Un nuevo estudio, liderado por la Universidad de Granada, ha descubierto una característica peculiar de los representantes del linaje humano, encuadradas en el género Homo, y afirma que son los únicos primates en los que, a lo largo de sus más de 2,5 millones de años de historia, el tamaño de los dientes ha ido decreciendo a medida que aumentaba el tamaño del cerebro.
La clave de este fenómeno, que los científicos catalogan de «paradoja evolutiva», podría estar en la evolución de la dieta del Homo, según apunta el artículo publicado en BioMed Research International.
Los dientes son fundamentales para la reducción de los alimentos a partículas de menor tamaño. Por tanto, lo normal sería que si crece el tamaño del cerebro, y con ello las necesidades metabólicas, también lo hagan los dientes. Sin embargo, en el caso del género Homo no ha ocurrido de este modo. «Esto significa que debieron operar importantes cambios que permitieron el mantenimiento de esta tendencia», apunta el investigador principal del trabajo, Juan Manuel Jiménez.
A su juicio, un cambio en la dieta, con la inclusión de una mayor cantidad de proteínas animales, grasas y algunos oligoelementos, debió ser una de las claves de este fenómeno.