Dr. Javier Montero Martín, profesor e investigador de la Universidad de Salamanca
El desarrollo de la ciencia de los materiales y de las tecnologías de diseño y fabricación de estructuras está revolucionando la Odontología Restauradora, según el Dr. Javier Montero, responsable del grupo de investigación «Avances en Salud Oral» de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca. Junto a su equipo, trabaja para obtener piezas destinadas a intervenciones quirúrgicas maxilofaciales mediante impresión 3D, «lo que nos permitirá obtener una forma determinada para resolver un defecto óseo concreto».
El doctor Javier Montero Martín es profesor contratado de Prótesis Estomatológica y director del Máster en Implantoprótesis de la Universidad de Salamanca y está a cargo del grupo de investigación «Avances en Salud Oral», recientemente creado por este centro.
Su equipo de trabajo, formado por profesores expertos en regeneración ósea y biocompatibilidad, desarrolla una nueva línea de investigación denominada «Preparación y caracterización de endoestructuras para guiar la regeneración ósea mediante impresión 3D».
—¿Cuál es el principal objetivo de esta nueva línea de investigación?
—Pretendemos confeccionar continentes para favorecer la regeneración del sustrato óseo mediante el uso de las nuevas tecnologías CAD-CAM.
—¿Cómo se está tratando de alcanzar esta meta?
—Estamos explorando el comportamiento biológico y biomecánico de distintos materiales conformados mediante impresión 3D, lo que nos permitirá obtener una forma determinada para resolver un defecto óseo concreto.
—¿Qué profesionales integran el equipo de investigación?
—Somos parte del grupo de investigación denominado «Avances en Salud Oral», recientemente constituido en la Universidad de Salamanca. Concretamente, en esta línea, estamos implicados los profesores López-Valverde, Leticia Blanco, Yasmina Guadilla, Julio Herrero y Mónica Cano. Los tres primeros poseen experiencia investigadora en el campo de la regeneración ósea y los dos últimos en el de la biocompatibilidad y respuesta inflamatoria.
—¿Con qué materiales están trabajando para lograr crear las estructuras de contención, así como la regeneración de nuevo hueso?
—Ahora mismo estamos trabajando con PLA (Poly-Lactic Acid) de uso alimentario, aunque nuestra intención es probar también copolímeros de PLA con PGA (Poly-Glycolic Acid) y/o PCL (Poly-CaproLactone).
—¿En qué fase se encuentra este trabajo?
—Estamos todavía en fase preclínica, realizando pruebas de preparación y caracterización microscópica de distintos biomateriales imprimibles para valorar su biocompatibilidad (respuesta inflamatoria y alteración del crecimiento fibroblástico), su comportamiento mecánico (resistencia a la compresión y flexión) y la presumible operatividad (alteración tras autoclavado, manejo instrumental, etc.).
—¿Cuáles son los principales problemas o retos a los que presuponen tendrán que enfrentarse durante el desarrollo de esta investigación?
—Los principales retos se corresponden con las líneas de trabajo maestras: por un lado, está la biológica, y en ese sentido deberemos estudiar no solo la biocompatibilidad, sino también si se favorece el crecimiento y migración celular; por otro lado, mediante el estudio biomecánico analizaremos si el material tiene la suficiente tenacidad y resistencia como para funcionar como un contenedor guía de la regeneración; y, por último, estudiaremos la operatividad, es decir, si el material puede esterilizarse con medios sencillos sin alterar sus propiedades.
—¿Cuándo podrán beneficiarse los pacientes de estos avance en Cirugía Maxilofacial?
—Son muchas las etapas por las que pasa cualquier producto sanitario hasta poder comercializarse y solo cinco de cada diez mil llegan a la fase de ensayo clínico, de los que solo uno supera exitosamente la revisión de las agencias reguladoras de productos sanitarios.
—El problema al que se enfrentan la mayor parte de los investigadores es la falta de medios para poder desarrollar su trabajo. ¿Qué le diría a las autoridades para que dediquen mayores presupuestos a la I+D+i?
—La inversión pública es esencial en investigación para el desarrollo de una sociedad del bienestar en un entorno cada vez más competitivo. Las empresas punteras son conscientes de esto, pero lógicamente solo invierten en aquello que ofrece expectativas de un beneficio empresarial, y en ámbitos sanitarios no deberíamos anteponer un criterio de beneficio económico porque si así fuese nadie se encargaría de investigar sobre enfermedades raras o aquellas prevalentes solo en países pobres.
—¿Cómo han revolucionado la nuevas tecnologías el mundo de la Odontología?
—La Odontología restauradora tiene algo de bricolaje de alta cualificación, por lo que se está viendo especialmente favorecida por el desarrollo de tecnologías de diseño y fabricación de estructuras, así como de la ciencia de los materiales.
—¿Algún día se podrá implantar una mandíbula completa artificial a un paciente o es un reto demasiado ambicioso?
—Actualmente es un reto muy ambicioso, pero también lo era hace tan solo un siglo vislumbrar que una persona desdentada saliera con dentición fija y mimética en una sola sesión. La vigencia de la ciencia es competencia de la insistencia de la inteligencia.