿Cómo es el equipo de investigación que ha desarrollado este proyecto? ¿Qué personas lo integran y qué perfiles tienen?
—Es un equipo de tamaño medio-grande donde hay tanto personal de plantilla de la Universidad, como personal contratado con cargo a diversos proyectos así como estudiantes de doctorado y de postgrado.
La mayoría tiene un perfil químico, pero cada vez tenemos más colaboraciones y perfiles de distintos campos como biología molecular, oncología clínica, materiales avanzados, microelectrónica, etc. para conseguir la mayor transversalidad posible en las investigaciones del grupo.
—¿Trabajan en colaboración con otros centros o equipos de investigación?
—Si se quieren obtener resultados de una cierta relevancia e impacto estas sinergias son necesarias. De este modo, tenemos colaboraciones con grupos del Centro de Investigaciones Biológicas del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con varios hospitales (Clínico, Getafe, Ramón y Cajal), con grupos de bioquímica y biología molecular de la Universidad Complutense de Madrid, etc.
—¿Con qué financiación y ayudas han contado para desarrollar este proyecto?
—Afortunadamente nuestro grupo ha gozado de financiación nacional, regional y europea, así como por parte de empresas para desarrollar todas nuestras líneas de investigación.
—Cada año mueren en España alrededor de 1.200 personas como consecuencia de padecer un cáncer oral y buena parte de estos decesos, hasta un 50%, se debe a la tardanza del diagnóstico. El dentista juega un papel esencial en su detección. ¿Piensan en el biosensor como una herramienta para la clínica dental?
—Efectivamente, muchas de los pacientes empiezan a sospechar que hay alguna dolencia cuando van al dentista. Aunque probablemente este no pueda detectar la posibilidad de que haya cáncer oral en el momento, sí que seguro puede indicar al paciente cómo proceder cuando se percate de que no es un problema estrictamente dental.
—¿Qué repercusión ha tenido su investigación desde que se publicara en «Biosensors and Bioelectronics»? ¿Se han interesado profesionales sanitarios o empresas en la misma?
—Pues la verdad es que incluso mayor que la que esperábamos. Desde que el trabajo se ha publicado y, sobre todo, se ha publicitado, hay varias empresas que han mostrado interés en este tipo de investigaciones.
—¿Qué valor puede tener, a su juicio, esta investigación para los profesionales de la Odontología?
—Puede ser una herramienta útil en algunos casos, pero lo más importante es recibir su ayuda y cooperación para mejorar tanto el dispositivo como la posibilidad de implementar esta herramienta de forma rutinaria.
Pasión por la investigación
El profesor José M. Pingarrón es catedrático de Química Analítica de la Universidad Complutense de Madrid. Sus líneas de investigación se centran en la electroquímica analítica, interfaces electroquímicas nanoestructuradas, nanomateriales, sensores electroquímicos y biosensores. Es autor o coautor de numerosos artículos y revisiones científicas, veinticinco capítulos de libros y dos libros de texto, así como de siete patentes. Por otra parte, el profesor Pingarrón fue el presidente de la Sociedad Española de Química Analítica entre 1998 y 2001 y actualmente es vicepresidente de la Real Sociedad Española de Química. Además, es miembro fundador del Foro de Empresas Innovadoras (FEI) y cofundador de la «spin-off» Inbea Biosensores SL.