El objetivo final de la terapia regenerativa es obtener una restitución «ad integrum» de los tejidos periodontales perdidos como consecuencia de la infección periodontal. Esta restitución conlleva la formación de un nuevo ligamento periodontal, cemento radicular y hueso alveolar. La introducción y el posterior desarrollo de la terapia regenerativa supuso un cambio radical en el tratamiento periodontal, pues, por primera vez, su objetivo coincidía con lo que se admite como curación en el ámbito de cualquier otra enfermedad de nuestra economía.
Pero aunque este es el objetivo ideal, en la práctica clínica la terapia regenerativa se realiza para conseguir un incremento del nivel de inserción periodontal de dientes comprometidos, una disminución en la profundidad de las bolsas para que sean de mantenimiento más predecible y una reducción del componente vertical y horizontal de los defectos de furcación.