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«Nuestro mérito radica en que hemos sido capaces de diseñar, implantar y evaluar varias actuaciones en el área de la salud oral»

Dr. Jesús Rueda, premio Dentista del Año del Consejo de Dentistas

Dr. Jesús Rueda, premio Dentista del Año del Consejo de DentistasEl premio Dentista del Año del Consejo General de Dentistas se concede a aquellos odontólogos y estomatólogos que más se han distinguido por su contribución a la mejora, desarrollo y promoción de la profesión. Este reconocimiento ha recaído este año en el Dr. Jesús Rueda, con quien hablamos sobre su carrera profesional y acerca del futuro en el sector odontológico.

—¿Qué representa para usted la concesión del Premio Dentista del Año por parte del Consejo?

—A nivel personal una enorme satisfacción, pero entiendo que el premio es el reconocimiento a una labor que, si bien yo he liderado, han sido muchas las personas que con su trabajo diario han contribuido a que todos estos proyectos que manejamos vieran la luz. Por ello, deseo compartir este reconocimiento con todos ellos.

—¿De qué manera se enteró de que se lo habían concedido?

—Recibí una llamada del presidente del Colegio de Dentistas de Extremadura, el Dr. Joaquín de Dios, quien me comunicó la noticia.

—¿Qué logros profesionales cree que le han hecho merecedor de este galardón?

—Creo que nuestro mérito radica en que hemos sido capaces de diseñar, implantar y evaluar distintas actuaciones en el campo de la salud oral, desde las dirigidas a personas con discapacidad intelectual hasta los planes de atención dental infantil, los programas de atención a embarazadas, el manejo de pacientes médicamente comprometidos, la prevención de la osteorradionecrosis y otros. Todo ello hace que, sin lugar a dudas, nuestro Servicio de Salud se posicione en los mejores lugares cuando hablamos de salud bucodental.

—¿Qué le llevó a elegir la Medicina y la Odontoestomatología como carrera profesional?

—Desde siempre; desde la adolescencia yo ya quería ser médico, lo de la Odontología vino después. Se puede mejorar la salud de la población también a través de este componente.

—De no haber sido dentista ¿qué profesión hubiese elegido?

—Seguramente hubiera trabajado como médico de familia  o como técnico de salud. Me gusta la gestión, pero, también, la parte asistencial.

—¿Cómo fueron sus inicios profesionales?

—Fueron buenos, era fácil en aquel momento, pocos profesionales y mucho trabajo.

—¿Cómo ha ido jalonando su carrera profesional?

—Entre lo privado y lo público. Los últimos años con dedicación especial al servicio público, responsabilizándome de la puesta en marcha de las distintas actuaciones en salud bucodental, a partir del año 2002, cuando recibimos las transferencias sanitarias. Comenzamos en 2003 con la puesta en marcha del Plan de Atención Dental para personas con discapacidad intelectual. Ese mismo año comenzó también a funcionar nuestra Unidad de Odontología Hospitalaria.

Después arrancó en 2005 el Plan de Atención Dental Infantil, con financiación pública y provisión mixta que hoy da cobertura a los menores de nuestra Comunidad entre 6 y 15 años.

Más tarde, en 2005, actuaciones en el colectivo de embarazadas. Seguidos de programas para pacientes médicamente comprometidos, menores tutelados, prevención de la osteorradionecrosis, etc.

En definitiva, un amplio abanico de actuaciones que hoy, a pesar de los tiempos que corren, se mantienen intactas. Trabajamos en otros proyectos que verán o no la luz dependiendo, como siempre, de la disponibilidad presupuestaria.

—Es usted presidente de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (SESPO) y en distintos cargos se ha encargado del desarrollo de programas se salud bucodental en su comunidad autónoma, Extremadura. Con esta experiencia, ¿qué nos puede decir del nivel de salud oral de la población?

—Si se refiere a la población general he de decirle que los datos están ahí. La última encuesta epidemiológica, realizada, una vez más, bajo el auspicio del Consejo General de Dentistas de España, pone de manifiesto hechos muy significativos, como el caso de que los mayores de 65 años tengan una media de 14 dientes con caries y 12 de ellos sin tratar, o que entre el 85 y el 94% de los mayores de 35 años tengan algún problema en sus encías. También que en España el número de tratamientos para combatir la caries es inferior al de la Unión Europea y que los niños inmigrantes tienen más caries y reciben menos tratamientos que los españoles. La situación en mi Comunidad es superponible, descenso de la patología en la población infantil, no así en la población preescolar, y colectivos sin atender como es el caso de los mayores de 65 años.

—Como profesor universitario y profesional en activo, ¿cómo ve a las futuras generaciones de dentistas?

—Con profunda preocupación. La plétora profesional, el intrusismo, el paro y la crisis no propician el mejor de los escenarios para el ejercicio de las nuevas generaciones de odontólogos y odontólogas. Se traducirá en un ejercicio más difícil, intermediado por grandes compañías, con salarios bajos, en la mayoría de los casos, y con la pérdida de la autonomía que siempre ha acompañado a nuestra profesión. Será otra cosa.

Por tanto, el subempleo, el pluriempleo con kilómetros de por medio, en muchos casos, el paro, y la emigración son ya términos de uso común en nuestra profesión.

—¿Alguna receta para afrontar los problemas de la profesión (paro, intrusismo, etc.)?

—Se ha repetido hasta la saciedad, desde múltiples foros, e incluso, desde organizaciones supranacionales en materia de salud, la necesidad de regular el acceso a los estudios de Odontología. Existen medios para saber exactamente el número de profesionales que un país precisa en esta u otra profesión. No sé a qué estamos esperando.

Seguir insistiendo desde donde corresponda, ante los responsables de salud, para que asuman esa tarea pendiente que no es otra que la de incluir los tratamientos de las principales enfermedades orales en la cartera de servicios del SNS, no limitándolo exclusivamente a determinadas cohortes. Y, desde luego, es preciso que sea una cartera de servicios común para todo el SNS.

Debería regularse de manera definitiva y por quien corresponda la formación postgraduada en esta profesión. Se debe poner coto al caos actual. Y también deberíamos empeñarnos en propiciar cambios en la población para que entiendan la importancia de la salud oral en el contexto de su salud general y acudan al dentista al menos una vez al año.

—En su opinión, ¿cuáles serán las claves de la Odontología del futuro?

—Con el panorama que acabamos de exponer, yo no me atrevería a contestarle, pero sí debemos tener claras algunas cuestiones. Debería entenderse como fundamental la preparación. Por ello saber que el presente y futuro de la Odontología pasa por la formación continuada de alta calidad. Ante la crisis y exceso de profesionales, sin duda, esta es una buena opción.

Ahondar en las especialidades o conocimientos de la Odontogeriatría y la Odontología Preventiva. También el conocimiento de los pacientes especiales y su tratamiento en Unidades de Odontología Hospitalaria debería estar perfectamente organizado en todos y cada uno de los servicios de salud y esos tratamientos deben ser realizados por odontólogos específicamente formados para tal fin en alguno de los postgrados de calidad que existen en nuestras facultades.

Por otro lado, se seguirán demandando con fuerza determinadas especialidades como la Ortodoncia, la Estética, la Implantología y la Periodoncia. En base a esto, la especialización en estas áreas podría facilitar el acceso al mercado laboral.

Perfil del Dr. Jesús Rueda

Autor del diseño, implantación y seguimiento de todas las actuaciones en Salud Oral en la CC.AA. de Extremadura (2003-2013). Director de la Unidad de Odontología Hospitalaria del Hospital del Perpetuo Socorro del Servicio Extremeño de Salud desde su creación en 2004 hasta la actualidad. Director de Programas de Salud Bucodental del Servicio Extremeño de Salud desde el año 2003 hasta la actualidad. Presidente de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (SESPO) (2013-2016).

Licenciado en Medicina, Cirugía y Odontología. Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Especialista Universitario en Salud Pública Oral en Atención Primaria; en Programas de Prevención Bucodental a nivel individual y comunitario y en Periodoncia. Máster Universitario en Odontogeriatría y en Implantología y Rehabilitación Oral. Profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla. Profesor invitado de la Universidad Complutense de Madrid. profesor de la Universidad de Extremadura.

Miembro de la Sociedad Española de Salud Pública Oral, de la Sociedad Española de Odontología para el Minusválido y Pacientes Especiales y de la Comisión de Especialidades del Consejo General de Colegios de Dentistas de España. Autor de diversas publicaciones sobre salud oral y autor de 52 ponencias y comunicaciones en congresos nacionales.

Más personal

Nacido en: Asturias, en Mieres, cerca de Oviedo.

Estado civil: Casado, desde hace muchos años.

Aficiones: Como aficiones destacaría la jardinería, me relaja y me hace desconectar del trabajo. Cada sábado suelo acudir al vivero en busca de nuevas especies de plantas, puedo pasarme horas allí.

Deportes: Debería practicarlo más, pero no hay día que no ande una hora, a marcha rápida.

Un libro: Bueno, al menos dos. Cien años de Soledad y Ensayo sobre la ceguera.

Película: La lista de Schindler y, este último año, de las que he visto, me quedo con Argo.

Un lugar: Sonará a tópico, pero siempre quiero volver a París.

Música preferida: Me relaja la música clásica, Verdi, el jazz, Miles Davis y John Coltrane y, un clásico, Pink Floyd.

Viajes en cartera: Me gustaría ir con mi familia a Petra y Jerusalén, son ciudades con mucha historia y deben ser fascinantes.

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