María Teresa Román García, nueva presidenta de la Federación Española de Estudiantes de Odontología (ANEO)
Con la ilusión de quien escoge una profesión por pura vocación, con la fuerza de la juventud y la responsabilidad de quien asume el papel de representar los intereses de los estudiantes españoles de Odontología, así afronta Teresa Román
sus primeros meses como presidenta de ANEO.
—Desde hace unos meses es usted presidenta de ANEO. ¿Cuándo comenzó su relación con esta organización?
—Mis principios en ANEO comenzaron en el año 2011 como vicepresidenta de la Asociación Oscense de Estudiantes de Odontología (Campus de Huesca). Al año siguiente resulté elegida presidenta de la misma y empecé a formar parte de la anterior ejecutiva de ANEO desempeñando las funciones de secretaria. En el pasado mes de abril presenté mi candidatura a la presidencia y fue aceptada, fue un momento que nunca olvidaré.
—¿Qué objetivos se ha marcado en esta nueva etapa que emprende al frente de ANEO?
—Uno de los objetivos más importantes es consolidar la buena línea de trabajo que se ha seguido hasta ahora. En ANEO la ilusión y el trabajo en equipo son nuestros mejores aliados. Para el acercamiento a los estudiantes, cada verano llevamos a cabo nuestro congreso anual, pero el pasado febrero ya organizamos las I Jornadas Invernales ANEO en la localidad de Jaca, y queremos seguir realizando ambos encuentros anuales cada año.
Divulgar de manera on-line la revista de ANEO es una actividad que nos une mucho, ya que participamos todas las asociaciones locales reflejando la actividad de cada una de ellas. Además, estamos consolidándonos en las redes sociales y se nos puede encontrar en nuestra página web (www.aneo.es).
También pretendemos seguir llevando a cabo el Taller de Higiene Bucodental ANEO que se realiza en varias Facultades de España (Madrid, Salamanca, Santiago y Huesca) y continuaremos colaborando con las diferentes revistas del sector dental, entre ellas GACETA DENTAL, que nos brindan la oportunidad de exponer nuestras opiniones en los diferentes temas importantes que atañen a la Odontología.
—¿Cuáles son las áreas prioritarias de trabajo de ANEO?
—ANEO trabaja representando a todos los estudiantes de Odontología de España ante organismos e instituciones competentes; asesora, promueve el intercambio científico entre los estudiantes y proporciona las herramientas útiles para mejorar su formación. Respecto a la situación actual de la Odontología, es de importante prioridad trabajar para el establecimiento de los númerus clausus y la creación de especialidades en el ámbito de la profesión.
—¿Con cuántos miembros cuenta la Federación?
—En la actualidad, todas las universidades públicas están representadas por sus doce asociaciones y recientemente se ha incorporado una universidad privada de Valencia. ANEO tiene sus puertas abiertas a todas las universidades, tanto públicas como privadas, y brinda a todos los estudiantes la posibilidad de estar representados.
Ocasionalmente alguna asociación local pierde actividad por no encontrar sucesión. Es por ello que desde aquí quiero invitar a todos los estudiantes a interesarse por nuestra Federación y formar parte de esta gran familia.
—Desempleo, especialidades, númerus clausus… muchos problemas para los jóvenes odontólogos españoles. Pero, vayamos por partes. El paro es una palabra que no se asociaba hace años al profesional odontológico y que tristemente ahora es frecuente. ¿Cómo veis desde ANEO el panorama laboral actual?
—La situación en la que nos encontramos no es la más favorable. El número de odontólogos en España se ha incrementado hasta un 59% durante la última década. La creación descontrolada de nuevas universidades de Odontología junto a la ausencia de númerus clausus para acceder a ellas, son las causantes de esta situación que tanto nos preocupa a los estudiantes. En ocho años el total de alumnos que han terminado sus estudios de Odontología ha aumentado un 44%. Referido al desempleo, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el 15% de los profesionales registrados en sus oficinas en febrero de 2013 (563 odontólogos y estomatólogos), llevan más de un año en situación de paro, mientras que el 60% son jóvenes menores de 30 años.
—Y si el trabajo por cuenta ajena es una lotería, lo de montar una clínica propia ya es utopía ¿no?
—En esta época de crisis el número de nuevos colegiados crece de manera más rápida que el número de clínicas dentales. Las dificultades económicas, junto con el excesivo número de recientes colegiados, hace que sea cada vez más difícil abrir nuestra propia clínica privada. La consulta odontológica tradicional, como la conocieron nuestros padres, no se concibe en la actualidad. Hoy en día la proliferación de policlínicas y franquicias dentales hace que el odontólogo recién colegiado acepte cualquier tipo de contrato y se encuentre en una situación de precariedad laboral.
—El difícil panorama laboral actual está empujando a muchos jóvenes graduados a trabajar fuera de España. Hablamos tristemente de una tendencia creciente. ¿Conocéis muchos casos? ¿Y qué os transmiten?
—Nuestros comienzos en la profesión han dejado de tener buenas posibilidades de futuro y muchos jóvenes emigran para ejercer fuera de España. Cada año aumenta el número de dentistas que acreditan su título español para establecerse en otro país. Conozco a compañeros y amigos que han decidido probar suerte en Francia, Alemania, Inglaterra… y transmiten la buena situación laboral y lo bien remunerados que se encuentran, algunos de ellos atreviéndose a crear sus propias clínicas. En la actualidad, Holanda oferta trabajo a odontólogos por un periodo mínimo de tres años.
Siendo España uno de los cinco países europeos mejor reconocidos en cualificación profesional y teniendo en cuenta el coste que le supone a la Universidad formar a cada odontólogo, resulta desalentador que un profesional bien cualificado tenga que emigrar para ejercer la Odontología porque en su país no pueda hacerlo.
Actualmente tenemos una estrecha relación con la EDSA (European Dental Students Association) y la IADS (International Association of Dental Students). ANEO trabaja por impulsar proyectos internacionales, como el proyecto SMILE de la EDSA, que próximamente se desarrollará en España, y el programa AMCHI de voluntariado.
—Está claro que la situación económica global no acompaña, ¿podría arrojar el tema de los númerus clausus un poco de luz a este panorama tan desalentador?
—Por supuesto, para ANEO la implantación de los númerus clausus es una de nuestras prioridades. La Odontología fue la profesión sanitaria en España que experimentó el mayor incremento en su colegiación pasando de 29.070 en 2011 a 31.261 en 2012. Se calcula que para 2020 habrá alrededor de 40.000 odontólogos. La OMS recomienda una ratio de 3.500 habitantes por odontólogo, actualmente hay en España 1.476 habitantes por odontólogo. Estos datos obligan a adoptar las medidas de control necesarias para mantener una ratio de paciente/dentista adecuada, haciéndose necesario el establecimiento de númerus clausus que limite el número de alumnos que cada año se matriculan en las Facultades de Odontología.
También es importante controlar el incremento de nuevas Universidades de Odontología. Entre facultades públicas y privadas, son 20 las Facultades que imparten en España el grado de Odontología, el doble que en Alemania. Esto favorece la entrada de estudiantes provenientes de otros países en los que, al disponer de menos Universidades privadas, tienen más difícil el acceso en su país de origen.
—¿Y qué opinión tiene sobre las especialidades? ¿No se encuentran ustedes en desventaja frente a otros «colegas» europeos?
—La especialización en España dentro de la Odontología no está regulada. Junto a Luxemburgo, España es el único país de la Unión Europea que no tiene reconocida ninguna especialidad, lo que origina que sean los estudios de postgrado los que te den una cierta pseudoespecialización no reconocida legalmente. Esto nos sitúa en desventaja frente a nuestros compañeros europeos, quienes sí disponen de títulos de especialización reconocidos oficialmente, que les permiten ejercer la especialidad en los diferentes países europeos, incluido España.
—Siguiendo con la formación, actualmente ¿no hay un poco de caos en el panorama del postgrado? Mucha oferta, no siempre buena, no siempre asequible…
—Siguiendo los requisitos del Espacio Europeo de Educación Superior, los estudios tienen dos niveles diferenciados: grado y postgrado. El postgrado va orientado hacia una formación más específica en determinadas materias, que se consigue mediante la realización de másteres oficiales y títulos propios. Los primeros, los únicos reconocidos, son escasos y de difícil acceso y van dirigidos a quienes quieran dedicarse a la docencia y la investigación. En los títulos propios, es la Universidad que lo imparte la que determina su plan de estudios y número de horas. Existen incluso cursos on-line, en los que con el pago de la matrícula adquieres el diploma.
Es por ello que debería existir una prueba de acceso común de selección para la realización de estos másteres y una cierta uniformidad en su precio.
—De cualquier manera, como en muchas otras profesiones, la formación continuada es una obligación para el ejercicio y el progreso profesional. Una realidad que cobra mayor fuerza en época de crisis como la actual.
—Está claro que la situación laboral actual y la que nos vamos a encontrar los futuros odontólogos no es la más favorable. No basta con obtener el título de graduado en Odontología, hay que seguir formándose en aquella rama de la Odontología que más nos atraiga y nos veamos más capacitados.
Abrirse camino en la profesión resulta cada vez más difícil, requiriendo de sacrificio y esfuerzo para hacerse un hueco en el mundo laboral. Estamos en una sociedad competitiva y sólo «el mejor» conseguirá el éxito.
—Quizás hayamos dado un tono demasiado negativo a la entrevista, pero ¡cosas buenas también habrá! A pesar de todo, ¿volvería a elegir Odontología para estudiar? ¿Y animaría a quienes dudan?
—Sí, sin duda. Mi elección fue vocacional, «por tradición familiar». Soy la cuarta generación de odontólogos en mi familia, en la que siempre la conversación gira en torno a los dientes, mundo que desde pequeña me fascinó. Siempre he querido ser odontóloga, sin imaginarme en ningún otro mundo profesional.
La Odontología es una profesión al servicio de los demás, en la que la salud y el bienestar del paciente es la mayor prioridad. Requiere dedicación e ilusión, pero, una vez conseguido el objetivo, es muy gratificante. Por supuesto que les animaría.