Los materiales y las técnicas han evolucionado de forma espectacular desde que en 1955 el Dr. Michael Buonocore desafiara a la Odontología con su primitiva, pero innovadora, forma de adhesión. Sin embargo, a pesar de la mejora en los materiales y las técnicas, al entrevistar recientemente a un grupo de odontólogos, observé que la mayoría seguía utilizando diversos procedimientos y materiales para lograr un resultado similar. Muchos todavía usan ácido fosfórico antes de aplicar un adhesivo, otros un imprimador de autograbado y un adhesivo y algunos, incluso, un frasco individual de imprimador de autograbado.
Una de las características negativas de utilizar un imprimador de autograbado y un adhesivo, en comparación con un grabado con ácido fosfórico, es la adecuada, aunque reducida capacidad adhesiva. Por esta razón, muchos odontólogos prefieren suministrar este compuesto antes de un imprimador de autograbado con el objetivo de mejorar la capacidad adherente. Esta última afirmación es cierta para el esmalte, sin embargo, si se administra ácido fosfórico al 37% en la dentina antes de aplicar un imprimador de autograbado y el adhesivo, a menudo se produce una disminución de la capacidad adherente y una posible sensibilidad dental. Esto ocurre porque el ácido fosfórico elimina más mineral de la dentina del que los monómeros autoadhesivos pueden rellenar (1-4).