Formación por áreas
Representantes de algunas de las sociedades científicas odontológicas más relevantes de nuestro país se reunieron en DENTALUS para disertar sobre las tendencias formativas en las distintas áreas odontológicas, así como para realizar un diagnóstico del estado educativo nacional en el campo dental
El Primer Salón de la Formación Dental celebrado en España quiso reunir a las principales sociedades científicas de nuestro país para analizar la situación actual de las diversas disciplinas odontológicas. Así, con el título «Diagnóstico de la formación dental en España. Tendencias en las distintas áreas odontológicas», se organizaron dos mesas redondas en las que intervinieron, por un lado, los doctores David Gallego Romero, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Bucal (SECIB); Antonio Bowen Antolín, presidente de la Sociedad Española de Implantes (SEI), y José María Malfaz Vázquez, presidente de la Asociación Española de Endodoncia (AEDE); y, por otro lado, en un segundo debate, los doctores Juan Ignacio Rodríguez Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPES); Juan Carlos Palma Fernández, vocal de la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), y Paola Beltri Oltra, vicepresidenta de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP).
Regulación como garantía de calidad
El Dr. David Gallego comenzó su exposición haciendo alusión a la cantidad de programas formativos de postgrado que existen en la actualidad en el sector dental. «La gran oferta de cursos atiende a dos factores: por un lado, intentan responder a las necesidades formativas de los odontólogos tras realizar el Grado, principalmente en determinadas áreas que requieren una mayor carga lectiva; y, por otro, son la única salida ante la plétora profesional del sector, que obliga a los dentistas a especializarse para destacar en un mercado cada vez más competitivo». El doctor Antonio Bowen afirmó que el 55% de la formación postgraduada y continua que se realiza en España corresponde al campo de la Implantología. «Todo el mundo quiere poner implantes –declaró el presidente de la SEI–, pero para hacerlo correctamente hay que pasar por tres niveles: formación generalista básica; Implantología básica y formación implantológica especializada».
Según el presidente de la SECIB, mientras las especialidades no llegen, los jóvenes, sedientos de formación especializada, tienen dos vías: «Realizar un máster de Cirugía Bucal para adquirir los conocimientos necesarios de forma directa y rápida; o bien, empezar con una educación generalista e ir realizando paulatinamente cursos de formación continua más cortos. Esta segunda opción es por la que optan los odontólogos que no pueden permitirse acceder a los programas de máster».
Para el presidente de AEDE, el Dr. José María Malfaz, «una especialización debe ser siempre universitaria e intensa, no inferior a dos años, porque hay áreas odontológicas, como la Endodoncia, que no pueden aprenderse en cursos de fin de semana».
El Dr. Bowen, aunque conforme con esta afirmación, señaló que «el curso que ponga el epígrafe de «especialista» en su denominación se llenará, independientemente de su duración o calidad, y es algo que se debe regular desde el punto de vista estatal». Pero el presidente de AEDE, no vislumbra ningún organismo que vaya a ejercer este papel en un corto periodo de tiempo: «A las sociedades científicas no nos escuchan y lo que le llega al Gobierno es muy poco, así que esto no va a cambiar, porque, además –continuó– hay mucha gente a la que no le interesa que esto cambie».
Al respecto, el Dr. Gallego afirmó que «ahora, el Consejo está en una dinámica muy positiva y constructiva, pero es cierto que es preciso regular la formación dental con unos criterios de calidad y, en este sentido, el Consejo debe dar un paso al frente y ejercer como organismo regulador. Pero hasta que eso suceda –prosiguió–, tenemos dos estrategias que debemos desarrollar de forma coordinada: pensar en cómo llegar a ese futuro ideal que nos gustaría que existiera, con las especialidades y un agente regulador; y, al mismo tiempo, abordar la situación presente a través de la discriminación positiva, y en este último aspecto las sociedades científicas tenemos un papel muy importante avalando los cursos que cumplan ciertos criterios de calidad».
Para el presidente de AEDE, José María Malfaz, «en España somos un desastre en lo que se refiere a educación. Por eso, hacía falta un encuentro como éste para que todos, instituciones académicas y sociedades, nos sentásemos a hablar de la problemática actual de la formación dental».
La lucha por las especialidades
En la segunda mesa redonda destinada a debatir sobre la formación dental española, el presidente de SEPES, el Dr. Juan Ignacio Rodríguez, explicó que es preciso distinguir entre tres aspectos: «las especialidades, que tardarán bastante en llegar; la formación postgraduada, que debe estar en manos de las universidades; y la formación continua. Y es en este último concepto en el que podemos participar las sociedades científicas».
Para el representante de la SEDO, el Dr. Juan Carlos Palma, «la formación postgraduada es vital puesto que es la prolongación del Grado, y la continua es igual de importante, puesto que es fundamental que los profesionales se actualicen y amplíen sus competencias, pero no podemos pretender regularla. Quien quiera impartir un curso lo va a hacer, con o sin el aval de las sociedades o colegios. Para regular la formación continua –continuó– habría que establecer unos criterios objetivos y, sinceramente, no creo que eso sea posible en este país».
Para la Dra. Paola Beltri, vicepresidenta de la SEOP, «antes de realizar una especialización hay que tener una formación generalista sólida. Antiguamente, hacíamos Medicina y la especialidad de Estomatología y trabajábamos durante años como dentistas generalistas, y poco a poco, íbamos centrándonos es un campo concreto de la Odontología. Pero ahora, los odontólogos se quieren especializar según salen de la carrera y esto les hace perder la visión global de la profesión».
Respecto a las especialidades, el doctor Palma cree que «deberían entrar por la vía del máster oficial, pero como los créditos de este programa no se corresponden con los de las especialidades europeas, están proliferando multitud de programas que pretenden igualarse a la normativa de Europa, en cuanto a duración y créditos». El vocal de la SEDO, continuó diciendo que «si las especialidades no existen es porque los dentistas no lo hemos querido. Si regulásemos la formación, se eliminarían muchos cursos que no tienen calidad y a muchos se les acabaría el chollo».
La vicepresidenta de la SEOP, la Dra. Beltri Oltra finalizó su exposición haciendo un llamamiento a sus colegas de profesión: «No podemos perder la esperanza. Las sociedades científicas tenemos que luchar por los intereses de la profesión y por nuestra especialidad. Si nos ponemos todos de acuerdo
–sociedades, universidades y Consejo–, y creamos un mensaje en sintonía para trasladarlo a las autoridades, conseguiremos que las especialidades odontológicas se instauren, por fin, en España».