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«La Odontología, aunque más quirúrgica, es actualmente mucho menos invasiva»

Dr. Daniel Buser, Profesor de la Universidad de Berna y uno de los referentes mundiales en Implantología

Desde hace más de treinta años el Doctor Daniel Buser lleva dedicándose a la Implantología, una larga trayectoria que, unida a múltiples reconocimientos y logros profesionales, le han convertido en uno de los referentes mundiales de la Odontología. Desde las aulas de la Universidad suiza de Berna, donde dirige el departamento de Cirugía Oral y Estomatología, el Dr. Buser responde amablemente a la llamada de GACETA DENTAL para ofrecernos su punto de vista sobre el desarrollo de la Implantología desde su nacimiento hasta el día de hoy.

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El Dr. Daniel Buser dirige el departamento de Cirugía Oral y Estomatología de la Universidad suiza de Berna.

Si el año pasado el protagonista internacional de nuestro especial de implantes fue el Dr. Lars Sennerby, considerado uno de los padres de la Implantología moderna, este año traemos hasta nuestras páginas a otro «de los grandes», el Dr. Daniel Buser, director del Departamento de Cirugía Oral y Estomatología de la Universidad de Berna (Suiza), con quien analizamos, entre otros apectos, los avances que ha experimentado la Implantología en los últimos años, los problemas a los que se enfrenta y qué características, a su juicio, debe reunir un implante para garantizar un tratamiento exitoso al paciente.

—De entre todas las opciones académicas que tenía una vez terminada la carrera, ¿por qué decidió «especializarse» en el área implantológica?
—Elegí este camino hace ya más de 30 años. Mi mentor en la Universidad de Berna, el profesor André Schroeder, me animó a quedarme en el mundo académico y a hacer la investigación en el campo de la Implantología. Decidí seguir su consejo y convertirme en cirujano oral, con una especialización en la faceta quirúrgica implantológica.

—¿Qué ha significado para la Odontología el nacimiento y desarrollo de la Implantología?
—Durante años los dentistas persiguieron el sueño de sustituir los dientes perdidos con implantes dentales. Entre las décadas de los 50 y los 70, la terapia con implantes tuvo una reputación bastante negativa, ya que no existía una base científica que la sustentase. No obstante, esta visión cambió con los grupos de investigación del Profesor Brånemark en Gotemburgo (Suecia) y, mi mentor, el Profesor Schroeder en Berna (Suiza), quienes establecieron la base científica de la Implantología moderna con el descubrimiento de la osteointegración.

La Implantología ha cambiado por completo la forma en la que tratamos hoy en día a los pacientes y nos ha dado excelentes opciones para reemplazar los dientes perdidos. La Odontología es más quirúrgica hoy, aunque mucho menos invasiva, dado que no tenemos que prepreparar dentaduras saludables y naturales del mismo modo en que lo hacíamos hace más de tres décadas.

—¿Qué es lo que usted, como profesional de la Implantología, espera de un sistema de implantes?
—Un sistema de implantes debe tener una buena documentación científica, que incluya unos buenos datos preclínicos sobre la integración del tejido. Además, un sistema de implante debería contar con, al menos, cinco estudios clínicos, y diez años de seguimiento para comprobar las tasas de éxito y supervivencia. Con esta base, los profesionales pueden ofrecer a sus pacientes una información precisa sobre el pronóstico con la terapia de implantes.

—¿Cuáles cree que son, a su juicio, los avances más imporantes de la Implantología desde su nacimiento?
—La Implantología dental ha logrado avances significativos en los últimos cincuenta años.

En los años 70 y 80 se establecieron las normas quirúrgicas básicas para lograr la osteointegración. En la década de los 90, se introdujeron nuevas técnicas quirúrgicas tales como la técnica de regeneración ósea guiada (GBR) o la elevación del suelo sinusal para superar las deficiencias óseas locales. Además, las nuevas superficies de titanio se desarrollaron con una microrrugosa topografía, lo que permitió, en general, una reducción de los periodos de curación.

—¿Y cuál sería el más importante en un futuro cercano?
—Actualmente, la Implantología digital, que se inició con el desarrollo de la Tomografía Computarizada de Haz Cónico (CBCT), además de las técnicas digitales, los escáneres y las técnicas de producción CAD-CAM. Estos avances técnicos tendrán un impacto importante especialmente en los aspectos protésicos de la terapia con implantes.

—¿Se abusa hoy en día de esta terapia con implantes? ¿Es una solución rápida en lugar de luchar para preservar el diente natural?
—Efectivamente hay un cierto riesgo hacia esta tendencia. Sin embargo, cuando un diente no tiene buen pronóstico a largo plazo, la extracción puede ser el diagnóstico más apropiado y la colocación del implante la mejor solución.

—Periimplantitis, osteointegración… la Implantología tiene varios desafíos abiertos. Si tuviera que identificarlos, desde su punto de vista, ¿cuáles serían?
—Desde mi punto de vista, el problema más importante en este momento radica en la insuficiente calidad del tratamiento que solemos ver sobre el terreno. Tenemos excelentes modalidades de tratamiento, pero la calidad en la aplicación de éstos no siempre es buena. Un ejemplo son, por ejemplo, los implantes mal colocados, que suelen causar defectos estéticos. La vía para resolver este problema no está en la investigación, sino en una mejor preparación del profesional.

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El Dr. Daniel Buser realizando una cirugía.

—Además del titanio, ¿qué materiales están ofreciendo buenos resultados en el campo implantológico?
—Vemos como una alternativa a los implantes de titanio, los implantes de zirconio. Sin embargo, será un tipo de producto con potencial para conseguir entre el 5 y el 10% de la cuota de mercado.

—Por su conocimiento y experiencia, profesor Buser, ¿qué tipo de implante recomendaría a sus colegas de profesión para obtener los mejores resultados?
—Como forma de implante, desde hace más de 20 años prefiero los implantes tipo tornillo, ya que la rosca proporciona una buena estabilidad primaria. Además, prefiero implantes cilíndricos, no con un diseño cónico. También opto por superficies de implantes modernas con una topografía microrrugosa, ya que son claramente superiores, en especial cuando tienen también propiedades hidrófilas. Además, el implante debe contar con una conexión interna de excelente precisión. Para reemplazar un solo diente en la zona estética, normalmente recomiendo utilizar implantes con un diseño con plataforma de conmutación.

—Usted lleva muchos años vinculado al mundo académico, concretamente a la Universidad de Berna donde ha desarrollado fundamentalmente su carrera académica. El mapa de las especialidades oficiales odontológicas europeo es muy dispar. Por ejemplo, en la universidad española no existen a día de hoy. ¿Cuál es la situación que tienen en Suiza?
—Suiza ofrece a los universitarios cuatro programas académicos en las especialidades de Cirugía Oral, Periodoncia, Odontología Restauradora y Ortodoncia, que están reguladas por el Estado suizo. A esta lista, hay que añadir un título específico de Implantología, pero en este caso es ofrecido por la Asociación Dental Suiza.

—Desde su punto de vista, ¿cree que sería bueno unificar, al menos en Europa, las diferentes especialidades odontológicas?
—Estoy seguro de que sería una buena idea, pero muy difícil de realizar, ya que los países europeos tienen niveles muy diferentes en el campo de la formación dental.

—¿Veremos una especialidad independiente en Implantología?
—Esto es aún más difícil, ya que en este momento hay demasiada diversidad.

—Con el fin de ayudar a los futuros dentistas, ¿qué consejos les daría para que sean buenos en la práctica implantológica?
—Mi recomendación para nuestros jóvenes colegas es invertir tiempo y dinero en una excelente formación postdoctoral en Implantología.

Perfil profesional

271_EntrevistaBuserEl Dr. Daniel Buser es profesor y director del Departamento de Cirugía Oral y Estomatología de la Universidad suiza de Berna. Ha realizado estancias en la Universidad de Harvard, Boston (1989-1991), el Baylor College of Dentistry de Dallas (1995) y la Universidad de Melbourne (2007). Fue presidente del ITI (International Team of Implantology) (2009-2013) y ha recibido diversos galardones, entre ellos el Premio de Investigación Schroeder (1995) y el Premio Osteointegración Brånemark (2013).

Es autor / coautor de más de 300 publicaciones y ponente habitual de congresos odontológicos a nivel internacional.

En su labor de investigación ha abordado especialmente temas como la integración tisular de implantes, la interfase hueso-implante, la regeneración en sitios de defecto óseo, la regeneración ósea guiada, los autoinjertos y los sustitutos óseos, entre otros.

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