Profesor Lars Sennerby, implantólogo
Considerado uno de los padres de la Implantología moderna, el profesor Lars Sennerby comparte con los lectores de GACETA DENTAL su visión sobre la práctica implantológica actual. Este doctor sueco, uno de los más destacados discípulos de Brånemark y conferenciante de referencia en congresos internacionales, aboga por diseñar unas directrices basadas en la ciencia y la experiencia probada para realizar tratamientos con implantes de forma segura y predecible.
—¿Por qué decidió especializarse en el campo de la Implantología?
—Nunca planeé una carrera en el área de la Implantología, solo fue fruto de una serie de coincidencias. Estaba interesado en la investigación y la apliqué al programa de Odontología en varias Universidades de Suecia con el fin de convertirme en un investigador. La Universidad de Estocolmo fue mi primera opción, aunque finalmente me aceptaron en la de Gotemburgo. De hecho, fui el último de los estudiantes que ingresaron en el programa de ese año (1981).
Nuestro primer curso era Anatomía y el responsable del departamento era el profesor PI Brånemark. Uno de los docentes, el Dr. Tomas Albrektsson, nos invitó a mi compañero Ulf Nannmark y a mí a unirnos a un grupo de investigación, en el que nos integramos inmediatamente. No teníamos ni idea del tipo de investigación en que estaba involucrado el departamento, aunque entendimos que la biología del hueso era el hilo conductor.
Los primeros proyectos de investigación que abordamos se basaban en la microscopía intravital de tejidos blandos y óseos utilizando diferentes modelos animales. Sin embargo, pronto llegamos al proyecto de osteointegración, en el que se llevaba trabajando más de 20 años. En 1982, durante nuestro segundo año en el departamento, las experiencias y los resultados de los ensayos clínicos con implantes osteointegrados se presentaron en una conferencia en Toronto y la técnica de osteointegración fue internacionalmente aceptada como una nueva modalidad clínica para reemplazar los dientes perdidos.
A partir de ese momento, las actividades se incrementaron, abriéndose diferentes caminos. En mi caso fui reclutado por la clínica Brånemark en el año 1989, aprendiendo sobre cirugía de implantes con los profesores Ulf Lekholm y Ragnar Adell. Al mismo tiempo, trabajaba en mi tesis «Sobre las respuestas del tejido óseo a los implantes de titanio», en el Departamento de Anatomía, trabajo que defendí en 1991. Desde entonces he dedicado mi carrera a la Implantología, dividiendo mi tiempo entre el trabajo clínico y la investigación.
—¿Qué ha significado la Implantología para la Odontología?
—La Odontología es una parte de la Medicina y ésta trata de la curación de enfermedades y de disminuir el sufrimiento. El edentulismo es una desventaja física y psicológica grave para muchos pacientes y la osteointegración ha revolucionado la Odontología clínica, ya que ha proporcionado los medios para, de una manera predecible, reemplazar los dientes perdidos. La osteointegración también se ha convertido en el principal tema de investigación académica en la Odontología, dando lugar a una mejor comprensión de sus mecanismos biológicos, al desarrollo de mejores componentes en los implantes y a simplificar los procedimientos clínicos.
También hemos visto efectos derivados en otras áreas dentro de la Medicina, como en cirugía plástica y ortopédica, en los que se utilizan los implantes osteointegrados como unidades de anclaje en audioprótesis, extremidades perdidas, etc.
—¿Y para los pacientes?
—Por mi propia experiencia sé que el tratamiento con implantes ha significado todo para muchos pacientes. Además de la recuperación de la capacidad de masticar sin necesidad de una prótesis removible, muchos recobran su autoestima.
Las ventajas son evidentes también para los pacientes que perdieron uno o varios dientes, ya que otros no necesitan ser sacrificados para reemplazar a los perdidos.
—¿Cuáles creen que son los avances más destacados en la Implantología desde sus inicios?
—Los implantes subperiósticos y laminares se utilizaron mucho antes que los osteointegrados, pero no eran predecibles o no estaban bien documentados y, por lo tanto, fueron vistos con escepticismo por la comunidad académica. La contribución más importante a la Implantología vino con la introducción de los implantes osteointegrados en base a las experiencias y los resultados del Grupo Brånemark de Suecia y del Grupo Schroeder en Suiza. Desde entonces, se han seguido los mismos principios generales, pero se ha producido un enorme desarrollo de implantes y de componentes protésicos, simplificándose también los protocolos de tratamiento.
—¿Y cuál cree que sería el avance más importante de cara al futuro?
—La tarea más importante para el futuro es hacer que el tratamiento con implantes sea asequible para todos los pacientes. También es imprescindible aumentar y mantener el nivel de conocimiento y la formación de las generaciones presentes y futuras de dentistas con el objetivo de que éstos puedan realizar tratamientos con implantes seguros y predecibles. Una forma de lograrlo es diseñar unas directrices estrictas sobre las diferentes indicaciones basadas en la ciencia y la experiencia probada.
—¿Se abusa hoy en día de la práctica con implantes? ¿Se emplea como la solución más rápida en lugar de luchar por preservar el diente?
—No creo que un diente se deba preservar a cualquier precio solo porque se trate de un diente natural. Si se evalúan el pronóstico y los costes para mantener un diente a largo plazo, el tratamiento con implantes puede ser la opción más barata y más predecible.
Dicho esto, siempre hay un riesgo en el uso excesivo de cualquier tecnología, sobre todo si es predecible y rentable. Creo que el uso de demasiados y costosos componentes en los implantes y otros procedimientos quirúrgicos adicionales que no son necesarios, es lo más común cuando hablamos de abuso en Implantología. Sin embargo, es importante dar al paciente todas las opciones, junto con las estimaciones de coste a fin de que éste pueda decidir qué hacer.
—Periimplantis, problemas de osteointegración… hay varios desafíos abiertos. ¿Qué nos puede decir de estos «peros» que plantea actualmente la práctica implantológica?
—Desde mi punto de vista, la periimplantitis es un reto didáctico y no una amenaza para la Implantología. La idea de que toda la reabsorción del hueso marginal y el sangrado mediante el sondeo son signos de una infección en curso alrededor del implante no es cierta. La osteointegración es una reacción a un cuerpo extraño, que, de acuerdo a la patología clásica, es una inflamación crónica. Por lo tanto, por definición, «periimplantitis» es el estado lógico de cualquier implante osteointegrado.
Hasta el 90 por ciento de los implantes puede mostrar sangrado al sondaje, lo cual no es sorprendente, ya que los tejidos alrededor de los componentes del implante están cicatrizados y no altamente especializados como alrededor de los dientes.
La pérdida de un diente induce a la reabsorción del hueso alveolar y no es una ley de la naturaleza que la reabsorción ósea se frene tras la colocación de un implante. Numerosos estudios clínicos han demostrado que la reabsorción de hueso marginal es un fenómeno obligatorio y que algunos implantes muestran más pérdida ósea que otros. Los estudios clínicos también han demostrado una escasa correlación entre el sangrado al sondaje, la reabsorción del hueso marginal y futuros problemas alrededor de los implantes dentales.
Así que, si entendemos la naturaleza de la osteointegración, los índices periodontales no sirven y la tolerancia cero a la reabsorción ósea marginal y el sangrado no es tampoco realista. Dicho esto, se pueden producir infecciones importantes de pérdida de hueso alrededor de los implantes y purulentas. Según una investigación reciente, basada en diez estudios de seguimiento de tres diferentes sistemas de implantes modernos, la incidencia fue inferior al tres por ciento durante diez años en la función, algo que también coincide con mi experiencia.
—En la universidad española no hay especialidades odontológicas. ¿Cuál es la situación en Suecia?
—En Suecia tenemos ocho especialidades diferentes. Sin embargo, la Implantología dental no es una de ellas, ya que está incluida en Cirugía Bucal, Prótesis y Periodoncia.
—A su juicio, ¿cree que sería bueno unificar, al menos en Europa, las diferentes especialidades de Odontología?
—Dado que los ciudadanos de la UE pueden trabajar en cualquier país miembro, tendría sentido tener un mismo sistema de aplicación en toda la Unión.
—¿Sería la Implantología una especialidad independiente?
—Considerando su importancia, creo absolutamente que debería ser una especialidad independiente.
—Con el fin de ayudar a los futuros dentistas, ¿qué consejos les daría para que se conviertan en buenos implantólogos?
—Mi consejo es cursar un programa lo más completo posible, en el que se traten los diferentes aspectos de la Implantología dental, cursos organizados por universidades, organizaciones o clínicas privadas. Además, es muy importante practicar todos los días bajo la supervisión de colegas experimentados.
Un referente de la Implantología mundial
El profesor Lars Sennerby se graduó en la Facultad de Odontología de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) en 1986. Ingresó en el grupo de investigación dirigido por el profesor Pi Brånemark en 1982, participando en estudios de implantes dentales osteointegrados. Su doctorado, en 1991, concluyó con la elaboración de la tesis “Respuesta del tejido óseo a los implantes de titanio”.
Profundizó a nivel profesional en el ámbito de la cirugía oral en la Clínica Branemark, el servicio público de salud sueco y la facultad de Odontología de Gotemburgo. Su paso por la clínica Brånemark le sirvió no solo para su trabajo clínico sino también para investigar y profundizar sobre el tratamiento de los pacientes con implantes dentales.
Dentro de la Universidad de Gotemburgo ha sido profesor asociado, profesor de la Clínica de Implantología Oral del Departamento de Investigación de Biomateriales y desde 2011 es profesor a tiempo parcial en el Departamento de Cirugía Oral y Maxilofacial del Instituto de Odontología de la Academia Sahigrenska.
Con práctica privada en Implantología en Suecia, Italia y Escocia, Sennerby es uno de los pocos médicos en el mundo que tienen el título de «Profesor en Implantología». Ha publicado unos 300 artículos, reseñas y capítulos de libros sobre la biología del hueso y los implantes dentales y participa como conferenciante de forma habitual en reuniones y congresos internacionales.