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España se estanca en el área de atención pública a la salud oral

Análisis de los servicios ofrecidos en la geografía nacional

Un reciente informe de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (SESPO) destaca que las actividades asistenciales, diagnósticas y terapéuticas, así como las de promoción de la salud, desarrolladas en el ámbito público, han experimentado un lento desarrollo en los últimos años.

La atención pública a la salud bucodental tiene una escasa evolución en nuestro país en los últimos años. Ésta es una de las conclusiones de un reciente trabajo de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (SESPO), elaborado por los doctores Francisco Javier Cortés Martinicorena, Cerviño Ferradanes, Blanco González y Simón Salazar, en el que se analizan los servicios de salud bucodental en España por comunidades autónomas. Por puntualizar, se entiende por atención bucodental, el conjunto de actividades asistenciales, diagnósticas y terapéuticas, así como las de promoción de la salud, iniciativas que parecen tener un escaso desarrollo. Según los autores del estudio, a día de hoy es la única área que aún no tiene una cobertura plena por parte del Sistema Nacional de Salud. «La atención odontológica a la población continúa siendo solo paliativa. La reposición de dientes perdidos por causa de enfermedad no está amparada, ni siquiera subvencionada parcialmente, en nuestro sistema sanitario. Sin embargo, es necesario reconocer algunos avances en la atención a la población infantil, la atención a embarazadas y a personas discapacitadas», puntualizan.

Atención por edades

En el caso concreto de la población infantil, se revela que el desarrollo de estos servicios presenta deficiencias, tiene un desarrollo desigual por comunidades autónomas e, incluso, una falta de reconocimiento por parte de las administraciones sanitarias en varias regiones de España. En el colectivo de pacientes adultos, en casi todas las zonas del país, la dirección y gestión de la Odontología está separada de la de niños y adolescentes, y ambas no están gestionadas por odontólogos y estomatólogos. Asimismo, la mayoría de comunidades autónomas no tiene directrices específicas para la atención a esta área sanitaria. Por otra parte, a nivel legislativo se reconoce la singularidad de los servicios de salud bucodental, pero ésta no ha sido trasladada a la práctica con la creación de unidades específicas de planificación y gestión dirigidas por un odontólogo o estomatólogo.

Identificación de deficiencias

Entre las deficiencias que revela la investigación destaca que las prestaciones en salud bucodental para la población infantil, a la que da derecho el RD 1030/2006, no se aplican en todas las comunidades autónomas, lo que implica que no se garantiza a todos los usuarios, tal y como establece el Real Decreto en su undécimo artículo. Esto provoca que niños y adolescentes que viven próximos geográficamente no tengan acceso a la misma atención por el hecho de vivir en regiones diferentes, lo que provoca desigualdad entre los ciudadanos.

Otro dato significativo es que solo 7 de las 19 comunidades y ciudades autónomas tienen en el organigrama de su administración sanitaria una Unidad de Planificación y Gestión de los programas y la atención de salud bucodental, con un profesional odontólogo/estomatólogo como responsable. En el resto, hay dispersión tanto en la ubicación como en la titularidad de los responsables de los servicios que no son odontólogos/estomatólogos y, por consiguiente, con un conocimiento muy limitado de la Odontología como campo asistencial específico.

En el capítulo de recursos humanos, el estudio revela un incremento, siendo especialmente significativo en la mayoría de comunidades con sistema de atención público.

En las comunidades con PADI (Programa de Atención Dental Infantil) se destaca que se ha producido un espectacular incremento de los profesionales privados que han optado por la concertación con el servicio autonómico de salud.

Por último, la investigación advierte que pocas comunidades evalúan sus programas de atención e incluso muchas no disponen de una memoria de actividades realizadas sobre la población atendida que pueda ser consultada; o bien, en algunos casos, esta memoria es parcial y analiza solo indicadores básicos. En este sentido, los doctores advierten que la monitorización epidemiológica, básica en la evaluación de programas, requiere una revisión de la metodología utilizada en aras a la unificación de criterios.

Para consultar el estudio íntegro: Referencia bibliográfica: Cortés Martinicorena FJ y cols. RCOE, Vol 19, Supl 1, Octubre 2014.

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