InicioCiencia y clínicaInformesLa esterilización en Odontología moderna: cómo hacer bien las cosas

La esterilización en Odontología moderna: cómo hacer bien las cosas

Volver a procesar instrumentos implica procedimientos complejos de higiene y protocolos que requieren ser cuestionados, optimizados y actualizados continuamente según las novedades de la ciencia y la tecnología. Cada paso del círculo de higiene es importante, en especial la limpieza.

La esterilización, el último paso pero no el menos importante, se define como: «Proceso validado utilizado para que un producto quede exento de microorganismos viables» (Norma europea 13060).

Estando en contacto permanente con profesionales sanitarios, reconozco que ha aumentado la sensibilización que rodea la esterilización, lo cual me ha motivado a mejorar la higiene en la profesión.

Surgen muchas preguntas sobre el tema, como:

• ¿Mi método actual de esterilización es antiguo o inadecuado?

• El ciclo para volver a procesar ¿es válido para todos mis instrumentos?

• Si no, ¿cuáles podrían ser las consecuencias?

• Los esterilizadores suelen ofrecer muchos ciclos, ¿por qué?

• ¿Necesito tantos y todos?

• Estoy confundido, ¿qué ciclo es el más seguro?

• Tengo que confiar en mi personal, ¿se necesita una formación específica y con qué frecuencia?

• ¿Cuáles son los errores «típicos» de mi personal cuya consecuencia son instrumentos no estériles?

• La mayor parte de mis bolsas están húmedas después de terminar el ciclo, ¿está estéril el contenido?

Todos estos puntos son cruciales y se han de abordar con claridad para garantizar la seguridad de los profesionales, el personal, los pacientes y sus respectivas familias.

El objetivo de este artículo es sensibilizar acerca de los riesgos de utilizar esterilizadores y ciclos inadecuados, que aumentarán el riesgo de infecciones.

Las infecciones relacionadas con la salud (HCAI, por sus siglas en inglés), también denominadas «infecciones nosocomiales», hacen referencia a las infecciones que ocurren durante el tratamiento en centros de asistencia médica, incluyendo heridas del personal. Según la OMS, cada año dos millones de pacientes son infectados en todo el mundo y esto conlleva estancias prolongadas en el hospital, costos masivos para los sistemas de salud (y los pacientes) y una mortalidad significativa, pues aproximadamente unos 100.000 de ellos morirán. Lo más preocupante es que, a pesar de la implementación de mejores procedimientos de higiene, la mejora constante de equipos, el personal más entregado y formado, ninguna institución ni país ha resuelto el problema todavía. Veo necesario, tanto para los profesionales de la salud como para la industria, centrarse más en aplicar cualquier medida que pueda contribuir a mejorar esta situación.

Figura 1
Figura 1.

¿Cuál es el método ideal de esterilización?

El calor es lo que mata los microorganismos. El calor húmedo en forma de vapor saturado es el medio de esterilización más efectivo y económico para el medio ambiente. Es también el más seguro, siempre y cuando el ciclo de esterilización tenga un diseño adecuado para los instrumentos procesados. Obviamente, el procesamiento de una caja de implantología embolsada necesita un mayor nivel de rendimiento que una fresa para pieza de mano (sólida) o una sonda sin embolsar. Los esterilizadores de vapor de agua suelen ofrecen varios ciclos con niveles contrastantes de rendimiento y eficiencia.

El «poder» del vapor, una ventaja para el usuario

El vapor tiene la capacidad de reunir energía y de esa forma distribuir la fuerza letal. Comparado con esterilizadores de calor seco, todavía muy utilizados, el vapor libera 300 veces más energía hacia la carga, cuyo resultado es una reducción drástica de la meseta de esterilización (3′ frente a 60′) y los tiempos del ciclo, aunque a una temperatura mucho más baja y moderada (134 °C frente a 180 °C). Además de ahorrar tiempo, el gran beneficio para el usuario es que todos los instrumentos, incluso las piezas de mano de alta y baja velocidad, pueden procesarse varias veces sin alterar sus características.

¿Hay algún referente normativo para los esterilizadores?

EN13060 es la norma europea de referencia para pequeños esterilizadores de vapor (figura 1),

siendo éstos muy utilizados en centros de asistencia médica, clínicas dentales, y, cada vez más, por tatuadores (especializados en piercings) y cirujanos veterinarios. Esta norma, publicada en junio de 2004, aumentó el nivel de rendimiento de los esterilizadores de sobremesa al grado de hospital, lo cual realmente mejoró la prevención de infecciones cruzadas.

Obviamente define cómo deben construirse técnicamente los esterilizadores. Sin embargo, lo más relevante para el usuario es la descripción y la clasificación de los tipos de carga o familias, así como las categorías B, S y N del ciclo.

Cabe destacar que la mayor parte de los fabricantes de esterilizadores, aun de fuera de Europa, hacen referencia a la EN13060.

Figura 2
Figura 2.

¿De qué manera pueden ser no adecuados los ciclos?

Cada instrumento de cada fabricante se construye de manera diferente. Cada uno tiene su propio diseño y tecnología diferente. Las partes internas son cada vez más pequeñas y complejas, lo que implica un mayor desafío para los procesos de esterilización. La complejidad de cada artículo corresponde a una resistencia específica para la penetración del vapor.

El estándar australiano/neozelandés indica explícitamente: «La elección del esterilizador y los ciclos de esterilización seleccionados pueden no ser adecuados para ciertos artículos o tipos de carga.» AS/NZ 4815:2006.

Tal como se mencionó anteriormente, el vapor es el medio ideal para la esterilización, pues entra en contacto con todas las superficies internas y externas del instrumento. ¿Qué puede evitar que el vapor acceda a todas las cavidades internas? Simplemente el aire. Así, la fase inicial de eliminación de aire de un ciclo, también llamada prevacío, es crucial. El nivel de aire residual dentro de la cámara y de la carga debe bajar a casi el 0% para asegurar la penetración adecuada del vapor en los artículos que representan un reto, como los instrumentos de alta y baja velocidad o productos porosos. El aire atrapado dentro de un lumen evita que el vapor penetre y esterilice las superficies internas. La dificultad surge cuando los objetos están embolsados.

De ahí que muchas guías hagan énfasis en que «la selección del ciclo equivocado puede derivar en instrumentos no estériles».

Para verificar este punto, se realizó la siguiente prueba: Una pipeta de vidrio de 30 cm y de doble punta se llenó con líquido y fue procesada para ciclos tipo B y N para comparar e ilustrar la eliminación respectiva de aire y, por ende, la capacidad de penetración del vapor.

La figura 2 demuestra que, en el procesado de tipo N, el vapor no puede eliminar el líquido del centro del lumen del tubo. Por lo tanto, la superficie interna no habría sido esterilizada.

Figura 3
Figura 3.

Clasificación global de las cargas

La tabla 1 muestra la clasificación de la carga según la EN13060. Hay realmente 6 «familias» de carga que se tienen en cuenta para ser procesadas sin estar envueltas y mantenerlas estériles hasta el punto de uso con bolsa sencilla o doble, o envueltas (almacenamiento y transporte). Hay 18 tipos de carga en total relacionadas con 18 desafíos diferentes. Por lo tanto, la norma describe los métodos de prueba correspondientes que permiten que el fabricante demuestre que los ciclos son capaces de procesar las cargas para las cuales fueron diseñados. Las pruebas deben realizarse y confirmarse en lo que se llama «prueba de tipo», antes de iniciar la producción de un esterilizador nuevo o de un ciclo.

Descripción de los ciclos N, S y B

Ciclo N

Es adecuado exclusivamente para materiales no embolsados («Naked» (N), en inglés), productos sólidos (N.°1 en la tabla). No se transporta ni se almacena, es sólo para uso inmediato.

Ciclo S

Diseñado para procesar productos específicos («Specific» (S), en inglés) tal como lo especifica el fabricante en la tabla de ciclos. Es esencial que este ciclo sea utilizado sólo para las cargas para las cuales fue diseñado.

Ciclo B

Proporciona esterilización de clase médica de acuerdo con un esterilizador grande («Big» (B), en inglés). Procesará todos los 18 tipos de carga especificados en el estándar y tal como se muestran en la tabla 1.

¿Cómo pueden saber los usuarios qué ciclos de esterilización usar de acuerdo a las cargas?

Tabla 1
Tabla 1.

El fabricante debe proporcionar una tabla de ciclos detallada que indique todos los tipos de ciclo disponibles (B-S-N) y qué cargas se ajustan a los mismos. Entonces, el usuario, o sea el médico, es el responsable de asegurarse de que el ciclo que ha escogido sea el adecuado para los instrumentos esterilizados.

Una selección equivocada del ciclo puede provocar que los artículos no estén estériles y aumentar el riesgo de infección cruzada. La mejor elección es optar por el ciclo tipo B. Este ciclo le brinda tranquilidad al médico, ya que no puede haber errores durante la selección del ciclo. No hay necesidad de que el personal siga una formación específica en tipos de carga y ciclo.

¿Cuántos ciclos necesitamos?

Generalmente, los esterilizadores ofrecen hasta 10 o más ciclos, lo cual a primera vista podría considerarse una ventaja. Sin embargo, sólo uno o dos ciclos pueden ser de tipo B a 134 °C y/o a 121 °C. Quizás haya un tercer ciclo llamado «134-PRION» (o «Extendido») que representa un tiempo de meseta más largo, de 18 minutos, y cumple con las recomendaciones de la OMS para inactivar la proteína priónica (CJD: encefalopatía espongiforme bovina).

Los otros ciclos son del tipo S o N y quedan a discreción, experiencia y responsabilidad del usuario. Hay otros ciclos llamados «veloces» o «rápidos», los cuales son bastante rápidos, pero son un riesgo, pues están diseñados para un número restringido de tipos de carga. Desde el punto de vista legal, el ciclo B evita la necesidad de demostrar la compatibilidad entre la carga y el ciclo. Es definitivamente más seguro.

¿Cómo de rápido es un esterilizador?

Para lograr una comparación basada en hechos entre marcas y tecnologías, comentaremos exclusivamente los ciclos de tipo B. Los esterilizadores bien diseñados y procesos tipo B tienen tiempos máximos de ciclo de unos 45 minutos, incluyendo el secado. Algunos ciclos veloces de tipo B (no del tipo rápido), diseñados para cargas más pequeñas, están entre 20 y 30 minutos, incluyendo el secado. Se recomienda probar el esterilizador antes de comprarlo para verificar las características que se le atribuyen. Tenga en cuenta que la duración total de tiempo también fluctúa con relación al peso y al número de instrumentos procesados.

¿Por qué el secado es tan importante?

Después de terminar el ciclo y de abrir la puerta, los artículos y bolsas que no estén secos no pueden considerarse estériles y no pueden retirarse para su almacenamiento y uso. Muchas guías pueden hacer referencia a este punto importante. Las bolsas húmedas son permeables y permiten que los microorganismos penetren y se multipliquen. La humedad residual del interior de los instrumentos de transmisión reduce considerablemente su vida útil. Obviamente, la fase de secado es crucial en cualquier ciclo.

¿Cuánto debo gastar?

Como conclusión, podemos decir que un protocolo de higiene eficiente que incluye procedimientos claramente definidos, personal bien formado y equipos actualizados implica un costo significativo. Sin embargo, las decisiones no siempre deben basarse en el precio. La seguridad del personal y del paciente deben ser la prioridad. Un solo error podría comportar consecuencias dramáticas, gastos mucho más altos y la consideración del profesional como responsable si llega a haber infección cruzada.

Artículo elaborado por: Ing. Christian Stempf. Consejero de higiene del Grupo W&H.

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