Madrid, 26 de abril de 2014. Creemos que fue ese día en el que empezó esta aventura, pero no. Todo esto empezó mucho antes de que nos diéramos cuenta, mucho antes de que pensáramos cuál era nuestro destino y qué función íbamos a cumplir allá donde quiera que fuésemos a ir.
Un año más, de la mano de DentalCoop y de Proclinic, y de la recién descubierta por nosotros, Sáhara 4×4, ONG de Madrid que aporta vehículos al pueblo saharaui desde hace más de 15 años.
Destino de nuestro viaje: los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia), y Tifariti, en los territorios liberados del Sáhara occidental.
Nos contaron cuáles eran las funciones que debíamos desempeñar inicialmente: poner en marcha una clínica dental, que disponía de dos gabinetes dentales totalmente equipados, con sillones, rotatorios, autoclave, cuba de ultrasonidos, destiladoras de agua, una selladora, bomba de agua para los equipos, dispositivos de rayos x, y un compresor; así como abastecer de instrumental y material fungible las instalaciones para trabajar durante nuestra estancia en Tifariti y, por supuesto, para el futuro.
Ya en tierra argelina, tuvimos el placer de contar con la inestimable ayuda del Dr. Abba Moh-Lamin, dentista saharaui. Con cierta precaución acudimos a una reunión con el ministro de sanidad pública de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática). Su actitud durante el encuentro nos deja sorprendidos: su interés en nuestro trabajo y, sobre todo, en nuestra visión del proyecto y las necesidades tanto de la zona de Tifariti, que es donde vamos a desarrollar nuestra actividad principalmente, como en los campamentos de refugiados de la zona de Tindouf. Tomamos como referencia el hospital de Rabouni y el de Tifariti para valorar la viabilidad y desarrollo de las actividades odontológicas. En esta primera toma de contacto no cerramos ningún acuerdo. Consideramos que hay que estar bien despiertos y captar toda la información que podamos y así poder evaluar la situación de cara al futuro.
Visitamos las instalaciones del hospital de Rabouni. Allí vemos cómo la situación de la clínica dental es muy diferente a lo que esperábamos y muy diferente a lo que debería ser, teniendo en cuenta los recursos de los que disponen. La base sobre la que se levanta esta clínica son construcciones prefabricadas; a partir de ahí… Aunque disponen de cuatro sillones, dos no funcionan; de los dos equipos de rayos portátiles, uno no funciona; también cuentan con un autoclave, un horno de calor, aparatos de refrigeración para el local, escaso instrumental, un laboratorio de prótesis –regentado durante 27 años por la misma persona–, y, lo que peor impresión nos da, una higiene muy deficiente.
Al día siguiente partimos desierto a través y, después de ocho horas de un viaje increíble, vamos a parar a las puertas del Hospital de Tifariti, financiado por el Gobierno de Navarra en 1999. Es un hospital grande y, aunque dispone de 87 camas, su estado es precario. Cuando llegamos sólo tiene dos enfermos ingresados, un médico que rota mensualmente, un enfermero y el director del hospital. Dispone de dos quirófanos –sólo uno en uso–, exclusivamente para atender partos y abortos; cocina, comedor, farmacia, baños y… ¡una clínica dental!
Las instalaciones son modestas, no cuentan con luz eléctrica constante, pero sí con agua corriente, poca, aunque suficiente para desempeñar nuestras funciones. Comprobamos el equipamiento dental instalado el pasado mes de noviembre por Sahara 4×4. Todo funciona correctamente. Los sillones están en muy buen estado y todo el equipamiento aportado es de gran utilidad. Aunque en un principio hay problemas técnicos de luz, conseguimos solucionarlos y dejamos todo preparado para nuestro primer día de actividad.
Los cuatro días de trabajo en Tifariti son duros, pero no imposibles de superar. Pueden más nuestras ganas e ilusión que la enorme afluencia de pacientes, pues conseguimos atender a unos 250 adultos y 40 niños. Los tratamientos principales que llevan a cabo los doctores son extracciones y conservadora, así como higiene y tratamiento farmacológico para aquellos que lo necesitaban.
Acudimos a dos escuelas, la Escuela de Nómadas de Tifariti y la Escuela de Bir Tiguisit, para dar charlas sobre higiene dental a los niños. Llevamos cepillos y pasta de dientes. Se muestran alegres y con cierta desconfianza algunos, que conseguimos paliar con pequeñas actividades que requieren de su participación. En ambas escuelas se hace un triaje inicial para descartar a los que no precisan de atención dental urgente. A los que sí la precisan se les cita al día siguiente en la consulta para tratarles.
Finalizadas nuestras jornadas de trabajo en Tifariti, ordenamos el material que permanecerá allí para el uso de los profesionales que vayan a prestar servicio en un futuro y dejamos listo el resto del equipamiento. El material sobrante que traíamos nos lo llevamos de vuelta para los campamentos de Tindouf. Ya nos marchamos…
A la vuelta a Rabouni, volvemos a reunirnos con el ministro y los máximos responsables sanitarios del gobierno saharaui. Les contamos impresiones personales y profesionales de la actividad desarrollada en Tifariti y de las necesidades que creemos principales para seguir con el proyecto de atención dental. El ministro nos transmite su sana ambición por querer que el departamento de Estomatología esté al nivel de otros muchos dentro de los servicios sanitarios del pueblo saharaui. Hablamos de tres hospitales de referencia (Rabouni, Tifariti y Agüenit) donde poder prestar atención de forma regular, cada dos o tres meses; así como prestar servicio de manera itinerante por los territorios liberados, con distintas especialidades. Es un proyecto muy bonito, pero complicado por el arduo terreno sobre el que hay que desplazarse; aunque creemos, no imposible.
Les transmitimos cuáles creemos que son los pilares básicos sobre los que deberían elaborar un plan de actuación: Asistencia; Prevención, a través del Programa Escolar, y Formación de los profesionales saharauis. Están de acuerdo en la forma de cómo ir atajando el problema y aceptan de buen grado la ayuda que nos disponemos a ofrecerles respecto a ello, elaborando protocolos de actuación pre y post consulta para todo el personal, así como la formación que creemos conveniente sobre todo para las auxiliares. Además, Sahara 4×4 se compromete a aportar un vehículo para llevar a cabo el programa de asistencia y prevención en niños y concienciación de adultos.
Por último, y no menos importante, creemos que el pueblo saharaui nos ha dado mucho más a nosotros que nosotros a ellos. Se denominan pueblo, y como tal actúan, sienten y viven.
Porque no es su noche, sino sus días los que nos animan a levantarnos para empezar; no son las vistas del desierto, sino las miradas de los que lo habitan las que te hacen sentir especial; no es la agonía de su pueblo, sino la fuerza del mismo la que te despierta; son sus ganas y es nuestro miedo de no poder hacer todo lo que nos gustaría; es su pasado, su presente y, por supuesto, su futuro, porque trabajan cada día como si fuera el último para que todo sea mejor; no es a lo que le den importancia, es justo lo que la tiene. Aprender de ellos es fácil, hermoso y sobrecogedor. Transmiten su energía cargada de esperanza con cada palabra y cada gesto. Podríamos decir que no tenemos palabras, pero lo cierto es, que tenemos millones, y darles forma resulta complicado, pero estamos en ello.
Queremos agradecer a nuestros ya compañeros de aventuras: DentalCoop, Sáhara 4×4, Proclinic, a todas las personas desinteresadas que nos han apoyado, a las autoridades de la RASD, y a ti Abba, por tu inquietud, iniciativa y compromiso.