InicioNoticiasEncuentros«Tenemos que recuperar la visión sanitaria de nuestra profesión»

«Tenemos que recuperar la visión sanitaria de nuestra profesión»

Badanelli ratifica esta postura y afirma que muchos de estos presupuestos son falacias: «Yo he visto uno en concreto en el que se reseñaban ocho implantes, cada uno a 250 euros, pero luego se cobraban las cirugías de cada uno aparte y esto es engañar a la gente. Es necesario acotar bien estas publicidades engañosas. Ahora, hagamos nosotros valer la importancia de la formación continua del profesional, de la personalización de los tratamientos, del seguimiento del paciente –que es inviable en estas clínicas en las que cada vez te atiende un dentista diferente–, luchemos con nuestras armas y hagamos publicidad de estos aspectos para que el paciente los conozca».

Por otro lado, prosigue Luciano Badanelli, «debemos exigir a las autoridades que respeten los ratios dentista-paciente fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque en España se han duplicado, lo cual es perjudicial tanto para el odontólogo como para el usuario final, porque influye en la calidad. Y además, debemos informar a estos jóvenes odontólogos que están siendo explotados del perjuicio que están haciendo a la sociedad, a la profesión y a ellos mismos».

«tenemos que recuperar la visión sanitaria de nuestra profesión»
Durante el encuentro se habló de fijar unos estándares de calidad para regular el producto sanitario.

Pero para De las Casas no es posible que esto se consiga en poco tiempo, «porque si en nuestra propia organización interna, los protésicos, higienistas y odontólogos no somos capaces de ponernos de acuerdo, ¿cómo vamos a conseguir que las autoridades hagan algo?». Y, por otro lado, añade, «yo no creo que los jóvenes de hoy salgan mejor formados de las universidades porque me he encontrado con muchos que han hecho un máster de Implantología y no saben ni tomar las medidas de un implante, y esos mismos chavales están arreglando bocas y poniendo miles de piezas».

Guillermo Pradíes tampoco creer que los recién licenciados salgan mejor formados que antaño porque «hay gente que hace la carrera durante los fines de semana, y esto ocurre porque las universidades también han adquirido criterios comerciales y muchas de las que antes tenían profesores preparados, pero caros, han optado por personal menos cualificado y peor pagado. Y, además, luego montan su clínica universitaria en la que tienen unos alumnos que pagan por trabajar –que además trabajan sábados y domingos porque así obtienen más créditos–, un paciente al que también le cobran y un protésico mal pagado, es decir, hacen el negocio perfecto».

Ante esta situación, el doctor Pradíes se muestra pesimista y ve complicado cambiar las cosas. «Nosotros no podemos hacer nada para evitar lo que está ocurriendo en la sociedad, y los colegios y Consejo tampoco, solamente posee ese poder el Estado, el problema es que no tiene el más mínimo interés en regular absolutamente nada porque no le conviene». Y se explica de la siguiente manera: «Hace muchos años un ministro dijo que los dentistas en España eran pocos, caros y malos. En este sentido, a las autoridades le ha beneficiado que no haya númerus clausus, porque esto ha generado que ahora seamos muchos, buenos y baratos. Antes el público pedía a la Seguridad Social que sufragara los gastos de la salud bucodental y, ante esta demanda, lo que hizo el Estado fue dejar que se formasen un montón de dentistas, lo que hizo que los precios de los tratamientos bajasen y la gente se olvidase de que la Seguridad Social tenga que asumir los gastos de los tratamientos dentales. Y además, todas las universidades privadas pagan cantidades ingentes al Gobierno, por lo que no tiene ningún interés en que esta situación cambie, cuando es el único que puede hacerlo».

Relación interprofesional

Francisco Troyano saca a debate un tema de suma importancia a la hora de confeccionar una prótesis dental: el trabajo en equipo. «Ante un tratamiento complejo es fundamental la relación interprofesional entre protésicos y dentistas. Yo tengo casos en los que un odontólogo ha coordinado el trabajo de tres técnicos con especialidades diferentes, y en estos casos es fundamental que nos sentemos todos los implicados para determinar qué es lo mejor que le podemos ofrecer al paciente, porque esto también determina la calidad y el precio del producto final».

Para este técnico en prótesis dental es fundamental conocer el trabajo del dentista para hacer bien su trabajo, e igualmente piensa que el odontólogo debe conocer el trabajo del técnico, y por ello no comprende que no acudan profesionales de ambas ramas a los mismos congresos. «Obviamente yo no voy a una conferencia del Colegio de Odontólogos para aprender a hacer una cirugía –manifiesta Troyano–, voy porque quiero tener conocimiento de lo que hace el clínico; voy porque, para desarrollar bien mi trabajo, tengo que hablar el mismo idioma que el dentista y tengo que conocer los problemas con los que se va a enfrentar a la hora de colocar el trabajo que yo confecciono».

«Ningún buen bailarín funciona sin una buena pareja de baile –corrobora su compañero de profesión Pedro Herrera–, y no solo es necesario tener un buen acompañante sino que, además, hay que ensayar mucho conjuntamente para que las cosas salgan bien. Nosotros trabajamos con muchas clínicas, con algunas tenemos una relación constante, nos reunimos para hablar del caso y lo planificamos juntos; y hay otras que solo te envían la información y se olvidan de lo demás. Obviamente, sabemos quiénes obtienen mejores resultados».

«Existe un protocolo de trabajo entre clínica y laboratorio –prosigue De las Casas– y cuando se respeta las cosas salen bien, pero se suele proceder rápido y mal. Yo, como técnico, soy capaz de hacer un trabajo magnífico y uno normal, y la mayoría de las veces me veo en la obligación de hacer la segunda opción porque no me dan el tiempo necesario».

Luciano Badanelli arroja algo de optimismo a la conversación declarando que «a nivel científico y técnico, en España hay un nivelazo y los dentistas y protésicos españoles son referencias a nivel mundial. Y eso es gracias a que, en muchos casos, sí está fluyendo la comunicación entre protésico y dentista, y hay equipos espectaculares que consiguen resultados excepcionales».

Herrera se muestra conforme y añade que «todavía hay gente que busca calidad y no va a comprar en un bazar chino. Cada uno defiende su fuerte lo mejor posible –prosigue–, en la clínica se intenta dar el mejor trato, servicio y tratamiento; y en el laboratorio, igualmente, intentamos sobrevivir con la diferenciación, que reside en la calidad de los productos que ofrecemos y en los resultamos que obtenemos. Tenemos profesionales muy bien formados, se están haciendo muy buenos tratamientos, y un buen clínico jamás va a permitir que sus preparaciones vayan a un mal laboratorio, porque adora su trabajo y no quiere que se lo estropeen, no quiere sufrir, quiere tener su pareja de baile y exige el mismo nivel que él tiene a su laboratorio. Y el protésico tampoco quiere que su trabajo caiga en manos de un mal odontólogo. Ésta es la forma de ir avanzando y en esta metodología de trabajo las confrontaciones históricas no tienen sentido».

«Eso es cosa del pasado –añade el doctor Badanelli–, en la actualidad no existe una rivalidad entre clínica y laboratorio y se trabaja conjuntamente para obtener un buen resultado».

«tenemos que recuperar la visión sanitaria de nuestra profesión»
Los expertos reunidos por GACETA DENTAL debatieron acerca de la calidad de la prótesis dental.

En busca de soluciones

Una vez que los expertos en prótesis dental han puesto la problemática del sector encima de la mesa, llega la hora de buscar soluciones. Fernando de las Casas lo tiene muy claro: «Para llegar a la población con el mensaje que queremos trasmitir es necesario que se establezca un agente externo que pueda homologar el trabajo de los profesionales cualificados y fijar unos estándares de calidad. Esto se podría hacer mediante la creación de una especie de guía Michelin en el ramo dental en la que alguien cualificado estableciera quién tiene una, dos o tres estrellas, porque cuando voy a comer a un restaurante cojo este baremo y elijo el establecimiento que me puedo permitir, pero sabiendo que cuenta con una homologación y me va a proporcionar un buen servicio dentro de mis posibilidades».

Pues «trabajemos en esta dirección –manifiesta Guillermo Pradíes–, pero si queremos informar a la población hay que fijar unos estándares y eso debería uniformarse desde la formación, lo cual no es nada fácil. Si se crea un sello de calidad hay que tener cuidado de no caer en la doble moral que rige esta sociedad, pero si se hace bien sería muy positivo que cada paciente supiera dónde se está metiendo, porque yo no pretendo pedir a un hotel de una estrella lo que tiene uno de cuatro».

Lo que está claro para Fernando de las Casas es que «no podemos quedarnos quietos con todo lo que está ocurriendo porque nos están machacando. Es cierto que el Gobierno no va a hacer nada porque no le interesa y, mientras tanto, se están cerrando cientos de laboratorios, hay clínicas hundidas y los colegios, tanto de odontólogos como de protésicos, deberían buscar fórmulas para contrarrestar todo esto. Las denuncias no sirven de nada, lo que hay que hacer es salir en la televisión anunciando nuestras armas, como hacen las franquicias, y decir lo que es calidad, ética y salud, con el objetivo de que la gente sepa lo que estos establecimientos ofrecen por doscientos euros y lo que ofrecemos nosotros, para que, de esta forma, puedan tomar una decisión basada en el conocimiento».

Pero Pradíes vislumbra un problema a la hora de llevar a cabo esta idea: «Es complicado establecer unos estándares de calidad, porque aunque la prótesis tiene unos aspectos técnicos muy bien definidos, también tiene un componente artístico y eso es muy difícil de calibrar».

«Pero sí se pueden exigir unos mínimos requisitos en cuanto a medios, calibración, metros cuadrados, materiales, formación del profesional, experiencia, etcétera.», afirma de las Casas.

Luciano Badanelli cree que «hablar de arte nos ha hecho mucho daño, porque un profesional tiene muchas más probabilidades de hacer un buen trabajo cuando se ha formado bien y lo ha realizado mil veces, que cuando es un artista de forma innata. Lo que nosotros hacemos, tanto el dentista como el protésico, está mucho más cerca de la copia que del arte, y buscar la réplica es manufactura, habilidad y técnica. Por lo que, si eliminamos el componente artístico, no es tan difícil definir unos criterios de calidad. El resultado es evaluable y, además, es medible en porcentajes. Sería banal medir cuántos implantes he puesto, sin embargo, si mido cuántos permanecen en boca al cabo de cinco años, en los cuales el margen gingival se mantiene al mismo nivel, eso sí me aporta un dato esclarecedor que va a excluir a un alto número de profesionales no cualificados».

Según Francisco Troyano, «hoy en día no hay nadie que garantice la calidad de los tratamientos, que queda en manos del criterio de cada profesional. El paciente se mantiene ajeno a esta realidad y no tiene ningún tipo de formación que le pueda orientar para decidir cuantitativa y cualitativamente entre un tipo de prótesis u otra, y quien tiene la llave para regular esto es la Administración, mediante la creación de un organismo que homologue cuáles son los criterios mínimos que deben tener tanto clínicas como laboratorios».

Fernando de las Casas concluye diciendo que «lo único que hacen bien las franquicias es que saben llegar a la población, y lo hacen a través de los medios de comunicación porque tienen mucho dinero, por eso hay que contrarrestar esa fuerza de la misma manera que lo hacen ellos, porque además creo que la gente está receptiva y los programas de salud generan un gran interés. No sé si esta labor debe estar en manos de una entidad pública o privada, pero sería fundamental que alguien asumiera este papel y llevase nuestro mensaje a la calle».

Laura D. Montalvillo

Los invitados, uno a uno

• Pedro Herrera. Protésico dental desde 1987. Fundador de Prótesis del Sur, S. L. Vicepresidente de la la Asociación Científica Andaluza para la Divulgación de la Prótesis Dental (ACADEN).
• Fernando de las Casas. Protésico dental. Director del Laboratorio De las Casas Prótesis Dental, S.A. Miembro del Comité Científico de GACETA DENTAL.
• Francisco Troyano. Técnico especialista en prótesis dental desde 1979. Director del Centro Dental Troyano. Socio de Honor de ACADEN.
• Dr. Guillermo Pradíes. Doctor en Odontología y Magíster Universitario en Prótesis. Director del Departamento de Prótesis Bucofacial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
• Dr. Luciano Badanelli. Doctor en Odontología y especialista en estética dental, prótesis e implantes.

 

Excelencia Odontoprotésica

 

 

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