Un grupo de investigadores internacionales, dirigidos por un equipo de la Universidad australiana de Adelaida han logrado, a través del análisis de ADN de bacterias calcificadas en los dientes de antiguos esqueletos humanos, analizar la evolución de la dieta humana a lo largo de la historia, desde la prehistoria a la época moderna.
La investigación, publicada en la revista Nature Genetics, destaca que el registro genético revela los cambios experimentados por las bacterias bucales a raíz de los cambios dietéticos de los humanos cuando se convirtieron en agricultores y, más tarde, con la introducción de la fabricación de alimentos en la Revolución Industrial. «Este es el primer registro de cómo nuestra evolución durante los últimos 7.500 años ha impactado en las bacterias que llevamos con nosotros, y las consecuencias para la salud que esto ha conllevado», destaca el profesor Alan Cooper, líder de la investigación.
Se ha observado que las bacterias bucales de los hombres modernos «son mucho menos diversas que las de poblaciones históricas, lo que contribuye a la enfermedad crónica oral», y cómo su composición ha cambiado notablemente con la introducción de la agricultura, y de nuevo hace unos 150 años, con la introducción del azúcar y la harina procesada en la Revolución Industrial, «lo que ha afectado drásticamente a la diversidad de nuestras bacterias orales permitiendo un dominio de las cepas que provocan caries. La boca moderna vive en un estado de enfermedad permanente», ha dicho Cooper.
Los investigadores extrajeron el ADN del sarro de 34 esqueletos humanos prehistóricos del norte de Europa para analizar posibles cambios en la naturaleza de las bacterias orales. «La placa dental es la única fuente fácilmente accesible de las bacterias humanas», explica la doctora Christina Adler, otra de las responsables del equipo. •